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El turismo argentino sufre su peor temporada de verano desde 2009

La apreciación del peso en 2015 incentivó la salida de viajeros a Brasil, Chile y Uruguay

Alejandro Rebossio
Las playas de Villa Gesell, en Argentina, en este verano austral
Las playas de Villa Gesell, en Argentina, en este verano australRicardo Ceppi

El turismo en Argentina está sufriendo su peor temporada desde la crisis mundial de 2009. Así lo reconoce el presidente de la Cámara Argentina de Turismo (CAT), Oscar Ghezzi. “Faltaron los 2 millones de argentinos que se fueron a Brasil. En 2015 se habían ido allá un millón”, explica Ghezzi. En su opinión, dos factores explicaron el éxodo: la apreciación del peso durante casi todo 2015, en combinación con la devaluación del real, llevó a que muchos turistas argentinos compraran con anticipación sus billetes y reservas de hotel en el abaratado Brasil o en otras playas del extranjero; y además los abonaban con los planes de pagos en 12 cuotas sin interés que se ofrecían en una Argentina con una inflación superior al 25%.

“Antes de la devaluación del peso en diciembre pasado, la gente compró en cuotas pasajes (billetes) al extranjero, a Brasil, al Caribe, y eso tuvo un impacto muy grande en nuestros destinos turísticos”, comenta el presidenta de la Cámara Argentina de Turismo. También Chile y Uruguay se beneficiaron del éxodo de turistas argentinos.

La cantidad de viajeros en Argentina disminuyó un 10% respecto de 2015, según Ghezzi. En el caso de las playas de la costa atlántica del país la merma llegó al 15%. La bajada resultó menor en la Patagonia y el norte de Argentina.

El traspaso del mando presidencial de Cristina Fernández de Kirchner a Mauricio Macri también despertó incertidumbre en algunos empresarios y ejecutivos que prefirieron quedarse en Buenos Aires en el inicio del verano austral para seguir de cerca las alternativas del nuevo Gobierno, según Ghezzi. “Cuando vieron en enero que se podían ir, ya se había devaluado el peso y se fueron a destinos en Argentina. La segunda quincena de enero y la primera de febrero fueron mejores que la primera de enero”, comenta el presidenta de la CAT. A partir de la segunda quincena de enero, los brotes del zika y el dengue en Brasil desalentó el turismo en ese país.

En el destino turístico más popular de Argentina en verano, Mar del Plata, en la costa atlántica, el arribo de turistas apenas se resintió un 1,2% en el periodo diciembre-febrero. Sin embargo, se redujo la extensión de las estadías en la ciudad y por eso la ocupación hotelera bajó una media del 5%. Además, los turistas consumieron menos en los hoteles, restaurantes y actividades recreativas: datos oficiales muestran que gastaron un 18% más de pesos, pero con una inflación que ronda el 30% significa una caída real.

“La gente que viajó este año por Argentina se encontró con precios muy altos, y cuidó mucho sus gastos”, opina Victoria Giarrizzo, economista asesora de la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME). “Estimamos que en el balance final enero-febrero va a ser entre 5% y 7% menos de turistas que en 2015. Muchos se fueron a Brasil porque la anterior diferencia cambiaria permitía acceder a buenos alojamientos y gastronomía en general económica. Muchas familias ya habían comprado y reservado paquetes desde mediados de 2015. Además, Brasil tiene playas más cálidas. Otros se fueron a Chile porque ofrece buenos precios para que el argentino compre electrónica, textiles, calzados”, añade Giarrizzo.

Otro consultor y asesor de CAME, Damián Di Pace, comenta que la salida de argentinos al extranjero en estas vacaciones subió de 2 millones a 4 millones. Además advierte de que este año unos 2 millones de argentinos que habitualmente viajan en verano se quedaron en casa porque la devaluación del peso en diciembre ha acelerado la inflación al 30% y ha encarecido los viajes al extranjero.

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