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Aprender a ahorrar desde chicos

La educación financiera es la asignatura pendiente para muchos jóvenes

Thiago Ferrer Morini
Cuanto antes se aprenda a ahorrar, mejor.
Cuanto antes se aprenda a ahorrar, mejor.U. BAUMGARTEN (GETTY)

Ganar dinero, gastarlo, ahorrarlo. Son retos que nos encontramos a diario en nuestra vida cotidiana. Aprender a manejarse con el dinero es fundamental para nuestra formación como personas, y en consecuencia, debe serlo de la educación de los niños. Pero en el mundo real no siempre es así. Un informe de la OCDE, publicado el pasado mes de julio, revelaba que la educación financiera de los quinceañeros está lejos de ser ideal. Según el documento, el 70% de los alumnos de secundaria no reciben ninguna educación financiera, y más de un 75% de los profesores no han recibido ninguna formación específica.

Lo primero es explicar a nuestros hijos de dónde viene el dinero: que es algo que cuesta trabajo obtener, que puede acabarse y cuándo se acaba, no hay más. Igualmente es fundamental que los niños sepan distinguir lo que quieren de lo que necesitan, así como a ser críticos con la publicidad y las marcas.

Esto, sobre todo, se demuestra con el ejemplo, y haciendo partícipes a los niños de nuestras acciones. Por ejemplo, a la hora de ir a la compra, explicar por qué elegimos comprar una cosa y no otra, y por qué una marca y no otra; con el tiempo, podemos incluir a los niños en las decisiones, desafiándoles a elegir con prudencia entre varias opciones.

Una de las mayores satisfacciones de aprender a contar es poder utilizar lo aprendido en la práctica. Un consejo, según la Comisión Australiana de Valores e Inversiones, es, a la hora de hacer una pequeña compra en efectivo, dar al niño el dinero para que pague y reciba el cambio. Así aprenderá lo que vale cada billete y cada moneda.

Llegará el momento en el que puedan administrar su propio dinero: la paga. Más que un dinero adicional, la paga puede ser una forma de empezar a dejar sus propios gastos en sus manos, aunque sí debería incluir lo suficiente para que pueda ahorrar.

La página finanzasparatodos.es, parte del Plan de Educación Financiera organizado por la CNMV y el Banco de España, incluye una calculadora para ayudar a los niños a establecerse un presupuesto. Dentro del objetivo de educar con el ejemplo, es fundamental que una vez establecido un presupuesto, el niño tenga que ajustarse a él.

Una buena forma de enseñar las virtudes del ahorro es proponer al niño un objetivo, como un pequeño juguete o una pieza de ropa, y ofrecerle ir juntando cada semana (mejor si es algo relativamente barato, así podrán cumplir su objetivo en un tiempo suficiente para no perder el interés). Hay herramientas que permiten a los niños calcular por cuánto tiempo tardarían en comprar lo que quieren. Otra idea es tener una hucha transparente —como, por ejemplo, un tarro— en el que puedan ver como el dinero va acumulándose, lo que puede ser un incentivo para seguir ahorrando.

Varias entidades bancarias tienen productos específicos para niños, con condiciones muy favorables. Esta cuenta bancaria puede ser el trampolín para que conforme vayan creciendo, los niños —ya adolescentes — puedan ir aprendiendo sobre otros servicios bancarios, como el crédito y los productos de inversión.

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Sobre la firma

Thiago Ferrer Morini
(São Paulo, 1981) Licenciado en Ciencias Políticas y de la Administración por la Universidad Complutense de Madrid. En EL PAÍS desde 2012.

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