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La clave del éxito de Geox

La empresa defiende como crucial la gestión de la propiedad intelectual en el negocio

Marién Kadner
Centro de diseño de Geox, empresa italiana de calzado.
Centro de diseño de Geox, empresa italiana de calzado. Fabrizio Annibali

La anécdota se ha convertido en un mito. Mario Moretti Polegato, presidente de Geox, la primera industria de calzado clásico y casual en Italia, caminaba por el desierto del Estado de Nevada (EE UU), cuando, hastiado por el calor que sentía en los pies, sacó una navaja suiza de su bolsillo e hizo un agujero en las suelas de sus zapatillas. “Creé una ventilación”, exclama. Ya de vuelta en Italia estudiaría cómo evitar que entrara el agua, para mejorar su invento. Así nació la que se anuncia como única empresa en el mundo que fabrica zapatos transpirables e impermeables. La única, gracias a la estrategia de patentar, en más de 100 países, desde la primera idea hasta las 60 innovaciones tanto tecnológicas como de diseño que la empresa ha introducido en el calzado.

A principios de los años 90, la idea de Moretti Polegato (Crocetta del Montello, 1952), descendiente de una familia que posee una bodega veneciana, Villa Sandi, especializada en vino proseccco, no era dedicarse a fabricar calzado: “Quería vender la idea y hacer dinero rápido”, recuerda. Pero ninguna de las compañías alemanas, estadounidenses e incluso españolas, como Kelme, a las que ofreció la patente, se interesó por el proyecto. Hoy, Geox, cuyos ingresos han sufrido también el temporal de la crisis reduciéndose en un 6,6% hasta los 754,2 millones de euros en 2013 —los datos de 2014 se publicarán en marzo—, tiene 1.248 tiendas repartidas en 103 países, da empleo, sumando el directo y el indirecto, a unas 30.000 personas y un 60% de sus ventas se realizan fuera de Italia, en Alemania, Francia y España, mayoritariamente.

Mario Moretti Polegato, presiente de Geox.
Mario Moretti Polegato, presiente de Geox.

“Innovar no es solo crear, es también patentar e investigar”, reivindica Moretti Polegatto, jurado de los premios de la Oficina Europea de Patentes (European Inventor Award), que galardonan la innovación del año en diferentes categorías, y conferenciante en escuelas y universidades sobre la propiedad intelectual. Pone como ejemplos el café y la pizza. En su opinión, ha ocurrido ya demasiadas veces que “la idea italiana se ha convertido en un negocio extranjero, como Starbucks o PizzaHut”. Por ello, recomienda a los emprendedores que, “inmediatamente” después de tener una idea, la describan y la depositen en la cámara de comercio del país, donde le podrán un sello con una fecha. Aunque se trate solo de una demanda —hasta que una comisión examine si la idea es nueva y, por tanto, si se puede patentar—, se abre un margen de tiempo para vender el proyecto o para extender la demanda a otros países, por ejemplo. Si la demanda es aceptada, se pagan entonces los derechos sobre la idea para 20 años si se trata de una patente tecnológica y para 10, si es de diseño. Para gestionar este proceso, Geox cuenta con una cincuentena de abogados que protegen estos derechos de propiedad a lo largo y ancho del Globo.

Para Moretti Polegato, la falta de credibilidad de la economía italiana —cuya previsión de crecimiento para este año, según la Comisión Europea, es del 0,6% frente al 2,3% de España— no se debe a una escasa innovación. “A pesar de que el número de patentes registradas en Italia está disminuyendo —también en España—, los italianos tienen la capacidad de crear y con buena voluntad seguramente superarán este momento. El verdadero problema es que no existe una clase política que promueva la confianza”. El empresario considera que su país ha dejado aparcada durante muchos años la adaptación a la economía de mercado. No obstante, apoya al actual primer ministro italiano, Matteo Renzi. “Está muy concentrado en ayudar a la economía italiana. Las reformas que está haciendo sirven para que Italia vuelva a ser competitiva”. Entre ellas, la del mercado de trabajo que se está llevando a cabo con una férrea oposición de los sindicatos.

Entre las novedades de la reforma está la posibilidad de no pagar la seguridad social de cada nuevo empleado durante un máximo de tres años. “Muchos jóvenes entrarán en el mercado laboral. De esta forma, se puede asumir a más trabajadores con un coste menor”, explica el empresario. En Italia (49,3%), como en España (51,8%), la mitad de los jóvenes no tienen empleo. ¿Tuvo Moretti Polegato una perspectiva de futuro más optimista que la que tienen los jóvenes hoy? “Mucha gente en Italia teme que los jóvenes se vayan al extranjero. No estoy de acuerdo. Un joven debe tener experiencia fuera de su país”. De esta manera, según el presidente de Geox, los jóvenes italianos aprenderán lo que la escuela italiana no enseña. “El problema no es que los jóvenes españoles o italianos se vayan al extranjero, el desafío es que España e Italia sepan a atraer a jóvenes estadounidenses, chinos… Esta es la gran ventaja de la globalización: el libre comercio y la libre circulación”.

Lo que para Moretti Polegato es otra exigencia de la globalización es el despido libre. “Yo tengo que vender zapatos buenos y bonitos, muy rápido, con un precio justo y así, toda la economía. Por esto, una empresa debe tener la capacidad de despedir de manera libre, para hacer salir y entrar a la gente en función de las necesidades del mercado”. Pero con lo que parece hervirle todavía más la sangre es la gran maquinaria burocrática italiana. “Lo ha intentado, pero Renzi no ha tenido la capacidad de despedir a trabajadores públicos. Es aún una característica de una economía planificada, del comunismo”, remata.

Preocupado por las tensiones entre Grecia y los acreedores de su deuda, el presidente de la multinacional defiende que la Unión Europea continúe ayudando al país heleno. “Si Grecia no puede pagar, no paga, habrá que ofrecerle una dilación en el pago, pero debe seguir perteneciendo a Europa”, propone preocupado por conservar un euro fuerte. “El problema de Europa es crecer, crecer y crecer, en Italia y en España”. Enseguida Moretti Polegato se vuelve a mostrar convencido de que dentro de poco Italia “despegará” y recuerda: “Los empresarios italianos están con Renzi”.

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Sobre la firma

Marién Kadner
Trabaja en la sección de Internacional de EL PAÍS. Antes estuvo en la edición digital del periódico, así como en la delegación del diario en Ciudad de México. Estudió Ciencias Políticas en la Universidad de Granada y en Sciences Po Bordeaux, y el Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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