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Antifraude investiga por enchufismo a la agencia del GPS europeo

La Olaf indaga si se despidió a un ingeniero español para colocar a una francesa

Joaquín Gil
Un agrimensor utiliza un dispositivo de la GSA en una construcción.
Un agrimensor utiliza un dispositivo de la GSA en una construcción. GSA

La sombra del enchufismo salpica a la cúpula de la Agencia Europea de Navegación por Satélite (GSA), un organismo que supervisa el desarrollo del sistema de navegación Galileo, la alternativa de los Veintiocho al GPS americano donde la Comisión Europea ha inyectado 13.000 millones de euros desde 1998. La Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (Olaf) indaga desde el pasado febrero un supuesto episodio de contratación irregular en el corazón de la GSA.

Las pesquisas se iniciaron tras la denuncia de un ingeniero español que trabajó en la agencia durante cinco meses en 2014. El empleado fue despedido tras cuestionar los procesos de selección de personal. Su puesto estaba remunerado con 4.000 euros al mes y tenía, entre sus competencias, la asignación de proyectos millonarios a empresas europeas.

La denuncia señala al ingeniero aeronáutico galo Jean-Marc Piéplu, jefe de explotación del denominado programa Egnos, como el artífice del fichaje de una técnico francés para sustituir al español. "El jefe de departamento era francés y solo contrataba a compatriotas", recoge el documento que maneja la Olaf. El texto añade que el relevo fue irregular, se justificó con "pruebas falsas" y carecía de asignación presupuestaria.

El jefe de de la agencia era francés y solo contrataba a compatriotas", sostiene el denunciante

La denuncia subraya que la GSA incumplió el principio de no discriminación por nacionalidad al dar prioridad en sus fichajes a profesionales franceses frente a españoles, eslovacos o polacos.

Según el documento, Piéplu pasaría la mayor parte del mes en una oficina en Toulouse junto con cinco empleados sin acudir a la sede de la GSA en Praga. “No existe una razón técnica para mantener una oficina en Toulouse [...]. El único motivo es que la familia de Piéplu reside en Toulouse y él no quiere mudarse”. La duplicación de infraestructuras, añade, encarecería los gastos comunitarios por dietas e instalaciones.

Piéplu ha declinado atender a EL PAÍS. Una portavoz de la GSA niega la existencia de una investigación. Este periódico dispone de un documento de la Olaf fechado el 20 de febrero de 2015 que revela lo contrario. Se titula “Decisión de abrir una investigación” y tiene la referencia 2014/1353 .

 investigacion@elpais.es

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Sobre la firma

Joaquín Gil
Periodista de la sección de Investigación. Licenciado en Periodismo por el CEU y máster de EL PAÍS por la Universidad Autónoma de Madrid. Tiene dos décadas de experiencia en prensa, radio y televisión. Escribe desde 2011 en EL PAÍS, donde pasó por la sección de España y ha participado en investigaciones internacionales.

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