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Azkoyen endereza el rumbo

La compañía navarra quiere crecer en Latinoamérica tras dejar atrás los números rojos

David Fernández
Trabajadores de Azkoyen ensamblan una máquina expendedora en la planta que la compañía tiene en Peralta (Navarra).
Trabajadores de Azkoyen ensamblan una máquina expendedora en la planta que la compañía tiene en Peralta (Navarra).Unai Beroiz

Peralta es un pequeño pueblo de Navarra junto al río Arga. En 1945, Luis Troyas tomó la denominación en euskera de la localidad (Azkoien) para bautizar el taller en el que fabricaba peladores de espárragos y de patatas. Pocos años después su espíritu emprendedor le llevó a diseñar las primeras máquinas de venta automática de golosinas y de recarga de gasolina para mecheros. Azkoyen fue creciendo y especializándose en el negocio de las máquinas expendedoras de tabaco y café. En los años 70 entraron inversores navarros que profesionalizaron la gestión de la empresa, en 1988 llegó la salida a Bolsa y con ella la entrada en nuevos negocios y mercados. El estallido de la crisis financiera, sin embargo, cogió a la empresa con un elevado apalancamiento y llegaron los números rojos. El bache, sin embargo, parece haber quedado atrás. Los beneficios, aunque moderados, se consolidan, y el acuerdo con la banca para reestructurar la deuda ha dado aire grupo. Enderezado el rumbo, el objetivo es dar el salto a Latinoamérica.

El grupo acaba de abrir una planta en Colombia, la primera fuera de la UE

Uno de los principales pilotos de la recuperación de Azkoyen es el director general, Eduardo Unzu, que llegó a la compañía en 2010. “Nos sentimos moderadamente satisfechos. El entorno económico aún es complicado, hay incertidumbre, pero queremos seguir mejorando”, señala. En los nueve primeros meses de 2014 la compañía facturó 85,95 millones de euros, un 4,5% más que en 2013, y el beneficio neto fue de 0,88 millones, frente a las pérdidas de 1,8 millones de un año antes. La previsión de la empresa es cerrar 2014 con una mejora de la facturación de entre el 3% y el 5%.

En la planta de Peralta conviven las dos almas de Azkoyen. La zona dedicada al montaje de las máquinas expendedoras conserva el aroma del pasado industrial de la empresa. Apenas a 100 metros de distancia están las instalaciones de la división de medios de pago, con uso intensivo de tecnología punta. La tercera línea de negocio —sistemas de seguridad y control de acceso— tiene su epicentro en la fábrica de Primion, ubicada en Alemania. “La innovación lo es todo para nosotros, es el aire que respiramos. El 15% de la plantilla está asignada a labores de I+D y a esta partida se le asignan cada año cerca de 8,5 millones de euros. Nos consideramos, más que una empresa industrial, una pequeña multinacional tecnológica”, dice Unzu.

Fruto de esa apuesta por la innovación, Azkoyen presentó esta semana en la City londinense el proyecto Button Gourmet. Se trata de un punto de venta de comida válido las 24 horas del día, una máquina expendedora del estilo y el tamaño de las furgonetas de comida callejera, donde los empleados de una empresa pueden obtener un menú completo. Otra innovación en la que tienen puesta mucha confianza es el dispositivo cashlogy, una cajero de gestión de efectivo para que los comercios faciliten a los clientes el pago de su compra y evita a los establecimientos el fraude y los descuadres de caja. Por otro lado, las máquinas expendedoras de última generación permiten que los usuarios, a través de una aplicación para móviles, personalicen su café.

Las máquinas de tabaco, que en su momento pusieron a la compañía en el mapa, han ido perdiendo peso en el negocio y suponen menos del 10% de la facturación. Por segmentos de actividad, el área de máquinas expendedoras aportó el 32,8% de las ventas de Azkoyen en los nueve primeros meses del año, los medios de pago electrónico generaron el 27,31% y la filial de tecnología y seguridad casi el 40%. “Las tres líneas de negocio de Azkoyen tienen potencial, aunque el mercado que mejor se está comportando es el de seguridad. El área de vending y, en menor medida el de medios de pago, están más ligados al consumo y éste está relacionado con el desempleo”, señala el director general.

En 2017, cuando se paguen los préstamos, se abrirá la puerta al dividendo

En los últimos cuatro años la compañía se ha centrado en la reducción del endeudamiento. En diciembre de 2009 los compromisos financieros de Azkoyen ascendían a 80,8 millones de euros y ahora se sitúan en 32,4 millones. A pesar de este importante desapalancamiento, Azkoyen sigue priorizando su reducción. “El consejo de administración considera que es un aspecto clave. Al final, la deuda te ata de pies y manos. No hemos llegado aún al punto óptimo. Estamos ahora mismo en un ratio deuda sobre Ebitda de 2,4 veces y en un plazo de dos o tres años nos gustaría dejarlo en una vez”, comenta Unzu.

En mayo de 2013, y después de una larga negociación, Azkoyen logró un acuerdo con la banca acreedora para extender en tres años (de diciembre de 2014 a diciembre de 2007) el plazo de amortización de un préstamo sindicado por valor de 27,5 millones de euros. “Más que el montante de la deuda, lo que nos ahogaba eran los plazos de devolución. Entre las cláusulas del acuerdo está que no podemos volver a repartir dividendos hasta que no hayamos devuelto más de la mitad del sindicado. Estamos trabajando para librarnos de esos compromisos en 2017 y volver a retribuir al accionista”, asegura el directivo.

De forma paralela al desapalancamiento, Azkoyen ha reducido en los últimos años su exposición al mercado español. En 2009 el negocio doméstico aportaba el 55% de las ventas totales de la compañía, peso que en 2013 había bajado al 14%. La internacionalización de la compañía se ha centrado sobre todo en Europa. El continente aporta casi el 95% de las ventas exteriores y Azkoyen quiere ahora reducir esa dependencia. “En un contexto en el que a Europa le está costando dejar atrás la recesión y donde la expectativa de crecimiento en los próximos tres años es moderada, resulta indispensable la apertura de mercados más allá de la Unión Europea”, según Unzu.

En esta aventura exterior Latinoamérica se presenta como un destino prioritario. De hecho, Azkoyen abrió el pasado mes de octubre una planta en la Zona Franca de Pereira (Colombia), la primera fuera de la UE. “Latinoamérica ofrece un binomio muy interesante para nosotros. Por un lado, es un mercado por explotar. En máquinas de vending, por ejemplo, no hay un solo fabricante latinoamericano en máquinas de café. Los pocos dispositivos que hay en la región son de importación, fundamentalmente de España, Italia y Estados Unidos. La segunda oportunidad que nos ofrece Latinoamérica es disponer, dentro del grupo, de plantas con costes más competitivos”, argumenta el director general.

Las acciones de Azkoyen valen 2,03 euros, lejos del máximo histórico de 8,64 euros de julio de 2007. La cotización recuperó terreno en 2012 (subida del 20,3%) y en 2013 (54,4%). Sin embargo, este año, tras rebasar la barrera de los tres euros, los títulos vuelven a dar síntomas de debilidad. El mínimo anual se marcó en octubre pasado, coincidiendo con la salida de Francisco García Paramés de Bestinver. La gestora de la familia Entrecanales posee algo más del 7% del capital de Azkoyen y el mercado temió una posible desinversión tras la salida de Paramés. “Bestinver es accionista de la compañía desde hace muchos años. Conoce la empresa y al equipo gestor y confiamos en que sigan con nosotros”, concluye el directivo.

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Sobre la firma

David Fernández
Es el jefe de sección de Negocios. Es licenciado en Ciencias de la Información y tiene un máster en periodismo por EL PAÍS-UAM. Inició su carrera en Cinco Días y desde 2006 trabaja en EL PAÍS, donde se ha especializado en temas financieros. Ha ganado los premios de periodismo económico de la CNMV, Citigroup, Aecoc y APD.

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