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Si no pagas por un producto es porque tú eres el producto

Lecciones de un consejero delegado para afrontar la revolución digital

María Fernández
El consejero delegado de Telefónica, José María Álvarez-Pallete.
El consejero delegado de Telefónica, José María Álvarez-Pallete.

Desde 1963 hasta hoy, España ha construido una economía igual, en tamaño de PIB, a la suma de Suecia y Holanda juntas. Estamos, según José María Álvarez-Pallete, consejero delegado de Telefónica, en un momento “sin precedentes en la historia de la Humanidad”. Lo que el filósofo del Siglo XII Bernardo de Chartres definía como “enanos a hombros de gigantes”, una sociedad que ha aprovechado los conocimientos y la experiencia del pasado para vivir algo completamente nuevo basado en la revolución de la tecnología.

“En Inglaterra el teléfono móvil se utilizó el año pasado una media de dos horas y 20 minutos. Solo diez de esos minutos fueron para hablar, el resto los usuarios buscaron noticias, compartieron contenidos, interactuaron. El móvil se está disparando, cada 22 segundos se venden 1.000 smartphones en el mundo, son la principal puerta de entrada a Internet”.

Álvarez-Pallete, que este viernes ofreció una conferencia en el IESE sobre las claves que tienen que conocer los directivos para lograr el éxito profesional en este mundo incierto, recordó que al día se vuelcan en las redes 2,5 billones de gigabytes de información. “El 96% de los datos de los que tiene constancia la Humanidad, desde que hay registros físicos, se ha generado en los últimos dos años. Todo el mundo ha empezado a generar conocimiento”. Estas son algunas de las claves para afrontar ese cambio.

Revolución y disrupción

Al teléfono fijo le costó 75 años alcanzar los 100 millones de usuarios. Al móvil le costó 16 años. Es, según el consejero de Telefónica, uno de los ejemplos de disrupción, ya que gracias a la tecnología masificar un producto resulta relativamente sencillo. “El 82% del tráfico que va por las redes es vídeo y casi el 60% de ese tráfico no es humano”, recuerda Álvarez-Pallete. “Lo que viene en los próximos años es el Internet de las cosas. Su ropa, su coche, su nevera, sus gafas, su contador de agua, todos los componentes de un avión van a estar conectados a Internet y van a emitir información. Dicen en Estados Unidos que los niños de ahora pueden ser los últimos que se sacarán el carné de conducir. A los del futuro los llevará un coche que se conducirá solo”. Los negocios van a la par de esa transformación. “Recuerdo que en unas Navidades se disparó el uso del SMS, yo estaba tan contento. La alegría me duró cuatro años”, sonríe el CEO de la tecnológica. Fue hasta que unos jóvenes decidieron que los SMS eran aburridos e inventaron Wassap. “El Iphone tiene siete años. Uber no existía hace tres años. Hoy hay más coches de Uber en Nueva York que taxis. No se una opción ser disruptivos: hay que serlo”. Los datos alimentan nuevas especialidades, nuevos perfiles profesionales que demandarán las empresas: “Necesitamos personas que entiendan cómo se trata esa información. Por eso las matemáticas, la física, se van a volver tan importantes”.

Valor y valores.

“El 55% del tráfico está encriptado. Hay muchas plataformas que dicen que la encriptación es mucho más segura para el cliente. Al generan ecosistemas cerrados, lo que se quiere es generar tráficos de datos que solo controle una plataforma, porque en el fondo eso es lo que venden”. Lo anterior es el ejemplo de una amenaza, según el ejecutivo de Telefónica, porque han surgido nuevas concentraciones que no están controladas por las autoridades de competencia. “Hay dos sistemas operativos que tienen el 96% de los smartphones del planeta (IOS y Android). Imagínense un mundo donde todo está conectado pero solo se hablan dos idiomas, que además no se entienden entre ellos. Y solo hay dos personas dueñas del diccionario”.

Álvarez-Pallete apela a la necesidad de reforzar los valores, la libertad del individuo. “No todo vale. Vamos cediendo parcelas de nuestra vida sin ser conscientes de lo que está ocurriendo, porque nadie lee esos contratos que suscribimos en Internet y que son tan largos. Les invito a hacerlo, se echarían a temblar. No se olviden de una cosa: si no están pagando por un producto es porque ustedes son el producto. Si uno no paga por algo es porque los datos que está generando se venden. Nadie puede vivir del aire. No hay servicios gratuitos, hay cesiones de información que generan modelos de negocio por la monetización de esos datos”. Hay cientos de ejemplos: la mayor compañía de contenidos es Facebook, pero no los genera. Lo mismo ocurre con Alibaba, la mayor empresa de logística “que no tiene ni inventarios. Airbnb [de alquiler de alojamiento] no tiene habitaciones y es más grande por su valor en Bolsa que cualquier cadena hotelera del mundo”. Ese cambio de modelo obliga a un cambio de mentalidad.

Morir joven

La vida media de las compañías está reduciéndose. “Hoy es de 15 años. Y eso nos tiene que hacer despertar”. Como ejemplo, Apple, que tiene en caja 185.000 millones de dólares. “Si saliera de compras podría hacerse con muchas otras compañías, incluida Twitter, Facebook, Dropbox… ¿Por qué tiene todo ese dinero en el banco? Porque sabe que depende de un solo producto, que es el Iphone, y se tiene que reinventar. No sé si Appel, pero seguro que otras empresas acabarán comprando grandes firmas de ropa u electrodomésticos para digitalizarlas”.

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Sobre la firma

María Fernández
Redactora del diario EL PAÍS desde 2008. Ha trabajado en la delegación de Galicia, en Nacional y actualmente en la sección de Economía, dentro del suplemento NEGOCIOS. Ha sido durante cinco años profesora de narrativas digitales del Máster que imparte el periódico en colaboración con la UAM y tiene formación de posgrado en economía.

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