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La nueva vida con un euro débil

La depreciación de la divisa común acelera las ventas internacionales y pone en jaque a las firmas de monedas muy revalorizadas

Amanda Mars
Un trabajador de la empresa UBS (United Barcode Systems) de Vilassar de Mar (Barcelona).
Un trabajador de la empresa UBS (United Barcode Systems) de Vilassar de Mar (Barcelona).Massimiliano Minocri

El oleaje del mercado de las divisas deja resaca desde la ciudad de Biel, capital relojera de Suiza, cuartel general de firmas como Omega o Swatch, hasta la localidad barcelonesa de Vilassar de Mar, donde una de esas empresas catalanas, industrial y pequeña, desconocida pero totalmente internacionalizada, se frota las manos con la caída de la cotización del euro frente al resto de grandes monedas. "Se va a notar porque nos hace más competitivos, desde octubre hemos percibido un auge de ventas a los países que exportamos fuera de la eurozona", explica Judit Bueno, directora financiera de United Barcode Systems, una firma con una treintena de trabajadores que producen maquinaria para poner etiquetas y códigos de barras en los embalajes.

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El 80% de lo que hacen se vende fuera de España. Y, según cuenta la directiva, los pedidos de Femsa, que es la embotelladora de Coca-Cola para varios países latinoamericanos, han subido alrededor de un 7% desde octubre. La firma Ambers, por su parte, también ha aumentado la demanda en los últimos meses. "En cambio nos hemos vuelto más caros para nuestros clientes rusos, por la caída del rublo, aunque no son uno de nuestros grandes mercados", explica.

Pero en las mismas fechas en las que Judit Bueno daba cuenta de esta buena racha, un ejecutivo de Biel llamado Nick Hayeck, presidente de la popular firma Swatch, se llevaba las manos a la cabeza. "¡Me faltan palabras! Jordan no solo es solo el nombre del presidente del Banco Nacional de Suiza, sino también de un río, y la acción de hoy ha sido un tsunami para la industria exportadora, para el turismo y, al final, para todo el país", estallaba el 15 de enero.

El banco central de su país había causado un terremoto en la Bolsa suiza ese día al suprimir de cuajo el límite que había impuesto al tipo del cambio del franco frente al euro con el objetivo precisamente de defender sus exportaciones. En esta jornada la divisa se disparó un 14% frente al euro, y en algunos momentos del día llegó a subir hasta un 28%. Así que intentar vender un reloj Swatch iba a resultar mucho más difícil fuera del ya de por sí caro país helvético.

Además, este giro de las autoridades suizas se daba en un contexto ya a la baja la divisa europea frente al dólar: si un euro se traducía en 1,36 billetes verdes hace justo un año, ahora solo da para 1,13. Es una depreciación de casi el 17%, hasta el nivel más bajo de los últimos 12 años. La política expansiva del Banco Central Europeo (BCE), con el precio del dinero en casi cero, entre otras medias, coincidía con el inicio del repliegue de los estímulos de la Reserva Federal estadounidense (Fed). Respecto a la libra esterlina, la caída anual del euro es del 10%. Y frente al franco suizo que quita el sueño a Swatch, la moneda europea acumula una pérdida del 11% desde que comenzó el año, hace apenas mes y medio. Es lo que ayuda a explicar por qué, por ejemplo, el turismo suizo en España aumentó un 39% el pasado diciembre respecto al mismo mes del año anterior.

El turismo suizo se disparó un 39% en diciembre y las exportaciones suben

Y, aunque las relaciones comerciales españolas aún están muy concentradas en los países de la unión monetaria, los datos oficiales apuntan a una aceleración de las exportaciones en el último trimestre de 2014: el Indicador Sintético de Actividad Exportadora (ISAE) se situó en 18,2 puntos, frente a los 7,6 puntos del trimestre anterior, según los datos publicado por el Gobierno a finales de enero.

El euro débil abarata las exportaciones fuera de la eurozona, como le ocurre a la fábrica de Vilassar, y atrae a visitantes cuyas divisas domésticas gana poder adquisitivo en la Vieja Europa, como ocurre en el Ritz de Madrid. Tres de cada 10 huéspedes de este lujoso hotel proceden de EE UU y, según explica su director, Christian Tavelli, "esto les permite reservar mejores habitaciones y gastar más durante su estancia". Además, añade "se nota que hay más demanda en los viajes de empresas, de grupos".

Es lo contrario que ocurre cuando una moneda se vuelve cara. Así que Dinamarca reaccionó a la medida de Suiza rebajando por cuarta vez en este 2015 el tipo de interés que aplica a los depósitos de las entidades financieras hasta el -0,75%, con el fin de desincentivar la entrada de capital y evitar una revalorización de su moneda. Y Suecia se despachó esta semana con una rebaja del tipo de interés y con un plan de compra de deuda.

“Es importante evitar una guerra de divisas”, advierten desde el FMI

El peligro es que las medidas de un banco central retroalimenten a otros hasta desatar las temidas guerras de divisas: a ver quién deprecia más su moneda para ganar la carrera comercial. El temor surge recurrentemente. "Es importante para la comunidad internacional trabajar juntos para evitar una guerra de divisas que nadie puede ganar", alertó el subdirector del Fondo Monetario Internacional (FMI), Min Zhu, el pasado enero en el foro de Davos.

El analista financiero Juan Ignacio Crespo rechaza el concepto bélico. "No hay guerras de divisas, hay depreciaciones por turnos", apunta. A su juicio, "es posible que la paridad euro dólar llegue entre este año y 2016". Hay un rosario de analistas que ven claro el camino hacia ese equilibrio entre ambas monedas, aunque Geoffrey Yu, experto en divisas de UBS, fija el pronóstico en 1,10 dólares por euro para 2016.

El programa de compra de activos públicos y privados por parte del BCE por valor de 60.000 millones de euros mensuales a partir de marzo abona las expectativas de que la divisa seguirá depreciándose. ¿Solo tiene ventajas? No, para muchas empresas se encarecen los costes de importación fuera de la zona euro. Además, quien tiene deudas o hipotecas en otras divisas que se fortalecen pueden acabar pagándolo más caro. "Normalmente, las desventajas se enmarcan en los mayores costes de importación, aunque la caída de los precios del petróleo y las materias primas ha sido un estímulo", dice Yu. En eso coinciden fuentes del grupo turístico español Globalia: "la bajada del precio del crudo está compensando la debilidad del euro", señalan.

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Sobre la firma

Amanda Mars
Directora de CincoDías y subdirectora de información económica de El País. Ligada a El País desde 2006, empezó en la delegación de Barcelona y fue redactora y subjefa de la sección de Economía en Madrid, así como corresponsal en Nueva York y Washington (2015-2022). Antes, trabajó en La Gaceta de los Negocios y en la agencia Europa Press

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