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Los pecados capitales del Espírito Santo

Las pérdidas registradas por el banco portugués abren la puerta a la intervención del Estado

Varias personas retiran dinero de una oficina del BES en Lisboa.
Varias personas retiran dinero de una oficina del BES en Lisboa.EFE

Las abultadas pérdidas admitidas esta semana por el banco Espírito Santo, 3.577 millones en el primer semestre, han puesto a la entidad, ya malherida por los negocios del grupo familiar, al borde de la intervención. Las autoridades portuguesas sopesan echar mano de la línea de crédito de 6.400 millones, todavía abierta en el plan de estabilización, que la UE y el FMI dotaron para el sector financiero. A diferencia de otros países, como España, en Portugal el problema bancario no fue el detonante del rescate europeo, un programa abierto en 2011 y que apenas se cerró en mayo pasado, pero ha venido a golpear cuando la economía comenzaba a recuperarse. El déficit público bajó del 6,5% al 5% en 2013, la tasa de paro ha descendido en un año del 16,6% al 14,1% y el optimismo del ciudadano portugués sube a niveles de 2007.

La debacle del Banco Espírito Santo arrastra a buena parte del tejido empresarial del país, frenado el optimismo de los fondos internacionales, y provoca el repunte de los intereses de la deuda soberana. A corto plazo, la empresa portuguesa va a tener más dificultades para financiarse.

Auditores públicos y privados, autoridades de la Comisión de Valores, investigadores en Estados Unidos, Suiza, Luxemburgo, España y Panamá e inspectores portugueses de la Operación Monte Branco sobre evasión fiscal han sacado a la luz prácticas irregulares, cuando no supuestamente ilícitas, de los negocios de la familia Espírito Santo, cuyos pecados capitales han acabado condenando al banco del que son principales accionistas.

Una misma dirección para todo

Desde que estalló la crisis del banco, a finales de junio, el Banco de Portugal ha intentado convencer al mundo que una cosa es el BES y otra el GES, una el Banco Espírito Santo y otra el Grupo del mismo nombre. Esfuerzo inútil cuando Ricardo Salgado era el presidente ejecutivo del banco y también del grupo, donde sigue siéndolo. Los hechos han demostrado que todo lo malo que ocurría en el grupo de la familia ha acabado perjudicando al banco. Consecuencias: Si uno era para todo, ahora toda la responsabilidad también va a recaer sobre uno de los muchos Espírito Santo en la dirección de los diferentes bancos y sociedades que tenían. Salgado ha sido destituido, le han quitado sus derechos de voto y, como mínimo, quedará inhabilitado para ejercer de banquero.

Evitar la entrada del Estado sobre todas las cosas

Desde el inicio de la crisis, el BES ha realizado tres ampliaciones de capital (la última por mil millones en junio). Siempre con dinero privado, forzando el endeudamiento de las empresas de la familia para mantener su control en el banco. Nunca se quiso recurrir al dinero público; el argumento era que ya estaban curados de espanto (la revolución de 1974 les nacionalizó); pero la realidad era que el dinero público daba derecho a fiscalizar las cuentas y eso no se lo podía permitir la familia. Se acabaría el uso del banco en beneficio de sus negocios. Consecuencias: nadie sabía el tamaño del problema hasta que ha entrado gestión externa por orden del Banco de Portugal.

Burlar a la Comisión de Valores

El presidente de la Comisión de Valores, Carlos Tavares, ha afirmado que en los últimos años fueron abiertos 20 procesos sobre entidades del grupo. La CMVM y el BES jugaban al gato y al ratón. La Comisión les advertía de que una oferta de títulos de deuda a sus clientes era irregular o que no se les advertía del alto riesgo; el banco la retiraba, pero la volvía a sacar de otra forma. Uno de los subterfugios era vender sus productos a menos de 150 clientes, con lo que ya no tenían que dar cuentas a la CMVM. Consecuencias: Los expedientes de la CMVM van a dar pie a denuncias judiciales de los clientes.

Burlar al Banco de Portugal

Las cuentas semestrales presentadas por los nuevos administradores son un rosario de anomalías, pues todo lo que salga ahora aún se cargará en el haber de Salgado y su equipo. Entre otras curiosidades, se deduce que Salgado contrarió las órdenes del supervisor central. Tenía que reducir antes del 30 de junio la exposición al riesgo en 400 millones, pero aumentó los préstamos al GES en más de 200 millones. Y ahora varias empresas del grupo están en suspensión de pagos. También realizó transacciones por 120 millones sin que fueran autorizadas por el Banco de Portugal ni por los órganos del banco competentes. Consecuencias: el Banco de Portugal se ha mostrado cada vez más agresivo en sus comunicados, acabando por denunciar con nombres y apellidos a los culpables.

Relaciones extremadamente peligrosas: Angola

El BES tienen la mayoría del BESA, su banco angoleño. Allí se descubrió el pasado año que había 5.700 millones de euros en préstamos (el 80% de su cartera) sin la debida información (a veces ni se conocía el nombre del cliente). El presidente del país ha avalado esa cantidad hasta final de 2015. Consecuencias: Muy probablemente, el Estado angoleño se hará con el banco; en el mejor de los casos, el BES será socio minoritario.

Relaciones extremadamente peligrosas: Portugal Telecom

Rioforte, el holding de los Espírito Santo necesita dinero; emite deuda, pero ya el BES no se la puede comprar ni colocar, así que se echa mano de Portugal Telecom, donde el BES tienen el 10% y los directivos son hombres de Salgado. Así que PT compra 900 millones de deuda de Rioforte. Llega el momento del pago (18 de julio) y Rioforte no paga. La oscura operación (PT tiene un valor bursátil de 1.500 millones y compra deuda de altísimo riesgo por 900 millones) se hace en abril pero no se descubre hasta junio. Consecuencias: La participación de PT en la fusión con la brasileña OI cae del 37% al 20%. Han rodado algunas cabezas, pero rodarán más.

Engañar a unos clientes

Para financiar a las empresas de la familia, el banco estuvo vendiendo deuda del GES. Ahora hay un centenar de clientes que se han asociado en torno a la Asociación de Defensa de Clientes Bancarios (ABESD) para reclamar daños y perjuicios porque no sabían lo que les estaban vendiendo realmente. De momento, la mayoría de los clientes son de Suiza. Consecuencias: procesos judiciales en diversos países, especialmente duros los que se prevén de los fondos norteamericanos.

Favorecer a otros clientes

El nuevo auditor (PW&C) ha encontrado en 15 días más cosas que KPMG en un año (el Banco de Portugal criticó su informe del 11 de julio sobre la exposición a riesgo del banco). Entre posibles delitos bancarios estaría el favoritismo, la gestión dolosa y la falsificación de cuentas. En concreto, se trataba de que a algunos clientes preferentes (de su banca privada) el banco les recompró su cartera de deuda del grupo, antes del vencimiento y por encima del precio del mercado. Esto se hizo días antes de que entraran los nuevos administradores. El Banco de Portugal cuantifica esta recompra de carteras en unas pérdidas de 1.500 millones para el BES. Otra práctica era la emisión de obligaciones con el compromiso de recompra por parte del banco, aunque este compromiso no estaba registrado en sus cuentas. Consecuencias: Si todo ello se prueba ante la Justicia, Salgado y su brazo derecho Amílcar Morais Pires acabarían en la cárcel.

Penitencia

En un mes, el BES ha pasado de ser el valor más importante de la Bolsa de Lisboa al decimocuarto. Tras el esclarecimiento de todas las cuentas, la marca apesta. El supervisor vería con buenos ojos que otra entidad nacional absorbiera los restos de banco Espírito Santo, cuyas pérdidas triplican su valor en Bolsa. El BPI es el mejor posicionado, pero no tiene suficiente tamaño (el doble de valor bursátil). Antes debería echarse mano de los 6.400 millones de créditos europeos para casos como el del BES y formalizar la creación de un banco malo.

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