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Linde: “La banca española aprueba con holgura”

El gobernador del Banco de España cree que el test de solvencia demuestra que el sector está entre los mejores de Europa

Luis María Linde, en la rueda de prensa.
Luis María Linde, en la rueda de prensa. Chema Moya (EFE)

La banca española sale bien parada en el gran examen al sistema financiero europeo tras años de saneamiento, la inyección de 40.000 millones que recibió una parte del sector hace un año (a cargo de los contribuyentes) y los cambios contables que le han beneficiado, como al resto de entidades europeas. “La banca española ha aprobado con holgura. Las reformas y la reestructuración del sistema bancario acometido en los dos últimos años han dado sus frutos. Las entidades afrontan el futuro con balances saneados, solventes y eficientes”, afirmó el gobernador del Banco de España, Luis Linde, tras presentar los resultados de las pruebas del Banco Central Europeo (BCE).

Linde, sin embargo, no ocultó que el sector se enfrenta a desafíos que no son “despreciables”, como los nuevos requisitos regulatorios y un contexto macroeconómico algo “endeble que puede afectar a su rentabilidad”. “El resultado de estas pruebas no es una garantía a largo plazo”, advirtió.

Kutxabank saca la mejor nota entre todos los bancos españoles, seguida por Bankinter y Bankia, esta última tras recibir multimillonarias ayudas públicas. La Caixa es la cuarta; el BBVA, el sexto y el Santander, el séptimo. La banca española es la segunda que menos castigo ha sufrido de los 19 países (por detrás de Estonia), si se suma el efecto de la revisión de la calidad de activos (AQR, por sus siglas en inglés) y la prueba de resistencia en el escenario adverso. Ha tenido un impacto del 1,6% de media en el capital. Para la banca europea este ajuste medio ha sido del 3,4%.

Si los mercados y los analistas se creen los datos del examen (y no llegan sorpresas desagradables como bancos con problemas, como ocurrió en 2010 y 2011), los bancos españoles podrían perder su estigma de malditos.

España no será un quebradero de cabeza para Mario Draghi, presidente del BCE, que el 4 de noviembre asume la supervisión de las 130 entidades examinadas. La presión sigue en la periferia: en Grecia, en Chipre y, sobre todo, en Italia, país donde el propio Draghi fue supervisor de bancos.

Suspenden 25
de los 130 bancos examinados
de la zona euro

Los exámenes de la Autoridad Europea de Banca (EBA, por sus siglas en inglés) y el BCE detectan agujeros de capital en 25 entidades (entre ellas la asturiana Liberbank) por importe de 24.600 millones. Pero la banca solo deberá aportar 9.500 millones más: en 2014, 12 entidades con problemas han hecho los deberes y solo 13 deberán buscar capital.

Liberbank tenía un déficit de capital de 32 millones a cierre de 2013, pero ha captado 636,7 millones en 2014, con lo que no tiene déficit neto, sino superávit. “Liberbank ya ha hecho lo que tenía que hacer”, afirmó Linde.

Llegados a esta situación, la pregunta es: ¿volverán a dar crédito los bancos ahora que parecen tan fuertes? Linde esquivó la respuesta. “Que la banca esté sana es una condición necesaria para que regrese el crédito, pero no suficiente. Dependerá de otros factores, como la marcha de la economía, el empleo, la inflación...”. Fernando Restoy, subgobernador, añadió: “Los resultados ayudarán a que se normalicen los mercados de crédito y, junto con la Unión Bancaria, empujarán para que se acabe la fragmentación de los mercados, lo que afecta al precio del dinero y dificulta el crédito”.

En Fráncfort fueron un poco más lejos: “Los resultados garantizan que la recuperación económica no se resentirá por problemas en la oferta del crédito”, dijo el vicepresidente del BCE, Vítor Constâncio. Pero Constâncio añadió que nada garantiza que los préstamos vuelvan a fluir.

El sector bancario europeo sigue plagado de claroscuros: por sus propios pecados —la banca no presta porque se empachó de deuda en la década anterior a la crisis— y por problemas ajenos, como el estancamiento europeo y la amenaza de deflación. Y sin crédito bancario es imposible que llegue la ansiada recuperación. Paradojas de la mayor crisis desde la Gran Depresión.

No obstante, Restoy advirtió de que las entidades necesitan dar créditos para elevar sus márgenes y así incrementar su rentabilidad. “Los bancos son los primeros interesados”, comentó.

Todo el sector europeo ha intentado aparecer en los exámenes como recién pintado: buena parte del éxito del ejercicio ha consistido en que los bancos llevaban meses engrosando sus colchones de capital para no salir mal en la foto, hasta 203.000 millones —60.000 millones solo en capital— desde julio del año pasado.

El examen, aun así, deja grandes dudas sobre uno de los grandes países europeos. Italia está en la diana, como España lo estuvo con la crisis de Bankia. Nueve de las 25 entidades suspendidas son italianas. Monte dei Paschi, el banco más viejo del mundo —la crisis sigue dejando metáforas redondas— se lleva la mayor sacudida: debe presentar en apenas dos semanas planes para conseguir más de 2.100 millones, a pesar de haber levantado capital en los últimos meses y de haberse beneficiado de cambios regulatorios.

Si el objetivo era recuperar del todo la fe en la banca, los analistas consultados creen que este es apenas un buen primer paso. Ninguno de los campeones nacionales suspende. Los grandes bancos alemanes y franceses, que hace unos meses estaban en todas las quinielas, se van de rositas.

El BCE tenía ante sí un examen complejo. Está en juego su credibilidad: necesitaba hacer pruebas duras, a diferencia de los anteriores, si no quería estrenarse como supervisor bancario de la eurozona con un gatillazo. Pero, con la recuperación desaparecida, los 25 millones de parados de Europa y la mala salud de hierro de la banca dando quebraderos de cabeza, no podía poner en juego la estabilidad financiera europea. “Los resultados son satisfactorios, pero queda una segunda prueba de fuego: la subasta de liquidez de diciembre del BCE. Si la demanda de los bancos no es potente, eso indicaría que la recesión es una clara amenaza para la reactivación del crédito”, apuntó Joaquin Maudos, del IVIE.

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