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Santa Cruz del Valle no paga

El pueblo con más deuda por habitante de España, con 9.431 euros por cada uno de sus 414 vecinos, rechaza pagar intereses a la espera de una quita

Álvaro Sánchez

Pascual Mozas se enteró hace unos días de que su municipio era el más endeudado de España por una llamada anónima. Cuando el desconocido colgó el teléfono, el alcalde popular de Santa Cruz del Valle (Ávila), dice haber dudado entre el error y la burla hasta confirmar a través de internet la veracidad de lo que le contaban desde el misterioso número privado. La localidad debe, según el Ministerio de Hacienda, 9.431 euros por cada uno de sus 414 vecinos, 14 veces más que la media nacional, la mayor cifra del país.

La de Pascual fue, en todo caso, una sorpresa a medias. Madrileño de 68 años que lleva medio siglo vinculado al pueblo y no cobra por su labor de alcalde, afirma que al llegar al Ayuntamiento en 2011 estaban a punto de cortarles la luz y no les fiaban ni un saco de cemento, hoy dice estar al día en el pago a proveedores. Encontró además una importante deuda con Bankia que rechazó abonar por "inabordable".

Cuatro años después, con parte de los intereses de demora corriendo a un ritmo del 29% anual, la deuda se ha disparado hasta 3.905.000 euros a cierre de 2014, casi diez veces el presupuesto del pueblo. En 2011, cuando el nuevo alcalde recogió el bastón de mando de la mesa del salón municipal donde dice que su antecesora socialista lo dejó abandonado con rabia, la deuda viva del municipio era de 510.000 euros según el Ministerio de Hacienda.

Enclavado en el Valle del Tiétar, junto a una carretera de curvas cerradas por la que cada día circulan camiones cargados de troncos de madera de pino, su principal fuente de riqueza —este año han ingresado 180.000 euros en este concepto—, Santa Cruz del Valle, que presume de ser un pueblo-mirador por sus vistas al llamado Barranco de las Cinco Villas, se asoma al abismo de una deuda desorbitada a la que los alcaldes de los últimos ocho años ponen nombre y apellidos ajenos.

Piden una quita

Los responsables municipales no se plantean pagar y piden una quita de intereses para abonar solo los 381.000 euros recibidos de los 3.041.454 euros que corresponden a la deuda con Bankia incluyendo intereses. "Si quieren quedarse con el pueblo, ellos sabrán lo que hacen con él", dice con aparente tranquilidad Yolanda Álvarez, teniente de alcalde. No sería suficiente para saldar la deuda, la relación de bienes municipales que remitieron al banco tras la única reunión que han mantenido para tratar el tema, en 2012, cifra en 600.000 euros el valor total de los inmuebles: una casa forestal, un cine reconvertido en teatro, un club social, una escuela de artes y oficios, un matadero y una vivienda.

Nada en el pueblo indica la magnitud del problema. El Ayuntamiento es uno de los principales empleadores del municipio con 19 trabajadores y ante la inminencia de las fiestas dos de sus operarios trabajaban este viernes en la remodelación de la plaza de toros, construida en 1963 y con capacidad para más de 3.000 personas. El Consistorio está pendiente de recibir una subvención de 10.000 euros por su reparación, dinero con el que solo cubrirán el gasto en materiales. La obra no ha sido del gusto de todos los vecinos, que creen que había otras prioridades. "Si hay que elegir entre las tuberías contra la sequía y tener toros dos días al año, elijo las tuberías", dice José González, de 43 años.

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Las fiestas de agosto y septiembre son los grandes eventos del año y tocarlas, una temeridad. La ex alcaldesa socialista, María Jesús García, denunció pintadas amenazadoras tras reducir el presupuesto, y al actual Gobierno le llovieron críticas en 2012 por reducir el gasto contratando a un pinchadiscos en lugar de las habituales orquestas. Este año la medida de austeridad ya está pensada: los jóvenes del pueblo torearán un novillo y no habrá que pagar toreros de escuela.

Pese a este ahorro, el presupuesto de las fiestas de este año es de 35.000 euros frente a los menos de 20.000 de la edición de 2012. La teniente de alcalde recuerda años en que llegaban a gastarse 100.000 euros y alargarse durante más días. "Aquí han venido las mejores orquestas de España, cuando venía Esmeralda la gente estaba como loca", rememora con nostalgia.

El negocio de la madera

Todos coinciden al hablar en pasado de los mejores tiempos de la localidad. La caída del precio de la madera y la resina, la participación en obras de gran envergadura como un depósito de agua de casi 250.000 euros del que aún se debe más de la mitad, o presupuestos desmesurados para fiestas, son algunas de las razones para explicar el declive de un municipio en el que, tal y como recuerda su alcalde, décadas atrás sus habitantes no pagaban por servicios como la electricidad, la basura, el agua o la atención médica.

Tanto Pascual Mozas, antiguo empleado de una empresa de automóviles hoy jubilado, como su número dos, la teniente de alcalde, Yolanda Álvarez, sitúan el origen de la deuda en dos créditos solicitados por anteriores responsables del municipio, y dicen desconocer en qué se han empleado. El primero de ellos correspondería a "una operación de tesorería contraída con Caja de Ávila", hoy parte de Bankia, por el ex alcalde popular Raúl Sánchez Moreno en el año 2000. Su importe: 201.000 euros.

Elegido en 1999 por el lanzamiento de una moneda al aire ante el empate a 230 votos entre socialistas y populares, Sánchez está hoy fuera de la política local tras haber sido inhabilitado por falsificar documentos para obtener una subvención de 33.700 euros para arreglar la piscina municipal. La instalación se acabó rehabilitando y es hoy uno de los motivos de orgullo del pueblo. "Es la mejor de la zona", presume con orgullo la teniente de alcalde.

El segundo crédito, de 180.000 euros, solicitado en 2009 también con Bankia, lo adjudican desde el equipo de Gobierno a la anterior alcaldesa y actual secretaria general de la agrupación local del PSOE, María Jesús García. Ésta lo niega y acusa a la actual Corporación: "La deuda se la han cargado estos señores, con la madera que han vendido y el repunte de su precio podían haber pagado las deudas y negociado con los bancos", afirma. El PSOE va a pedir una auditoría pública y la intervención de los tribunales de cuentas estatal y nacional. "No entendemos por qué el Ministerio no ha intervenido aún el Ayuntamiento", afirma la socialista.

En las calles y bares la discusión sobre los culpables de haber llegado a esta situación es diaria, y esa división que obligó a lanzar una moneda al aire para elegir alcalde, y que algunos remontan a rencillas de la Guerra Civil, enrarece el ambiente de una localidad que quiere ser un amable refugio de paz y naturaleza para sus vecinos y visitantes, pero que no sabe cómo frenar la despoblación a la que el envejecimiento de sus habitantes y la falta de trabajo la aboca año a año. El pueblo ha perdido un 12% de sus habitantes desde 2010, al pasar de 469 a 414 vecinos.

La llamada que ahora espera Pascual Mozas no es anónima, es la de Bankia para negociar la deuda. De momento, mientras no reclamen oficialmente el dinero, la actividad seguirá su curso como si esos casi cuatro millones de euros no existieran. O como explica el alcalde: "Si Bankia no nos denuncia esperaremos. No vamos a ir nosotros al toro".

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Álvaro Sánchez
Redactor de Economía. Ha sido corresponsal de EL PAÍS en Bruselas y colaborador de la Cadena SER en la capital comunitaria. Antes pasó por el diario mexicano El Mundo y medios locales como el Diario de Cádiz. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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