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Boeing cierra un oportuno contrato con la sancionada Rusia

El fabricante de aviones estadounidense entregará a Volga-Dnepr una veintena de "jumbos"

Cola de un B747-8 en la planta de Boeing en Everett
Cola de un B747-8 en la planta de Boeing en EverettDavid Ryder (Bloomberg)

La planta que ensambla en Everett el legendario jumbo acaba de recibir una bocanada de viento de cola, en un momento crítico para esa línea de producción de Boeing. La compañía estadounidense anunció en la Feria Aeronáutica de París un contrato para la entrega de una veintena de B747 en la versión de carga a la compañía rusa Volga-Dnepr. El pedido, además, se da a conocer con EE UU sometiendo a Rusia a sanciones por la intervención en Ucrania, que no afectan a aeronáutica civil, y con el rublo por los suelos.

Boeing, como su rival europea Airbus, están viendo desde hace más de dos años cómo la demanda por sus grandes aviones está virando hacia modelos de tamaño medio propulsados por dos motores, mucho más eficientes y flexibles que los de cuatro como el B747 y el gigantesco A380. En el caso de la compañía de Chicago los modelos beneficiados son el B777 y el B787. Jim McNerney, su consejero delegado, insiste que sigue habiendo un “mercado de nicho” para el jumbo.

McNerney, en una conversación con este diario la semana pasada, sugería que habría anuncios para el B747 en esta cita. “Hay demanda tanto de las aerolíneas comerciales como para el transporte de mercancías”, señaló. Era su manera de decir también que Boeing no da por muerto este icónico avión. Es más, el ejecutivo recordó que el nuevo modelo incorpora algunas de las tecnologías del Dreamliner.

El contrato anunciado con Volga-Dnepr está valorado en 7.400 millones de dólares, de acuerdo con el precio al que se ofrecen estos aviones en cartera, y las entregas se realizarán durante los próximos siete años. De ese total, una parte se venderá directamente a la compañía rusa. Estos modelos les servirán para sustituir los Antonov que opera en la actualidad para el transporte de equipamiento a sus clientes.

Los 20 aviones son suficientes para cubrir año y medio de trabajo en Everett, donde los pedidos acumulados hasta ahora eran de 32 unidades del B747. Boeing se vio forzada a reducir en varias ocasiones el ritmo de producción del jumbo para ajustarse a la baja demanda, a poco más de una unidad el mes. Es el avión más caro de la compañía aeroespacial. El pasado ejercicio fue el primero desde 1966 que cerró sin un solo pedido.

El pasado mes de marzo, la aerolínea Silk Way West anunció la compra de tres B747 en la versión de carga. Volga-Dnepr, por su parte, ya opera 14 jumbos. Pero pese a que vuelven a llover contratos para la planta en los suburbios de Seattle tras más de un año de sequía, lejos quedan los tiempos en los que el icónico avión inició las rutas intercontinentales y se convirtió en el avión de la globalización del consumo en los años 1970 y 1980.

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