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Tribuna
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Un curso interesante

Por primera vez en muchos años, los mercados han pasado el verano sin grandes sobresaltos

Sonsoles Castillo

Por primera vez en muchos años, los mercados han pasado el verano sin grandes sobresaltos. La calma se ha visto reflejada en el mantenimiento de volatilidad baja. Incluso las Bolsas, tras el susto de principios de agosto, han mostrado un tono optimista. En los (siempre vigilantes) mercados de deuda, la cautela ha sido la nota dominante. Aquí, los inversores han estado focalizados en la amenaza del riesgo geopolítico y la persistente debilidad económica en Europa. Esto se ha traducido en búsqueda de refugio y explica los bajos niveles de los tipos de interés de la deuda soberana, incluida la americana, a pesar de la mejora cíclica y la retirada de estímulos monetarios.

El receso vacacional toca a su fin y el inicio del curso está marcado por los discursos de Yellen (Reserva Federal) y Draghi (BCE) en Jackson Hole. Dos discursos sobre un mismo tema, mercado de trabajo, pero con implicaciones bien distintas para los mercados financieros. Yellen fue más predecible. Reconoció que el progreso de la economía ha sido considerable y que el mercado de trabajo ha mejorado más rápidamente de lo que la Fed anticipaba. En definitiva, la economía se está acercando a sus objetivos. Draghi, por el contrario, sí sorprendió. Su discurso muestra una mayor preocupación por la situación en Europa. En particular, enfatizó por primera vez la caída significativa de las expectativas de inflación y habló de insuficiencia de demanda y de la necesidad de acción conjunta de políticas de oferta y demanda (monetaria y fiscal). Es más, en la actual coyuntura, destacó que los riesgos de "quedarse cortos" exceden a los de "pasarse de largo".

Ni Yellen ni Draghi se comprometieron a nada, pero las señales están ahí. La Fed seguirá conduciendo la política monetaria de forma pragmática. Si la dinámica actual se mantiene, las subidas de tipos podrían producirse antes de lo previsto, por lo que sorprende la atonía con la que se ha tomado su discurso. Hace un año la sola mención de moderación de los estímulos provocó un buen susto y la pregunta es si algo así volverá a pasar. Draghi no mencionó novedades sobre política monetaria (confía en el impacto de lo ya aprobado y habla del plan de compras de ABS), pero está claro que tras sus palabras la probabilidad de medidas adicionales aumenta. El BCE ha insistido en que reaccionaría ante un deterioro de las expectativas de inflación. La cuestión es si lo hará tan pronto y de forma tan contundente como están descontando los mercados (que han reaccionado de forma fulminante llevando los tipos de interés a niveles anormalmente bajos).

El curso promete ser interesante. Las incertidumbres todavía pendientes unido a los retos y divergencia de políticas son elementos claves que, a buen seguro, generarán mayor volatilidad.

Sonsoles Castillo es economista jefe de escenarios financieros de BBVA Research.

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