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S&P baja la calificación de Andorra tras la intervención de BPA

La agencia teme el impacto en las cuentas públicas de posibles actuaciones en la banca

La agencia de calificación Standard & Poor's (S&P) ha rebajado este viernes el rating de Andorra tras la intervención de Banca Privada d'Andorra (BPA) de BBB+ a BBB, lo que supone colocar la nota de la deuda pública del país a dos pasos del bono basura. "El posible impacto del movimiento del Tesoro de EE UU [que denunció a BPA por blanqueo de capitales] en otros bancos del sector financiero de Andorra es incierto en el corto plazo", explica en un comunicado la agencia para justificar su decisión.

S&P avala la decisión del supervisor andorrano de intervenir la entidad y destituir el consejo de administración. "Las autoridades andorranas están en estos momentos dando pasos decididos y están comprometidas a mantener la estabilidad del sistema financiero del país", afirma el comunicado. También se afirma que el órgano regulador del sistema financiero andorrano, el Institut Nacional Andorrà de Finances (INAF), "coopera con los reguladores internacionales de aquellas jurisdicciones en las que operan los bancos andorranos".

El comunicado destaca que el INAF está avanzando en la implementación de los estándares financieros internacionales y en los criterios reguladores de Basilea III. El informe, además, destaca la adecuada capitalización de la banca andorrana, con unos ratios de solvencia cercanos al 22% y de liquidez del 70%.

Standard & Poors, sin embargo, considera que el caso de BPA ha puesto de manifiesto los riesgos del sistema financiero. Por un lado, destaca el enorme peso del sector financiero, que supone el 22% del PIB y gestiona activos que multiplican por 17 el valor añadido que genera en un año el país. Además, recuerda sus anteriores advertencias sobre la expansión de las entidades andorranas en los últimos años, que se han abierto a productos más complejos y han avanzado en la gestión de fondos en países emergentes, lo que multiplica los riesgos. Sobre todo, si las autoridades detectan prácticas irregulares en otras entidades, como las halladas en BPA, al que EE UU acusa de facilitar el lavado de dinero ilícito.

La debilidad institucional de Andorra para abordar problemas bancarios es otra clave. S&P recuerda que en el país pirenaico no existe un prestamista de último recurso, como es el caso del BCE en la zona euro, aunque los bancos andorranos sí pueden pedir financiación de emergencia al supervisor del euro a través de filiales en otros países europeos. Y la agencia considera que el presupuesto de la Administración andorrana, de unos 400 millones de euros, tampoco da para financiar ningún tipo de rescate.

Todo ello ha hecho que el riesgo, en palabras del comunicado, "crezca por encima de lo esperado". Según el informe, el anuncio del Tesoro abre un periodo de incertidumbre, ya que BPA podría ver reducida su capacidad operativa si finalmente se adoptan las medidas de bloqueo de activos propuestas por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.

La rebaja de la calificación de Andorra va acompañada de una observación de vigilancia negativa, que se confirmará o no en función de las decisiones que acaben adoptando las autoridades estadounidenses y las que tomen las instituciones andorranas para mantener la estabilidad del sistema financiero.

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