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Cuenta atrás para la ampliación del canal de Panamá

La obra faraónica de ampliación de la vía marítima encara las pruebas finales para estar operativa en abril de 2016

Dos nuevas esclusas de la ampliación del canal de Panamá
Dos nuevas esclusas de la ampliación del canal de PanamáCarlos Jasso (REUTERS)

Tras múltiples pleitos financieros, huelgas de obreros, infinidad de dificultades técnicas y prolongadas negociaciones políticas, las obras de ampliación del canal de Panamá han alcanzado ya el 95% de sus objetivos. Ha comenzado la cuenta atrás. Para estar operativo en abril de 2016, última fecha fijada tras varios retrasos, se aborda ahora una serie de pruebas vitales para comprobar que todo estará listo cuando lleguen los megabuques.

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No hay todavía un día exacto ni hora para la ceremonia de apertura del nuevo juego de esclusas, pero abril de 2016 es el último límite marcado para inaugurar unas obras que permitirán el tránsito de barcos colosales, los llamados pospanamax. La ruta, por la que ahora pasa el 5% del transporte marítimo internacional anual, una vez ampliada triplicará su capacidad de carga hasta barcos de unos 14.000 contenedores.

“El proceso de pruebas de las estructuras y de los sistemas instalados está generando resultados óptimos en todos los sectores”, asegura el consorcio internacional Grupo Unidos por el Canal (GUPC), encabezado por la empresa española Sacyr Vallehermoso y la italiana Impregilo. Están ansiosos por dejar atrás los sinsabores de un capítulo financiero tormentoso y brindar por la inauguración de una inmensa obra de ingeniería que será clave para el transporte marítimo global.

La verificación de que el proyecto no tiene fallo alguno seguirá al menos tres meses más, “antes de que comience la prueba de navegación” con embarcaciones, para verificar el funcionamiento de las nuevas esclusas construidas en los litorales Pacífico y Atlántico, según confirmó el conglomerado en un informe el 6 de octubre en la capital panameña.

Las comprobaciones, exigidas por contrato, son “una parte esencial para optimizar el proyecto”, y son “más severas que cualquier otra posible condición a la que se pueda enfrentar la obra durante la operación normal y el mantenimiento del canal”, subraya el GUPC. En este consorcio participan también los socios minoritarios Constructora Urbana, de Panamá, y Jan de Nul, de Bélgica, que ratificó que “se estima que el proyecto estará terminado en abril de 2016, después de más de 100 millones de horas de trabajo a lo largo de siete años”.

Una década de trabajo

La ampliación, aprobada en 2006 en referendo por los panameños, empezó en 2007 con un presupuesto de 5.250 millones de dólares (unos 4.200 millones de euros) y se desarrolla en zonas aledañas al Canal original, inaugurado en 1914, que comenzó a construirse en 1904. Con sus tres esclusas —Miraflores y Pedro Miguel, en el Pacífico, y Gatún, en el Atlántico—, la centenaria vía ha continuado sus operaciones con normalidad durante las obras de ampliación. GUPC ganó en 2009 el contrato clave de la obra: con un valor de 3.118 millones de dólares, fueron los encargados de construir las nuevas esclusas. Las obras, sin embargo, quedaron paralizadas a inicios de 2014 ante las reclamaciones de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), organismo estatal responsable de administrar el paso marítimo, que denunció los millonarios sobrecostes de las constructoras.

Los Gobiernos de España y Panamá intervinieron en el conflicto y acercaron a las partes para que el pleito se resolviera rápido. Pero los líos financieros se prolongaron y comenzaron a retrasar los trabajos. El calendario inicial establecía que la ampliación quedaría lista en octubre de 2014. Sin embargo, los enfrentamientos y las desviaciones (que el consorcio de Sacyr atribuyó a errores en la información que la ACP le entregó para diseñar las obras), así como distintas huelgas, postergaron la fecha final. Se modificó primero a noviembre de 2014, luego a mayo y junio de 2015, después a diciembre de 2015 y finalmente a abril del año entrante.

El grupo constructor informó de que las filtraciones de agua por fisuras en la nueva esclusa del Pacífico —que causaron preocupación por riesgo de nuevos retrasos— ya han sido reparadas. Las primeras pruebas “permitieron identificar algunas filtraciones” en los escalones de esa esclusa, y “ya han sido identificadas las soluciones de reparación, incluyendo el reforzamiento, hecho con un acero especial”, aclaró la constructora.

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