El FMI respalda las reformas de Renzi

Christine Lagarde confía en Matteo Renzi. Después de dos disgustos consecutivos –la sentencia que obliga al Estado a pagar las pensiones que congeló Mario Monti y el rechazo social a la reforma de la escuela--, el primer ministro italiano ha acogido como agua de mayo el respaldo del Fondo Monetario Internacional (FMI) a su política de reformas. Según han explicado en Milán los inspectores de Washington, el PIB italiano crecerá este año un 0,7% y un 1,2% en 2016 gracias a que “las importantes reformas económicas e institucionales han devuelto la confianza al país”. Italia, añade, “está emergiendo lentamente de una dolorosa recesión”.

Petya Koeva-Brooks, la jefa de la misión del FMI en Italia, ha explicado que la mejoría de la economía italiana se debe al aumento de las exportaciones y al mayor gasto de empresas y consumidores. “El primer trimestre”, ha explicado, “ha ido mucho mejor de lo que se esperaba, aunque para 2016 somos todavía cautos porque queremos ver hasta qué punto se reanudará la inversión”.

El repunte de la economía italiana, según el FMI, se debe en gran medida al programa de compra de deuda del Banco Central Europeo (BCE): “Los intereses de los bonos soberanos han caído a niveles previos a la crisis, a pesar del reciente repunte, y los costes de financiación de bancos y empresas han descendido”.

En cuanto a las políticas de Renzi, el FMI advierte de que los buenos datos no pueden llevar a una relajación, sino a todo lo contrario. “Es el momento”, explica Koeva-Brooks, “de insistir en la agenda de reformas; existe ahora una ventana de oportunidad para emprender reformas más profundas que aceleren el crecimiento”. Italia, no obstante, aún se encuentra muy lejos de los indicadores previos a la crisis, y se hace patente sobre todo en las altas tasas de desempleo juvenil.