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Cumbre del clima en París
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Ha llegado la hora de pasar a los medios de transporte limpios

Los compromisos individuales de los países que forman el acuerdo de París necesitan la colaboración de las empresas

Ya ha pasado el momento del debate. Si queremos que el mundo disminuya las emisiones de gases de efecto invernadero que causan el cambio climático global, debemos acelerar la transición a la economía baja en emisiones de carbono ya, y debemos empezar por medios de transporte más limpios. Por eso los líderes del sector mundial de la automoción se han comprometido a que sus empresas eliminen el carbono de los medios de transporte. En una declaración hecha pública hoy, los directores ejecutivos de empresas automovilísticas se comprometieron a tomar medidas concretas para alcanzar ese objetivo.

La declaración llega tras la conferencia sobre el clima COP21 de París, de la que ha salido un nuevo acuerdo mundial para combatir el cambio climático. Los compromisos individuales de los países que forman el acuerdo de París no pueden, por sí solos, garantizar una transición sin fisuras a una economía baja en carbono. Es obligatorio que cuenten con el respaldo del mundo empresarial.

Dejemos algo claro: esa transición va a producirse, de una forma u otra. O bien será una transición ordenada durante los próximos veinte o treinta años, o bien un proceso caótico, alimentado por las crisis y las penurias humanas. Cuanto más tardemos en tomar medidas mundiales, más más probable será la segunda opción.

Una transición ordenada es la que se produce dentro del sistema financiero y económico actual. No amenaza ni arrolla las bases de nuestra economía de mercado. No requiere una intervención agresiva del gobierno ni un control centralizado.

Una transición ordenada ofrece la oportunidad de que muchos salgan ganando, porque las empresas con capacidad de adaptarse e innovar florecerán. Hoy en día, el 95% de todo el transporte automotor depende de combustibles derivados del petróleo. El 64% de la producción mundial total de petróleo se dedica al transporte.

El número de vehículos en las carreteras va a aumentar a más del doble, de los 800 millones actuales a más de dos mil millones en 2050. Si queremos evitar los peores efectos del cambio climático, no podemos seguir utilizando combustibles fósiles para alimentar esos vehículos.

Por suerte, existe una manera práctica y asequible de empezar a reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles: los vehículos eléctricos. Son los únicos vehículos sin emisiones y alimentados gracias a energías totalmente renovables.

La Alianza Renault-Nissan ha vendido más de 275.000 vehículos eléctricos, más de la mitad de los que circulan hoy por las carreteras del mundo. Aunque estoy orgulloso de que nuestra empresa sea líder, sé que eso no es suficiente. Los vehículos con cero emisiones siguen siendo una mínima parte del mercado de automoción en su conjunto.

La buena noticia es que están uniéndose a nosotros otros fabricantes con nuevos vehículos eléctricos, híbridos recargables y coches eléctricos de célula de combustible, que están contribuyendo a expandir el mercado de vehículos de bajas emisiones y sin emisiones. Cuando hay más participantes hay más competencia, y la competencia estimula la demanda.

También es muy importante que los gobiernos de todo el mundo estén ayudando a fomentar la demanda de vehículos eléctricos con diversos incentivos, como dinero en efectivo, programas renove con la entrega de los viejos coches contaminantes, estacionamiento gratuito y autorización a los vehículos eléctricos para utilizar los carriles bus y de alta ocupación. La industria está decidida a impulsar estas y otras políticas en las que la prioridad sea la reducción de los gases de efecto invernadero, como una mejor planificación urbanística que permita detener el aumento de los trayectos.

Asimismo estamos colaborando con gobiernos y empresas para aumentar el número de puestos de recarga, necesarios para que los vehículos eléctricos se extiendan. En lugares en los que se han llevado a cabo esas inversiones, como Noruega y la ciudad estadounidense de Atlanta, los clientes han tenido reacciones positivas y las ventas se han disparado.

Al invertir en innovación ecológica, las empresas pueden crear valor de futuro y desempeñar un papel fundamental en la lucha contra la amenaza del cambio climático. De hecho, según el último Informe de la Nueva Economía Climática (New Climate Economy Report), elaborado por la Comisión Global sobre la Economía y el Clima, el mercado mundial de productos y servicios bajos en emisiones de carbono y ecológicos tiene un valor de más de 5,5 billones de dólares.

Este tipo de inversión seguirá aumentando. Ya ha proporcionado una ventaja competitiva a muchas empresas y las ha ayudado a construir estabilidad y situarse mejor para afrontar desafíos futuros.

El secretario general de la ONU dijo hace poco que somos la primera generación que siente las consecuencias del cambio climático y la última que puede hacer algo para detenerlo. Este es un llamamiento a actuar, y la industria del motor se compromete a hacer la parte que le corresponde.

Carlos Ghosn es presidente y consejero delegado de Renault-Nissan Alliance

Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia

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