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Espacio patrocinado por Banca March
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Los bancos centrales lo dejan claro: mandan ellos

Los principales bancos centrales están marcando el son al que bailan los mercados

Los principales bancos centrales del mundo están marcando el son al que bailan los mercados. El Banco Central Europeo (BCE) inició la ronda de actuaciones o anuncios de las principales entidades emisoras del mundo hace ya diez días. En este caso, entre pocas y ninguna acción concreta, pero sí un mensaje con un efecto inmediato en los mercados: es muy probable que la institución que preside Mario Draghi tome medidas en su próxima reunión, entre otras, penalizar aún más los depósitos de liquidez que mantienen los bancos de la Eurozona en sus cuentas del BCE, además de ampliar el programa de compra de activos, tanto en importe como en instrumentos sobre los que pueda ejercerse. El resultado fue un movimiento profundo de los mercados de divisas —el eurodólar pasó en instantes de 1,13 a 1,11—, la caída de los tipos exigidos a la deuda europea y un movimiento al alza de las Bolsas, que se anotaron cerca de un 6% de rentabilidad en dos sesiones.

Apenas dos días después era el Banco de China quien repartía juego con una nueva bajada de tipos de interés y un descenso de los coeficientes de caja exigidos a los bancos. En definitiva, más dinero en la economía, liquidez para los mercados. Como trasfondo, la próxima incorporación del yuan como divisa válida en los mecanismos del Fondo Monetario Internacional (FMI) y, por lo tanto, en las reservas mundiales de divisas. La reacción fue otro movimiento en los mercados… al alza, por supuesto.

Esta misma semana, la Reserva Federal ha sorprendido con un mensaje bastante más favorable a una subida de tipos de interés en diciembre, cuando el mercado ya descontaba que no se iba a producir hasta el primer trimestre de 2016. El comunicado del órgano que dicta la política monetaria dentro de la Fed, provocó un nuevo movimiento sísmico para el cambio del euro frente al dólar, que se sitúa ya en 1,09 ante la perspectiva de unos tipos prolongadamente bajos —o nulos— en Europa durante varios años, y crecientes en Estados Unidos.

El corto plazo puede ser volátil, pero difícilmente veremos caídas profundas

Desde los niveles mínimos de septiembre, las Bolsas europeas han rebotado ya un 12% como promedio, aunque se sitúan a medio camino de recuperar los niveles previos a la sacudida que causó la devaluación por sorpresa del yuan el pasado 11 de agosto. Los resultados empresariales y la macroeconomía están, sin duda, más débiles que en trimestres anteriores, pero no tan mal como se temió el mercado durante las caídas de agosto. Las Bolsas viven de descontar expectativas y, por lo tanto, suben. Y lo hacen especialmente si los bancos centrales mantienen viva su promesa de seguir ahí, con la manguera preparada por si se produce algún incendio.

La conclusión de todo este lío es que los fundamentales están empeorando pero, por el momento, no parece ni grave ni irreversible. Los bancos centrales siguen siendo el principal argumento y apoyo para los mercados. El corto plazo puede ser volátil, pero difícilmente veremos caídas profundas. En resumen: algo de riesgo sí, pero no más de la cuenta.

Alejandro Vidal es director de Estrategia de Mercados de Banca March

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