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La Catedral de Santiago obra milagros económicos

El edificio espera batir un récord de ingresos en 2016 gracias a la declaración del jubileo extraordinario

Apertura de la Puerta Santa de la Catedral de Santiago.
Apertura de la Puerta Santa de la Catedral de Santiago.ÓSCAR CORRAL

El negocio turístico que más tira de la economía de Galicia lo dirige la Iglesia católica. La Catedral de Santiago es el mejor reclamo y lo hace con efecto botafumeiro, esparciendo por toda la comunidad el incienso de su liturgia económica. El templo aporta indirectamente en torno al 30% del PIB de este sector en Galicia, según destaca el cabildo precisando que “de cada 60 euros que gasta un turista solo deja 0,53” en la catedral. La falta de un año Xacobeo hasta 2021 podía haber ralentizado el ascenso de visitantes. Sin embargo, la declaración este año de un jubileo extraordinario ha permitido sortear la espera de ese reclamo turístico.

La rentabilidad de la basílica quedó acreditada cuando el exelectricista contratado por la Iglesia fue acusado de robar el Códice Calixtino y de haber hurtado de la caja fuerte 2,4 millones de euros, procedentes principalmente del cepillo, entre los años 2002 y 2012. Con el electricista metiendo la mano en la caja, el déficit de la basílica se aproximaba anualmente a los 170.000 euros, aunque las pérdidas se compensaban en los años santos, saldados con superávit de en torno al medio millón. Apartado el exempleado, la tendencia deficitaria desapareció: la catedral comenzó a cerrar con saldos positivos. En 2014 fue de 184.937 euros. Los ingresos superaron los 2,5 millones, de los que más de un millón correspondieron a las limosnas de los fieles —el 59,65% de lo recaudado por todas las vías, sin incluir las subvenciones— cuando antes de 2012 no llegaban a los 571.000.

En 2014 los ingresos superaron los 2,5 millones de euros

Entre 2012 y 2015, con el negocio de la catedral en plena recuperación, el comportamiento turístico en la comunidad gallega “ha sido ejemplar”, alcanzado cifras históricas con un crecimiento acumulado de casi el 70% frente al 20% de España —aunque el porcentaje en Galicia se aplica sobre una base inferior— según recoge el último informe del BBVA Research. Y para 2016 se augura un nuevo record: la tendencia al crecimiento se verá reforzada con la declaración de un jubileo extraordinario; el de la Misericordia, inaugurado el domingo pasado con la apertura de la Puerta Santa y que supondrá un oasis en medio del desierto de las 11 anualidades que transcurrirán entre el Xacobeo de 2010 y el de 2021 (se celebran solo cuando la festividad de Santiago Apóstol coincide en domingo).

En 2016 “se superarán incluso los ingresos de los años jacobeos”, ha vaticinado el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, tras cifrar en 261.294 los peregrinos que en lo que va de año han recogido la compostela —acreditación que concede la Iglesia a quienes realizan los últimos 100 kilómetros del Camino a pie—. El presidente gallego asegura que esta cifra supone un incremento del 10% con respecto a 2014 y convierte 2015 en el mejor año no santo de “la historia” de la comunidad, con datos muy similares a los obtenidos en 2010, el último Año Xacobeo.

El templo es el principal motor del sector turístico en Galicia

Feijóo vincula abiertamente el desarrollo turístico gallego al de la catedral. Así, justifica que el millón y medio de euros aportado por la Xunta para la construcción del nuevo centro internacional de acogida de peregrinos que se inaugurará en 2016 es “poco” considerando el “extraordinario retorno directo e indirecto” que se produce con la llegada de cada peregrino. “Por cada euro que pone la Administración, Galicia recibe más de diez”, sostiene Feijóo, obviando las aportaciones públicas.

La Catedral de Santiago, el tercer monumento más visitado de España (tras la Alhambra y la Sagrada Familia) recibe los ingresos por varias vías. El 40% del dinero que los fieles no dejan caer en los cepillos procede de la venta de las tiendas ubicadas en la entrada del templo y que el año pasado superaron los 423.000 euros de beneficio —el arzobispado puntualiza que solo cobra el alquiler; las explota Aldeasa— y, en menor medida, de las visitas a los museos, ya que los accesos al templo son gratuitos, explica el canónigo fabriquero, Daniel Lorenzo.

Lorenzo asegura que el aumento de visitantes “es constante y sin necesidad de promoción empezamos a recibir peregrinos de países muy alejados, como Corea o Australia”. Una evidencia de que el negocio va sobre ruedas, por más que el canónigo fabriquero insista en los “enormes gastos” que genera un inmueble de casi mil años de antigüedad y por más que la catedral reciba el 97,7% del dinero para su reforma de fondos públicos con una contribución del Gobierno central de 17,9 millones.

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