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Francia cumple su compromiso de déficit por vez primera en siete años

Sin austeridad y con escasas reformas, París empieza a salir de la crisis gracias al consumo interno y las elevadas ayudas a las empresas

Carlos Yárnoz

Sin apenas aplicar recetas de austeridad, solo con tímidas reformas y sin bajadas salariales, Francia empieza a salir de la crisis. Después de tres años de estancamiento, este año crecerá un 1% y el que viene, el 1,5%. Insuficiente para crear empleo y rebajar la histórica tasa de paro (10,5%), pero suficiente para que, por primera vez desde que se inició la crisis, Francia cumpla con sus compromisos con Bruselas para reducir el déficit. Un dato clave para eludir la presión de la Comisión Europea y, sobre todo, para eliminar tensiones con las exigencias de Alemania.

En medio de una tormenta en esos dos frentes –Bruselas y Berlín-, París logró en febrero pasado que la Comisión le diera dos años más de prórroga, hasta 2017, para reducir su déficit público por debajo del 3%, el límite fijado por el Pacto de Estabilidad. Francia se comprometió entonces a situarlo a finales de este año en el 3,8%. El ministro de Finanzas, Michel Sapin, ha confirmado este miércoles que esa previsión se cumplirá y que incluso es “prudente”, porque el dato quizás sea aún mejor.

Sapin ha recordado que, en pocos meses, Francia ha pasado de ser visto como un país “amenazado por las sanciones europeas” a contar con un “apoyo europeo” a sus estrategias. París ha ganado en “credibilidad”, opina Sapin, y por eso puede expresarse con una “voz fuerte” en la UE ante la crisis griega, el futuro del euro o el drama de los refugiados.

La mejora en el crecimiento de Francia está basada en primer lugar en el incremento del consumo de los hogares: 1,8% este año frente a un 0,6% en 2014. El poder adquisitivo no ha dejado de aumentar (1,5% este año y 1,1% el pasado), porque los sueldos no han bajado y porque el Gobierno ha aplicado bajadas de impuestos que, entre 2014 y 2016, beneficiarán a 12 millones de personas.

En segundo lugar, el aumento del producto interior bruto ha sido favorecido por el incremento en las exportaciones. Las enormes ayudas (40.000 millones en tres años) en impuestos y en cotizaciones sociales han hecho más competitivas a las empresas francesas, que también se han beneficiado de un euro más barato frente al dólar o del bajo precio del petróleo.

Gracias a estas mejoras, el Gobierno puede empezar a controlar la desbocada deuda, que cabalga hacia el 100% del PIB. Sapin cree que no llegará ese porcentaje y que, a partir del año que viene, podrá reducirse. También el elevado gasto público (en torno al 56% en estos años), ha dicho Sapin, está en vías de ser controlado. El Gobierno mantiene su objetivo de ahorrar 50.000 millones entre 2014 y 2017. Este año, el gasto se situará en el 55,8%, uno de los más elevados de Europa, y el que viene será del 55,1%.

Sobre estos datos macroeconómicos, el Ejecutivo francés presentará el próximo 30 de septiembre su proyecto de presupuestos generales para 2016. Se trata de los últimos previos al gran año electoral, 2017, de las presidenciales. El presidente François Hollande ha prometido que no se presentará si no se reduce el desempleo. Los datos no le favorecen hasta el momento.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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