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Los grandes del euro planean inyectar 15.000 millones al Fondo Juncker

Los socios piden que Bruselas garantice que lo invertido no computará en el déficit

Claudi Pérez
Desde la izquierda: El comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, con el ministro de Economía, Luis de Guindos (c), y su homólogo francés, Michel Sapin
Desde la izquierda: El comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, con el ministro de Economía, Luis de Guindos (c), y su homólogo francés, Michel SapinJULIEN WARNAND (EFE)

Los ministros de Economía de la Unión Europea dieron ayer el visto bueno a las líneas maestras del Fondo Juncker, que planea invertir 315.000 millones de euros en colaboración con el sector privado en los próximos tres años. Y fueron incluso un paso más allá. La Comisión Europea ha empezado ya a buscar inversores para el proyecto, que echará a andar a mediados del año próximo. Pero en paralelo las grandes capitales están dispuestas a dar un espaldarazo político al plan Juncker con dinero contante y sonante: Francia, Italia y España han mostrado ya en Bruselas interés por inyectar fondos, e incluso Alemania, que va curando su escepticismo inicial, estudia participar si el respaldo de los socios europeos es lo suficientemente sólido, explicaron ayer a este diario tres fuentes involucradas en ese proceso. Los grandes países del euro “estarán presentes en el capital del plan”, apuntó uno de los ministros del Eurogrupo a este diario.

Incluso Gobiernos no europeos, como el chino, se han acercado a Bruselas para dar muestras de su interés, según informan fuentes comunitarias.

El vicepresidente comunitario Jyrki Katainen dijo en un encuentro con varios diarios europeos que bastaría con “15.000 millones procedentes de las capitales” para apuntalar el fondo. Pero fuentes de la eurozona elevaban anoche las cifras que se manejan de forma preliminar a unos 20.000 millones por parte de los socios europeos, que se unirían a los 21.000 millones de capital público (16.000 de los presupuestos europeos y 5.000 del Banco Europeo de Inversiones) que servirán como palanca para alcanzar la cifra mágica de los 315.000 millones.

El ministro de Economía español, Luis de Guindos, fue uno de los más explícitos y anunció la “predisposición” de España a aportar capital al fondo. Guindos rehusó hablar de cifras y explicó que el vehículo diseñado por la Comisión está aún en fases muy iniciales: “Se conocen solo los mimbres del plan; hacen falta más detalles”. Pero las fuentes consultadas explicaron que Madrid podría poner hasta 3.000 millones en tres años, en función de un futuro acuerdo entre las principales capitales y el presidente de la Comisión, el luxemburgués Jean-Claude Juncker.

Esas cifras están aún muy verdes, pero tanto Madrid como París y Roma han dado señales claras de que arrimarán el hombro, e incluso Berlín amaga con contribuir siempre que haya un acuerdo de amplio espectro. A cambio quieren las cosas claras. Fuentes europeas explicaron que las capitales ya han adelantado a la Comisión que solo inyectarán fondos en el plan si Bruselas concreta “por escrito y en detalle” la fórmula elegida para que esas inversiones no computen en el cálculo de los objetivos de déficit.

Katainen ha dado hasta ahora pocas pistas al respecto. “Los Estados miembros, directamente o a través de sus bancos públicos, tendrán la oportunidad de contribuir al fondo. La Comisión tomará una posición favorable sobre dichas contribuciones de capital [en el cálculo del déficit] en el contexto del Plan de Estabilidad y Crecimiento”, según los documentos oficiales. Bruselas concretó ayer que el tratamiento será similar al de las aportaciones al mecanismo de rescate europeo (Mede): inicialmente ese dinero no supone más déficit, y si al final su uso arroja pérdidas —como en el caso español en los rescates de las cajas nacionalizadas—, no computa para las metas de déficit.

La Comisión y el BEI presentaron oficialmente a los ministros del Ecofin los 2.000 proyectos enviados por los Veintiocho, con un coste total de 1,3 billones. Hasta 2017, los planes de inversión de las capitales suman en torno a medio billón de euros. Bruselas dejó claro que esa lista no es definitiva, y que solo activará los proyectos más atractivos. Y reiteró que no habrá cuotas por países ni por sectores, por mucho que algunos Estados miembros inyecten capital al fondo y traten de presionar a favor de sus planes. “Hay incógnitas por resolver, en particular el tratamiento fiscal de las inversiones y la forma de elegir a los comités que decidirán qué proyectos salen adelante y cuáles no”, resumieron fuentes del Ecofin. 

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Sobre la firma

Claudi Pérez
Director adjunto de EL PAÍS. Excorresponsal político y económico, exredactor jefe de política nacional, excorresponsal en Bruselas durante toda la crisis del euro y anteriormente especialista en asuntos económicos internacionales. Premio Salvador de Madariaga. Madrid, y antes Bruselas, y aún antes Barcelona.

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