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¿Te gustan los videojuegos? Puedes vivir de ello

La contratación de trabajadores crece un 29% en el sector durante 2013 La mayoría de empresas asegura tener problemas para encontrar personal cualificado

Ana Torres Menárguez
ESAT

A Ismael Castellano, 25 años, le gusta decir que se dedica al diseño de videojuegos. Sabe que son pocos los que lo hacen y él ha conseguido formar parte de una industria que no para de crecer. Durante 2013 las contrataciones en este sector se incrementaron un 29% y esta actividad se alzó como una de las de mayor tirón en el campo tecnológico con una facturación de 313,7 millones de euros. “Muchos creen que somos antisociales y que nos pasamos el día pegados al ordenador. Es un falso cliché, pero es cierto que esta profesión no es de medias tintas. Tienes que ser un apasionado”, cuenta Castellano, que finalizó sus estudios de programador de videojuegos hace dos años en la Escuela Superior de Arte y Tecnología (ESAT) y ahora trabaja en el desarrollo del juego Red Goddes junto a otros cinco colegas en el estudio valenciano Yanim Studio.

En los últimos años ha habido una eclosión de pequeñas empresas dedicadas al videojuego y de las 313 censadas en España, el 68% tienen menos de un lustro de vida, según datos de la Asociación Española de Empresas Productoras y Desarrolladoras de Videojuegos (DEV). El repunte en la contratación de estos perfiles, que continuará creciendo a un ritmo del 21% anual hasta 2017 según DEV, se debe principalmente a dos factores. Por una parte, grandes compañías internacionales de Japón, Estados Unidos o Canadá están encargando a empresas españolas la creación de videojuegos por la alta cualificación de los programadores y el bajo coste en comparación con otros países europeos.

“Mientras España presupuesta un videojuego en un millón de euros, el mismo proyecto en Noruega puede ascender a ocho”, señala Gustavo Aranda, propietario de la empresa We Use PowerUps y profesor de historia del videojuego en ESAT, con sede en Valencia. “No es que los profesionales estén menos cualificados, es el nivel de vida y los salarios españoles”, precisa. El sueldo medio mensual de un profesional de los videojuegos en España gira en torno a los 2.000 euros, según el presidente de DEV, Ignacio Pérez.

De las 313 empresas de videojuegos censadas en España, el 68% tienen menos de un lustro de vida

La segunda razón del incremento de la empleabilidad es, según Gustavo Aranda, lo que denominan “democratización” del desarrollo del videojuego, el hecho de que cualquier persona con un ordenador y acceso a Internet puede desarrollar y comercializar un juego a través de plataformas digitales de venta. “Hace 15 años la creación de videojuegos estaba en manos de grupos reducidos, los requisitos de entrada eran duros y muy pocos lo conseguían. Ahora se puede trabajar en el desarrollo de un producto desde cualquier parte y ya no hay que fabricar cajas con discos ni distribuir en tiendas. Todo se puede hacer online”, continúa Aranda. Gracias a Google Play o Apple Store el negocio de los videojuegos online se ha disparado durante los últimos años, especialmente desde la llegada a España del primer iPad en 2010, indica Guillermo Tostón, profesor del Centro Universitario de Tecnología y Arte Digital U-Tad.

El mercado marcha a buen ritmo y el 45% de los trabajadores del sector tiene menos de 30 años. Pero como señala Aranda, la del videojuego es una “industria cíclica” y desde su surgimiento en la década de los 70 en Estados Unidos con el lanzamiento de Pong, un juego que emulaba un partido de tenis, se han registrado momentos críticos como el de 1983. “El mercado se saturó de productos de mala calidad, lo que provocó una guerra de precios a la baja y el hastío de los consumidores”, relata el profesor de historia del videojuego. Para evitar que esa tendencia se repita es necesaria una formación de calidad. “No sirven simples ingenieros informáticos, se necesitan artistas del videojuego”.

Un 63% de las empresas del sector censadas en España asegura tiene problemas a la hora de encontrar personal cualificado, según datos del Libro Blanco del Desarrollo Español de los Videojuegos elaborado por DEV. “Hay una demanda clara de este tipo de profesionales tanto a nivel nacional como internacional. Red.es (dependiente del Ministerio de Industria) prevé que en 2017 se habrán doblado las cifras de empleo actuales, llegando a los 5.271 trabajadores de alta cualificación”, detalla Ignacio Otalora, director general de Digipen Institute of Technology Europe-Bilbao, delegación española del prestigioso centro de estudios tecnológicos estadounidense Digipen, con sede en el estado de Washington. Los 10 alumnos de la primera promoción del grado en Ingeniería Informática en Simulación Interactiva en Tiempo Real, que finalizaron sus estudios el pasado mayo, ya se han incorporado a diferentes empresas españolas, asegura Otalora.

Si bien hace una década España no contaba con formación específica en videojuegos, a día de hoy existen múltiples opciones para especializarse. Formación Profesional de grado superior, grados, másteres y títulos propios en escuelas tecnológicas son algunas de las opciones.

“Lo primero que tiene que decidir una persona que se quiere dedicar a la creación de videojuegos es en qué área se quiere especializar”, precisa Gustavo Aranda de ESAT. Hay cuatro: programación (experto en tecnologías digitales), arte (animaciones 3D e ilustraciones), diseño (idea y argumento del juego) y producción (gestión del presupuesto). Una vez marcada la casilla, hay que escoger escuela.

Centros formativos

Formación Profesional: En 2011 el Gobierno aprobó la creación del ciclo de Formación Profesional de Técnico Superior en Animaciones 3D, Juegos y Entornos Interactivos, de dos años de duración. Cada Comunidad Autónoma fija el precio de matrícula de estos estudios, que se imparten en centros públicos y en escuelas privadas. En la página www.todofp.es se puede encontrar información.

Grados: Algunas de las universidades públicas que imparten el Grado en Diseño y Desarrollo de Videojuegos son la Universitat Jaume I de Castellón (UJI) (1.431 euros al año), la Universidad Rey Juan Carlos en su campus de Móstoles (1.860 euros al año) o a través de la Escuela Universitaria de Diseño, Innovación y Tecnología (ESNE) (10.000 euros al año) o la Universitat Politècnica de Catalunya-Barcelona Tech (6.360 euros al año). Dentro de las escuelas tecnológicas privadas, algunas como el Centro Universitario de Tecnología y Arte Digital U-Tad de Madrid ofertan este grado a un precio de 9.854 euros por curso.

Másteres: El abanico de universidades que imparten posgrados especializados en videojuegos es muy amplio. En Cataluña, universidades como la Pompeu Fabra (Máster de Creación de Videojuegos/ 7.500 euros) o la Universitat Autònoma de Barcelona (Máster de Creación de Videojuegos/ 4.900 euros), entre otras. En Madrid la Universidad Complutense oferta el Máster en Desarrollo de Videojuegos (6.300 euros). También existen multitud de escuelas privadas como la U-Tad, que imparte el Máster en Arte y Diseño de Videojuegos (9.490 euros) y el Máster en Game Design (10.770 euros), ambos de un año de duración. El centro tecnológico Digipen en Bilbao oferta el Máster en Programación de Videojuegos y el Máster en Arte Digital y Animación, ambos de un año de duración y un precio de 12.500 euros

Títulos propios: El centrotecnológico Digipen Institute of Technology Europe-Bilbao imparte dos grados homologados con el sistema de estudios americano, uno en Ingeniería Informática en Simulación Interactiva en Tiempo Real y otro en Arte Digital y Animación en 3D , ambos de cuatro años y un precio por curso de 13.500 euros. La valenciana ESAT oferta los títulos de Programación de Videojuegos o Arte para Videojuegos, homologados con la titulación HND británica, de tres años de duración y a un precio de entre 4.500 y 6.500 euros al año.

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Sobre la firma

Ana Torres Menárguez
Redactora de Juventud. Antes, pasó por las secciones de Educación y Tecnología y fue la responsable del espacio web Formación, sobre el ámbito universitario. Es ganadora del Premio de Periodismo Digital del Injuve (dependiente del Ministerio de Derechos Sociales). Fue redactora de la Agencia EFE y del periódico regional La Verdad.

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