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Los ‘almacenadores de viento’

La multinacional brasileña WEG refuerza su apuesta por la energía eólica para superar los vaivenes latinoamericanos

WEG, la empresa brasileña de equipos industriales fundada en Jaraguá do Sul, en el Estado de Santa Catarina, gana dinero "almacenando el viento". La autora de la expresión es la mismísima presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, que la utilizó en un discurso ante Naciones Unidas para ensalzar el potencial del país sudamericano en tecnología para producir energía eólica. Aunque la frase fue objeto de muchos chistes y comentarios en Internet, lo cierto es que la mandataria no iba mal encaminada. Brasil tiene un presente y un futuro en el sector eólico y la multinacional WEG es un pilar fundamental de esa industria.

"Los altos precios y las dificultades burocráticas y medioambientales para construir nuevas centrales hidroeléctricas en el país crean oportunidades interesantes para la expansión de las energías renovables, como la energía eólica o la solar", destaca Paulo Geraldo Poleza, director de relaciones con inversores de WEG. La venta de aerogeneradores de esta marca ha ayudado a que el sector energético sea responsable de un tercio del total de ingresos de la empresa, 700 millones de reales (180 millones de dólares), convirtiéndose en el segundo mayor mercado de la compañía, sólo por detrás de los equipos electrónicos industriales, que equivalen al 53,6% de las ventas, es decir, 1.200 millones de reales (307 millones de dólares).

Un negocio reforzado

1961. Werner Ricardo Voigt, Eggon João da Silva y Geraldo Werninghaus fundan Eletromotores Jaraguá, que más tarde pasa a denominarse WEG con las iniciales de sus fundadores. En 1971, la firma comienza a cotizar en la Bolsa de São Paulo.

1991-1994. Comienza la expansión internacional con la apertura de la filial estadounidense. Más tarde entra en Europa mediante la compra de una firma belga y por último en el mercado asiático con una filial en Japón.

2007-2011. En este periodo WEG toma posiciones en el mercado de aerogeneradores. Compra la firma brasileña Hisa y luego se lanza a adquirir varias empresas en Sudamérica y Europa para reforzar el negocio.

Poleza admite que la compañía espera un "escenario mediocre" para la economía en 2015. Por eso se concentra en la energía limpia. WEG ha apostado por la producción de aerogeneradores desde 2010, compitiendo con gigantes como General Electric y Alstom. En 2014 finalizó el primer proyecto, la instalación del parque eólico de Ibiapina, en Ceará, en el noreste brasileño, donde el viento favorece este sector. "Tendremos una subasta pública de energía, en noviembre, que ya nos ha proporcionado algunos negocios. Eso nos lleva a creer que las energías renovables propulsarán el crecimiento de la compañía también en el segundo semestre", afirma Poleza.

Grandes ligas

Fundada en 1961 con el nombre de Jaraguá Motores por el electricista Werner Voigt, el administrador Eggon da Silva (que falleció este año a los 85) y el mecánico Geraldo Werninghaus, WEG no vislumbraba, en aquella época, que se convertiría en uno de los mayores fabricantes de motores eléctricos del mundo y competiría con otros gigantes multinacionales, como la francesa Schneider Electric, la alemana Siemens y la suiza ABB.

La empresa creció invirtiendo en innovación, en formar a su equipo y en diversificar su línea de productos a lo largo de los años. Fabrica una amplia gama de productos para el sector industrial, que van desde componentes eléctricos a pinturas especiales y transformadores: está presente tanto en componentes de electrodomésticos del día a día como en maquinaria pesada de grandes industrias.

En la década de los noventa, el grupo dio el salto al exterior al abrir una filial en Estados Unidos. Desde entonces, ha aprovechado las oportunidades y ha seguido un programa agresivo de internacionalización de la empresa. Hoy está presente en más de 100 países, con 27 oficinas de representación y 33 plantas en cuatro continentes, incluyendo fábricas en Alemania, México, Portugal, China y Sudáfrica. Tal variedad de mercados, clientes y productos le ha ayudado a amortiguar el impacto de la actual crisis económica brasileña en el balance de la compañía. "Aún en tiempos de crisis, es difícil que todos los sectores en los que actuamos vayan mal a la vez. Es una de las ventajas de nuestro negocio", explica Poleza.

En realidad, el mercado internacional les ha ayudado a sortear la débil economía brasileña, ya que la devaluación del real ha creado condiciones más favorables para la exportación. Actualmente, la compañía obtiene el 55% de los ingresos netos en dólares. Con la perspectiva de que la moneda estadounidense se mantenga entre tres y cuatro reales y que la multinacional inaugure más fábricas fuera del país sudamericano, la tendencia es que la participación de Brasil en la facturación caiga del actual 45% al 40% hasta 2020, según calcula el director financiero.

Mientras el sector industrial brasileño se retrae -la industria cayó un 9% en 12 meses hasta agosto-, WEG continúa invirtiendo. En los próximos meses, va a inaugurar dos nuevas fábricas, una en China y otra en México. Ambas plantas han recibido inversiones de aproximadamente 200 millones de dólares desde 2014. La cifra alcanzará los 340 millones de dólares en 2018.

WEG también ha anunciado la adquisición de la empresa española Autrial, de paneles eléctricos. La empresa también compró la alemana KATT, con sede en Horberg, cuyo fuerte es la producción de motores de alta revolución, una tecnología que la multinacional brasileña todavía no dominaba. Autrial es valenciana y facturó 14 millones de euros en 2014, al igual que KATT. No se ha revelado el valor de las adquisiciones.

Aunque Poleza resuma el momento actual de la economía brasileña como "a medio gas", el directivo mantiene la proyección de inversiones globales de WEG en unos 480 millones de reales (123 millones de dólares) este año. Hasta junio, se desembolsaron 202 millones (51 millones de dólares), 60% para el mercado local y 40% para las filiales en el exterior.

Impacto del dólar

En el primer semestre de 2015, las ventas crecieron un 24,3% en relación con el mismo periodo del año anterior, alcanzando 4.479 millones de reales (1.147 millones de dólares). Sin embargo, parte de este crecimiento se atribuye al tipo de cambio, ya que la mayor parte de los ingresos se obtienen en dólares, moneda que se ha valorizado un 15% ante el real entre enero y junio. "Es obvio que el dólar fuerte nos ayuda, ya que garantiza un plus en competitividad, en capacidad de expansión", dice Poleza. "Combinando el mercado externo y el interno, la compañía está bien. Pero en el mercado local, a excepción del sector de energías renovables, estamos sintiendo algunas dificultades", considera.

Según el empresario, las ventas están más difíciles en Brasil, así como conseguir créditos. Poleza admite que la empresa ha adoptado medidas de reducción de costes, pero que la crisis no está llevando, ni de lejos, a los dirigentes a reducir puestos de trabajo o a cerrar fábricas. "Es cierto que antes trabajábamos con un horizonte de previsibilidad mayor. Pero aunque los clientes pospongan la adquisición de equipos nuevos, todavía necesitan hacer mantenimiento preventivo en las máquinas que tienen, lo que garantiza ingresos a pesar de la crisis", añade.

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