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El Banco de Argentina sufre una caída de reservas antes de las elecciones

Macri dice que el ente monetario quedará "pelado" y Scioli rechaza una devaluación brusca

Macri, de camisa azul, recorre este miércoles la ciudad norteña de Resistencia, antes de advertir sobre las reservas del Banco de Argentina.
Macri, de camisa azul, recorre este miércoles la ciudad norteña de Resistencia, antes de advertir sobre las reservas del Banco de Argentina.-- (AFP)

La caída de las reservas del Banco Central de Argentina se ha transformado en tema de la campaña para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del próximo día 22. Las expectativas de que el próximo presidente de Argentina devalúe han llevado a que aumentara la demanda de dólares por parte de ahorradores y que los agricultores paralizaran sus exportaciones y retuvieran granos en los llamados silos bolsa. En los primeros tres días hábiles de noviembre el Banco Central perdió entonces reservas por 430 millones de dólares, con lo que quedan 26.795 millones.

“No quedan dólares por cuidar en las reservas del Banco Central”, se quejó este jueves el candidato presidencial opositor, el liberal Mauricio Macri. Hace un mes había advertido: "Nos van a dejar el Banco Central pelado”. Entonces las reservas sumaban 33.240 millones, antes del pago de 6.300 millones del vencimiento de un título público.

La merma de reservas hace prever una devaluación del peso en el mundo de los economistas, y en el de ahorradores y exportadores. Macri promete liberalizar los controles cambiarios que limitan desde 2011 la venta de divisas a ahorradores, importadores de bienes de todo tipo (de consumo, insumos para la producción o maquinarias) o multinacionales que quieren girar sus beneficios a las casas matrices. El llamado cepo cambiario fue instaurado por el Gobierno de la peronista Cristina Fernández de Kirchner con el argumento de que había que evitar una devaluación que empobreciera a los argentinos. Pese a ello, en 2014 devaluó, aunque no lo suficiente para calmar las expectativas de más depreciaciones de la moneda local. Los controles han derivado en la aparición de otros mercados alternativos para hacerse de dólar, desde el ilegal ‘blue, que funciona en las 'cuevas' de las casas de cambios, sociedades de bolsa y otros negocios, hasta el legal ‘contado con liqui’, en el que se compran acciones y títulos públicos para venderlos 72 horas después en el extranjero.

Un asesor de Macri dice que subirá el dólar en la plaza oficial, pero niega perjuicios sociales

Uno de los economistas asesores de Macri, Alfonso Prat-Gay, defendió la liberalización del cepo cambiario y argumentó que no impactará en una mayor inflación, que ya de por sí alcanza al 24%. “El precio del dólar es uno, y lo que va a suceder es que va a subir el oficial, que no afecta prácticamente a nadie, y van a bajar todos los otros (el ‘blue’, el ‘contado con liqui’ y otros), que afectan a la gran mayoría de la población. (Daniel) Scioli esto no lo entiende, por eso dice que le asusta”, se refirió Prat-Gay al candidato presidencial bendecido por Kirchner. Prat Gay, exejecutivo de JP Morgan, gobernó el Banco Central argentino entre 2002 y 2004, en la salida de la crisis de su país de 2001. En el kirchnerismo le responden que desde 2011 en adelante las subidas del dólar ‘blue’ no ha impactado tanto en la inflación como cuando se devaluó el peso en el mercado oficial en 2014. Fue ese año cuando en septiembre el índice de precios al consumidor (IPC) llegó a marcar un alza del 41%.

Prat-Gay niega que una subida del dólar en el mercado oficial constituya una devaluación: “La devaluación ya sucedió”. Analistas calculan que si gana Macri, el dólar subiría un 40% en la plaza legal, mientras que si triunfa Scioli se apreciaría el 25% porque el dirigente peronista buscaría acomodar el valor del peso al contexto de devaluaciones de las monedas latinoamericanas pero sin eliminar el cepo cambiario de un día para el otro sino en forma gradual. Scioli rechaza una “devaluación brusca” con el argumento de que “afectaría a los sectores más vulnerables” y “generaría un retroceso en el aparato productivo”, dado que la industria no alimentaria de Argentina, que supone el 32% de las exportaciones de la tercera economia latinoamericana, importa buena parte de los insumos y la maquinaria.

Los economistas asesores de quien quedó tercero en la primera vuelta electoral, Sergio Massa, opinan también en contra de la inmediata liberalización cambiaria. Uno de ellos, Aldo Pignanelli, que presidió el Banco Central argentino en 2002, antes que Prat-Gay, opinó que “no se puede salir del cepo de un día para el otro”. No por nada el peronista opositor Massa dijo este miércoles en una comida con empresarios que Scioli deberá convencer a la población de que no debe tener “miedo a la impunidad” y Macri, de que no tiene que temer “al ajuste”.

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