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España dispara la quema de carbón en vísperas de la cumbre del Clima

Es el combustible que más gases de efecto invernadero emite al generar electricidad

Manuel Planelles
Un trabajador en una central de carbón de China.
Un trabajador en una central de carbón de China. FRED DUFOUR (AFP)

2015, el año en el que están depositadas las esperanzas para que se firme un protocolo global contra el cambio climático, puede cerrarse en España con niveles récord de quema de carbón para generar electricidad. Este combustible fósil ha vuelto a ser el más utilizado en la primera quincena de noviembre. El carbón es la fuente que más gases de efecto invernadero expulsa. Pero los bajos precios internacionales hacen que las eléctricas lleven meses tirando de este combustible prioritariamente para cubrir la caída de la eólica y la hidráulica.

Las chimeneas de las centrales términas siguen expulsando malos humos, ajenas a la cumbre del Clima que comenzará el 30 de noviembre en París y en la que 195 países tratarán de cerrar un acuerdo para atajar el cambio climático. Los combustibles fósiles, que emiten gases de efecto invernadero cuando se queman, están en el punto de mira. Pero el consumo en nuestro país de carbón, el combustible que más CO2 expulsa, está disparado, según los datos del sistema peninsular de Red Eléctrica de España. Entre junio y octubre, ha sido la fuente más empleada para producir electricidad todos los meses salvo en septiembre. En los primeros 15 días de noviembre, la situación no ha cambiado y, con el 24,6% del total de la cobertura de la demanda, se sitúa en el primer lugar.

La OCDE frena la financiación para nuevas centrales

La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) ha acordado restringir los créditos que las principales economías del planeta dan a sus empresas para que construyan nuevas centrales de carbón en el extranjero. La OCDE enmarca este paso en el compromiso de reducir las emisiones de CO2. David Drysdale, jefe de la división de créditos de exportación de la OCDE, sostiene que "más de dos tercios de los proyectos de energía con carbón que entre 2003 y 2013 recibieron apoyo de créditos de exportación no habrían sido posibles con las nuevas reglas". Drysdale detalla que los firmantes son Australia, Canadá, la EU, Japón, Corea, Nueva Zelanda, Noruega, Suiza y EE UU. El resto de miembros de la OCDE que no han firmado, prácticamente no conceden ayudas de este tipo, según Drysdale. Limitar los créditos puede frenar la instalación de nuevas centrales en países en desarrollo. Pero también hay primeras economías que dan pasos para suprimir las que tienen en funcionamiento. Reino Unido se ha comprometido a cerrar todas en 2025.

En lo que va de año, las centrales térmicas que usan esta fuente han producido 46.965 gigavatios hora. Para encontrar un dato similar hay que retroceder hasta 2012, cuando a 15 de noviembre se llegaba a los 48.365 gigavatios hora. Ese 2012 marcó el récord de esta década de emisiones de CO2 asociadas a la producción de electricidad con 80 millones de toneladas expulsadas a la atmósfera.

¿Por qué se está quemando tanto carbón? "Porque es más barato", indica Jorge Morales, miembro de Fundación Renovables. Ante una caída de la generación hidráulica y eólica —por el clima— las eléctricas optan por cubrir el hueco con carbón. "Por un lado, el precio del carbono [un instrumento que se ideó para intentar atajar las emisiones de CO2] está muy bajo", detalla Morales. Por otro, "el fracking en EE UU ha hecho que los precios del carbón en los mercados internacionales este también muy bajo".

En España hay capacidad para cubrir el hueco que dejan las renovables con otra tecnología menos contaminante: los ciclos combinados. Pero el precio del gas natural está más alto ahora.

Más renovables

Para José Luis García, responsable de Energía de Greenpeace, el problema no es la elección entre gas y carbón. "Si se hubiera incrementado la presencia de renovables en el sistema no se tendría que tirar de esas energías fósiles", sostiene. García culpa a la política de subvenciones al carbón de los últimos Gobiernos. En su opinión, han hecho que se mantengan de manera artificial las centrales térmicas en España.

Sin embargo, desde el 1 de enero no existen ayudas para que las centrales consuman carbón nacional, más caro que el que se importa. El Gobierno prepara un nuevo decreto, que contempla 405 millones de euros entre 2015 y 2018. Pero la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia ha cuestionado esta norma, ya que, entre otras cosas, entiende que el Gobierno no puede presentarla como una forma de "incrementar el nivel de protección del medio ambiente". WWF destacó ayer también que el incremento del uso del carbón hace que aumenten las emisiones de dióxido de azufre y óxidos de nitrógeno, responsables de episodios de contaminación como los vividos en los últimos días en Madrid.

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Sobre la firma

Manuel Planelles
Periodista especializado en información sobre cambio climático, medio ambiente y energía. Ha cubierto las negociaciones climáticas más importantes de los últimos años. Antes trabajó en la redacción de Andalucía de EL PAÍS y ejerció como corresponsal en Córdoba. Ha colaborado en otros medios como la Cadena Ser y 20 minutos.

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