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La debilidad económica lleva a Japón a reforzar los estímulos

La inesperada ampliación del plan del banco central empuja las bolsas Fondo Monetario defiende más medidas expansionistas para la eurozona

Haruhiko Kuroda, gobernador del Banco de Japón, en la rueda de prensa.
Haruhiko Kuroda, gobernador del Banco de Japón, en la rueda de prensa.Junko Kimura-Matsumoto (Bloomberg)

La recuperación económica que se resiste en Europa tampoco acaba de cuajar para Japón, que ha tenido que reforzar su ya de por sí agresivo programa de estímulo. El Banco de Japón acordó este viernes bombear más dinero a los mercados financieros y aumentar las compras de deuda pública para reavivar la tercera economía mundial, que vuelve a flaquear ante la caída de la demanda interna provocada por la subida del IVA del pasado abril. Si el miércoles la Reserva Federal (Fed) estadounidense puso fin a su programa de inyecciones masivas, ya que su economía sigue el ritmo requerido para ello, el Banco de Japón optó de forma inesperada por lo contrario. El movimiento empujó a las bolsas. El índice Nikkei de la Bolsa de Tokio cerró con ganancias del 4,83% y alcanzó en siete años, mientras que la cotización del yen japonés frente al dólar se desplomó hasta su nivel más bajo también en casi siete ejercicios.

Wall Street abrió al alza y llegó a tocar su récord intradía, mientras que los parqués europeos registraron fuertes subidas en una semana bastante turbulenta. La Bolsa española subió el 2,09%, mientras que Milán ganó el 3,07%; Fráncfort, el 2,33% y París el 2,22%.

La inflación de la zona euro sube una décima en octubre hasta el 0,4%

Los mercados no respondieron con caídas a la confirmación del cese de los grandes estímulos de la Fed, que ya descontaban, pero sí se han entusiasmado con un impulso de los del Banco de Japón, pese a que, a la postre, indica que la recuperación económica va peor de lo esperado. En concreto, el órgano regulador japonés incrementará la base monetaria (la suma del dinero en circulación y de las reservas de los bancos comerciales en el banco central) a un ritmo de 80 billones de yenes anuales (unos 575.000 millones de euros al cambio de hoy), por encima de la cifra que inyectaba hasta ahora, que oscila entre los 60 y 70 billones de yenes. Haruhiko Kuroda había insistido en que el plan de estímulo lanzado en abril del año pasado –uno de los mayores de la historia— era suficiente para dejar atrás 15 años de estancamiento económico y deflación. La institución llegó a decir que la cifra inicial había ejercido “los efectos deseados”. De hecho, varios miembros de la junta monetaria de la institución no estaban convencidos de esta nueva inyección y ésta se aprobó por los pelos, con cinco votos a favor y cuatro en contra.

Desde su llegada al poder en diciembre de 2012, el primer ministro Shinzo Abe anunció medidas contundentes bajo tres premisas: estímulo fiscal, expansión monetaria y reformas estructurales (una estrategia bautizada como Abenomics). El primer ministro cambió al gobernador del banco central y éste inició el segundo de los pilares para lograr que la inflación del país alcanzara el 2% a mediados de 2015. Pero en 2013 la cifra se situó en el 0,4% —el primer año que se alcanzó una tasa positiva desde 2008— y en lo que va de 2014 el indicador ha subido a un ritmo más lento del esperado.

La caída demanda interna, afectada por la subida del IVA, pone en peligro tanto los objetivos de inflación como los de crecimiento. El PIB del país se contrajo entre abril y junio un 7,1% (en tasa anualizada) en relación con el mismo periodo del año anterior. El banco central también defendió la ampliación del programa por “la preocupación ante la caída de los precios del crudo”, que podría agudizar el problema. “Se trata de un paso bastante drástico, así que espero que tendrá un efecto importante en la economía. No creo que haya una necesidad inmediata de tomar más acciones, pero estamos comprometidos a hacer los ajustes necesarios dependiendo de los riesgos que vayan apareciendo”, dijo Kuroda tras el anuncio, informa Reuters.

De hecho, el organismo rebajó las perspectivas de crecimiento del país para este año fiscal, que se cierra en marzo de 2015, del 1% al 0,5%. Aun así, el banco central estima que con esta receta Japón “seguirá creciendo a un ritmo por encima de su potencial”.

Por su parte, Rusia elevó los tipos del 8% al 9,50% para atajar la escalada de precios y el empeoramiento de la economía por las sanciones por el conflicto de Ucrania.

El índice Nikkei tocar su máximo en siete años y el yen se desploma

La debilidad económica que ha llevado a Japón a acelerar sus estímulos también ha llevado al Banco Central Europeo (BCE) a abrir una nueva ola de crédito barato y comprar activos privados. Pero el parón de este verano y la baja inflación esperada —este viernes se supo que el IPC de la zona euro quedó en el 0,4% en octubre, frente al 0,3% de septiembre— ha llevado a la mayoría de analistas y a organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) a pedir más. “El BCE debería estar dispuesto a hacer más, incluyendo las compras de los activos públicos”, dijo el Fondo en octubre. Este viernes, en una conferencia organizada por la escuela de negocios IESE, el responsable financiero del FMI, José Viñals, se refirió a la medida recién anunciada por Japón y recalcó que el BCE debe proseguir con una política monetaria “más expansiva”, si bien “esta debe completarse con reformas estructurales”.

Por su parte, el profesor de la Universidad de Harvard Kenneth Rogoff, execonomista jefe del FMI, también defendió “política más expansionista e inflacionaria”, así como que los países con margen fiscal para hacer, apuesten por el crecimiento. En concreto, reclamó “más transferencias desde Alemania a la periferia”.

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