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Una auditoría muestra los agujeros laborales de Pemex

La firma mexicana lucha para superar su crisis financiera con el adelgazamiento de su plantilla laboral

Sonia Corona
Un trabajador de Pemex en una plataforma petrolera en el golfo de México
Un trabajador de Pemex en una plataforma petrolífera.SAÚL RUIZ

El último rincón que una empresa quiere mirar en un ajuste financiero es su nómina de trabajadores. Petróleos Mexicanos (Pemex) deberá enfrentarse a ello y durante 2016 hará un recorte de 10.000 plazas, según ha reconocido la Hacienda mexicana. La crisis mundial del petróleo y la caída de la producción de la petrolera han tocado severamente sus finanzas por lo que su directiva ha comenzado a dar pasos drásticos. La compañía ha manifestado su intención de disminuir su gasto y de cancelar sus puestos vacantes antes de recurrir a los despidos.

Hasta hace poco, trabajar para Pemex significaba un empleo seguro con prestaciones superiores a las de la Ley del Trabajo de México y un jugoso plan de jubilación por el que valía la pena trabajar hasta 25 años de sol a sol. Los beneficios fueron parcialmente recortados en noviembre del 2015 cuando la petrolera aumentó la edad de jubilación de 55 años a 60 años, así como los años de servicio para retirarse de 25 a 30. Un primer paso que la empresa reconoce como insuficiente para sostener las finanzas de la firma.

Pemex cuenta con 130.000 trabajadores en activo, paga pensiones a 85.800 jubilados y entrega una parte del sueldo de antiguos petroleros a 19.000 viudas. Un informe de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) —la institución en México encargada de revisar las cuentas públicas— de 2015 advierte que la empresa debe mejorar la gestión de sus recursos humanos para obtener mejores resultados financieros. Y se centra en un punto medular: el pasivo laboral.

Durante la revisión no fue posible verificar con toda certeza la edad de algunos de los trabajadores

La petrolera mexicana calcula en su último informe financiero un pasivo laboral —el pago de pensiones y beneficios de jubilación— de unos 90.500 millones de dólares, que representa casi la mitad de su pasivo total. El análisis de la Auditoría detecta un esquema de jubilación de la década de los años 40 en el que la esperanza de vida de un mexicano rozaba los 40 años, frente a la tendencia actual de 75 años.“Es importante destacar que Pemex registra un problema estructural en su esquema de pensiones y jubilaciones que ha provocado que el pasivo laboral crezca debido al incremento de los beneficios pensionarios”, señala el análisis.

Un esquema “excesivamente generoso”, según ha descrito el exdirector de la petrolera, Jesús Reyes Heroles. En él, los trabajadores reciben el 100% de su salario y la empresa se encarga de todos los riesgos financieros de esta pensión. La jubilación en Pemex también incluye aportaciones para gastar en gas, gasolina y canasta básica, así como ingresos para las familias de los petroleros una vez que éstos hayan muerto. Las generosas condiciones no impiden que algunos empleados se muden a otras empresas, sin embargo la Auditoría estima que la rotación de personal en Pemex es mínima y apenas alcanza el 1%.

El informe retrata a una compañía burocrática anclada en los viejos hábitos organizacionales. Incluso señala que Pemex “no cuenta con un sistema de información integral para la gestión del personal” y que durante el proceso de auditoría no fue posible verificar con toda certeza la edad de algunos de los trabajadores. La ASF encontró que un 74% de los expedientes laborales analizados contenían errores sobre la información de los trabajadores en activo de la petrolera.

El ministro de Hacienda, Luis Videgaray, ha garantizado que el Estado mexicano saldrá al rescate de la petrolera y ha condicionado la ayuda a una mejor gestión. El recorte del 7,69% de la plantilla laboral de la firma es un segundo paso de un difícil camino que todavía tiene que recorrer la petrolera mexicana.

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Sobre la firma

Sonia Corona
Es la jefa de la redacción de EL PAÍS en México. Cubre temas de Política, Economía, Tecnología y Medio Ambiente. Fue enviada especial para las elecciones presidenciales de 2020 en EE UU. Trabajó en Reforma y El Huffington Post. Es licenciada en Comunicación por la Universidad de las Américas Puebla y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS.

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