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El sindicato mayoritario de los pilotos de Air France pone fin a su huelga

Aun sin acuerdo, la aerolínea dice que seguirá adelante con los planes de expansión que los huelguistas rechazaban

Gabriela Cañas
Alexandre de Juniac, presidente de Air France-KLM.
Alexandre de Juniac, presidente de Air France-KLM. M. Euler (AP)

La compañía Air France se dispone a recuperar su casi total normalidad, una vez que su principal sindicato de pilotos, SNPL, anunció en la mañana del domingo el final de la huelga. Esta vuelta a la normalidad promete no ser completa en absoluto. Primero, porque parte de los pilotos mantendrán la protesta hasta el martes. El sindicato minoritario (12% de representación) SPAF así lo aseguró ayer. Segundo, porque el fin de las hostilidades por parte del SNPL puede ser una mera tregua, dado que no se ha firmado acuerdo alguno y que los pilotos, simplemente, terminan con el paro en vista de que no se lograban avances en las negociaciones. Las llamadas de alerta sobre el riesgo que estaba corriendo la viabilidad de la compañía han pesado en la decisión. “Es nuestro deber preservar el futuro de nuestra compañía y de restañar las heridas antes de que se produzcan daños irreversibles”, dice el comunicado difundido este domingo por el sindicato mayoritario.

Los daños sufridos por Air France son ya cuantiosos. La huelga de pilotos de Air France, iniciada el 15 de septiembre, ha obligado a dejar en tierra durante dos semanas a entre el 50% y el 60% de los vuelos previstos. La compañía ha evaluado en más de 200 millones las pérdidas, dado que sus cálculos indican que cada día ha supuesto entre 15 y 20 millones de euros. Las anulaciones y los servicios de hostelería que la compañía ha tenido que realizar para atender a una parte de importante de los 65.000 pasajeros afectados necesitan tiempo para llegar a un cómputo más preciso.

Esta huelga, una de las más largas de su historia, ha llegado en un momento muy delicado para la compañía que se fusionó con holandesa KLM en 2004. El grupo Air France-KLM se halla en una difícil situación financiera. Con números rojos en varios de los últimos ejercicios, volvió a los beneficios (aunque modestos) el año pasado tras acometer una reestructuración que ha costado 8.000 empleos, el 10% de sus efectivos. El primer semestre del año ha sido todavía negativo y el conglomerado acumula una deuda de 5.400 millones de euros.

El Gobierno francés (el Estado detenta el 16% de las acciones de la aerolínea) mostró ayer su satisfacción por el fin de la huelga, tras alertar durante estas dos semanas sobre los riesgos que comportaba para la compañía. El primer ministro Manuel Valls ha dicho en una alocución pública que este conflicto demuestra la necesidad que Francia tiene de acometer reformas, en especial en el sector de los transportes.

El origen de la huelga es el proyecto de la empresa de impulsar el desarrollo de su marca de bajo coste Transavia. Tras las infructuosas negociaciones, la dirección retiró el plan de expansionar Transavia Europe, que comportaba la deslocalización al establecer filiales fuera de Francia. A cambio, proponía desarrollar Transavia France con condiciones laborales de low cost, es decir, peores que las que rigen en la empresa madre. Los pilotos insisten en que debe haber un contrato único y que Air France no puede continuar adelante sin su acuerdo. La dirección de la compañía, por su parte, asegura que seguirá adelante con la expansión de Transavia France, que aumentará su flota de 14 aviones Boeing 737, creará mil empleos en Francia y hará progresar su plan en “condiciones económicas y sociales competitivas”.

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Sobre la firma

Gabriela Cañas
Llegó a EL PAIS en 1981 y ha sido jefa de Madrid y Sociedad y corresponsal en Bruselas y París. Ha presidido la Agencia EFE entre 2020 y 2023. El periodismo y la igualdad son sus prioridades.

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