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Nissan confía parte de sus objetivos europeos a la planta de Barcelona

La Zona Franca gana peso con el turismo compacto Pulsar y el furgón eléctrico

Dani Cordero
Cadena de montaje de la fabrica de Nissan de la Zona Franca de Barcelona.
Cadena de montaje de la fabrica de Nissan de la Zona Franca de Barcelona. Joan Sánchez

Nissan tiene un objetivo en Europa: desbancar a Toyota como el fabricante asiático con más ventas y alcanzar una cuota de mercado del 5% en el Viejo Continente en su ejercicio fiscal de 2016, que concluye en 2017. En agosto ese porcentaje era del 3,8% y la dirección del grupo nipón se niega a asumir la posibilidad de una tercera recesión que frene sus ventas, por lo que mantiene sus previsiones. En ese contexto, la planta de la Zona Franca de Barcelona ha pasado de ser víctima de las amenazas de no obtener nuevos vehículos si no admitía mayor flexibilidad laboral a ser un puntal en esa estrategia europea. Especialmente desde que asumió la fabricación del Pulsar, un nuevo turismo compacto con el que Nissan vuelve ahora a un segmento que abandonó en 2006.

Aquel año la compañía dejó ese espacio comercial convencido de que su coche más exitoso, el todocamino Qashqai, cubriría la ausencia. Ahora vuelve consciente de que se trata de una gama popular (en la que se encuentran el Seat León o el Audi A3) entre los potenciales compradores y muy rentable para los fabricantes, con unas ventas que crecen por encima de los dos dígitos. Está previsto que la planta catalana fabrique en torno a 64.000 unidades el próximo año. Todas para el mercado europeo.

Al protagonismo de la planta le acompañarán la fabricación de la furgoneta NV200 eléctrica —ya en marcha y con la que quiere liderar las ventas de vehículos eléctricos junto al Leaf— y la pick up One Ton, que se empezará a producir a partir de la segunda mitad del próximo año. Los tres nuevos modelos asignados, pero sobre todo el futuro papel del Pulsar, hacen prever que Barcelona vaya a jugar un papel esencial en ese objetivo del 5% del mercado europeo en tres años después de que se haya apuntado la asignación de dos de los doce nuevos modelos (de los que nueve son para Rusia) que la enseña ha estrenado en los doce últimos meses.

"El Pulsar es un modelo de conquista de mercado y de beneficio", explicó Colin Lawther, vicepresidente de producción de Nissan en Europa, durante una entrevista en el Salón del Automóvil de París, al que este diario acudió invitado por la marca. Lawther subraya que ese modelo del denominado segmento C "juega en la Champions League en lo que se refiere a beneficios" para el grupo. Asimismo, destacó el ejecutivo, Barcelona podrá ganar cuota no solo con vehículos que sustituyen a otros ya existentes de la misma marca, sino en nichos comerciales donde el grupo no estaba presente, como el mismo Pulsar y el furgón eléctrico, que se fabrica en Barcelona para todo el mundo.

"Todo dependerá del éxito que tenga el Pulsar y el One Ton en el mercado", afirma Pedro Ayón, miembro del comité de empresa de la fábrica de Nissan, quien explica que las instalaciones barcelonesa están entre las diez plantas más competitivas de la alianza Nissan-Renault.

La fábrica barcelonesa cerró el año pasado con una producción de 123.000 unidades y está previsto que acabe este año con 128.000. Tiene margen para crecer mientras que las instalaciones británicas de Sunderland no tienen margen para asumir más protagonismo, ya que se encuentra al límite de su capacidad con medio millón de vehículos ensamblados.

En la marca consideran que la planta catalana asumirá su tope de producción con las actuales condiciones laborales (210.000 unidades) en 2016, justo en el momento en el que Nissan tenga que volver a iniciar la ronda de asignaciones de nuevos vehículos, si bien Lawther cree que puede llegar a las 250.000 si se llevan al límite las condiciones pactadas con los sindicatos. El protagonismo de la planta de Nissan en Barcelona llega cuando Seat se debate sobre la necesidad, a medio plazo, de crear un segundo todoterreno urbano, más pequeño del que saldrá al mercado en 2016.

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Sobre la firma

Dani Cordero
Dani Cordero es redactor de economía en EL PAÍS, responsable del área de industria y automoción. Licenciado en Periodismo por la Universitat Ramon Llull, ha trabajado para distintos medios de comunicación como Expansión, El Mundo y Ara, entre otros, siempre desde Barcelona.

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