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Expertos achacan al paro el repunte de la desigualdad en España

Los catedráticos participantes en el debate que promueven el Colegio Libre de Eméritos y La Caixa niegan la debilidad de las políticas redistributivas

Alejandro Bolaños

El segundo debate en el ciclo sobre desigualdad que organiza el Colegio Libre de Eméritos Universitarios y financia la obra social de La Caixa se centró este martes en analizar las causas del repunte de la desigualdad en España. "Lo que intentamos responder aquí es por qué, en casi cualquier indicador que se coja  de los que elabora Eurostat sobre el tema, España está ahora entre los tres o cuatro países con mayor desigualdad de la Unión Europea", indicó a modo de preámbulo el moderador de los debates, Luis Ayala, catedrático de la Universidad Rey Juan Carlos.

"Si cogemos, por ejemplo la diferencia de renta entre el 20% de la población con más ingresos y el 20% con menos, sólo en Rumanía la diferencia es mayor, cuando el país en gasto social, estado del Bienestar o nivel de renta es muy distinto. ¿Hay una anomalía aquí? ¿Ha habido un aumento de la desigualdad en España con la crisis?", planteó Ayala, especializado en investigar sobre desigualdad y pobreza. "¿Y cuáles son los determinantes de esa mayor desigualdad? ¿el mal funcionamiento del mercado laboral? ¿la debilidad de las políticas redistributivas?¿influye la estructura demográfica?". Con matices muy diversos, los tres catedráticos invitados a exponer sus respuestas ante más de un centenar de asistentes en una sala del Caixaforum de Madrid, relativizaron el aumento de la desigualdad durante la crisis y lo relacionaron con el aumento del paro, mientras que defendieron la eficacia de las políticas redistributivas en España.

"Las malas noticias son que la renta real disponible por persona ha caído más de un 11% entre 2007 y 2013, lo que supone la mayor caída registrada en 165 años, con excepción del periodo de la Guerra Civil", indicó Leandro Prados de la Escosura, catedrático de Historia Económica de la Universidad Carlos III. "Y según el índice de Gini", que mide la distribución de los ingresos entre los distintos niveles de rentas, "solo Letonia, Lituania, Rumanía y Bulgaria" en la UE presentan una desigualdad mayor. Ha habido, además, un repunte durante los años de la crisis en este indicador (de 0,30 a 0,35), "como en otros países europeos en los que aumentó el desempleo".

Pero el catedrático Prados matizó: ni el repunte es excesivo en la comparativa histórica -"estamos en el mismo tramo de desigualdad según el índice de Gini en los últimos 45 años", ni tampoco en la comparativa mundial, en la que España sigue situado, como la mayor parte de la UE, entre los países con un nivel desigualdad económica moderada-baja. "Los sistemas fiscales progresivos y las transferencias reducen el nivel de desigualdad en Europa. Sin el estado del Bienestar, países como Suecia o Brasil, estarían en niveles de desigualdad brasileños", apuntó Prados, una afirmación que extendió al caso español.

El catedrático de la Universidad Carlos III repuso que "el umbral de tolerancia ante la desigualdad" es ahora menor en España porque el repunte de la desigualdad se ha producido al mismo tiempo que se producía una merma significativa de la renta disponible. Y subrayó que la concentración de renta en los niveles más altos baja con la crisis, pero que las clases medias en países desarrollados han salido malparadas. Y destacó que en España, cuando se crea empleo, este se concentra en sectores poco productivos, lo que desincentiva la atracción de inversiones para desarrollar procesos innovadores y mejorar la eficacia en el uso del capital, "que lleva años estancada".

"Yo no veo una anomalía en la situación de desigualdad en España, no somos una excepción, aunque respondemos de forma más extrema", ante situaciones de crisis, afirmó José Luis García Delgado, director de la cátedra La Caixa de Economía y Sociedad. "Lo diferente en España es el paro, y sobre todo, el desempleo cronificado entre los menos cualificados". "A partir de ahí deriva todo lo demás, desigualdad, pobreza, o desahucios".

La red de seguridad ante la crisis

El catedrático de Estructura Económica reclamó que se potencien los servicios públicos de empleo y los cursos de formación para activarlas oportunidades de empleo. "No hay rescate social posible a base de subsidios para dos o tres millones de personas que están en el desempleo crónico". García Delgado aventuró el regreso con fuerza de las políticas socialdemócratas, pero insistió en la fortaleza de la red de seguridad tejida en España en las últimas décadas.

"Pese a haber hasta seis millones de parados, no se ha roto el tejido social, no hay xenofobia, no hay radicalismo organizado, ha bajado incluso la delincuencia, la conflictividad en espacios públicos", destacó el director de la cátedra La Caixa. En 1985, el 45% de la población estaba ocupada, recibía una pensión, cobraba una prestación o subsidio por estar en paro o era perceptor de rentas mínimas. En 2015, ese colectivo llegaba al 66% de la población", sintetizó.

Por último, Juan Antonio Sagardoy, catedrático de Derecho del Trabajo y fundador del bufete de abogados laboralistas Sagardoy, puso en duda los indicadores que se utilizan para medir la desigualdad, al recordar (para lo que citó un trabajo del Instituto Juan de Mariana) que no incluyen ni el efecto del acceso (muy amplio en España) a la educación y la sanidad públicas, ni el elevado nivel de propiedad de las casas, que evita pagar alquileres una vez pagadas, como ocurre con las personas de más edad.

"El objetivo único no debería ser reducir el nivel de desigualdad entre ricos y pobres, sino que se incremente el nivel de vida de toda la población", sostuvo Sagardoy, quien se mostró contrario a un "igualitarismo que pase por empobrecer a los ricos". El catedrático de Derecho del Trabajo también relacionó la desigualdad con el aumento del desempleo. Y criticó "la mala utilización que han hecho las empresas de las facilidades que daba la reforma laboral para la flexibilidad interna". "La reforma laboral", añadió "se ha usado casi siempre para establecer bajadas de salarios poco justas y poco aconsejables para la propia empresa".

Sobre el acercamiento político al problema, Sagardoy deustacó que los programas electorales muestran "una gran preocupación por repartir la tarta y no por engrandecerla. No veo en los programa políticas interés en eso", dijo . "Lo malo", insistió, "es cuando se socializa la pobreza por afán de igualdad". "Saldremos de esta si no caemos en políticas populistas", remachó.

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