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Imperial Tobacco se refuerza en EE UU con las sobras de la fusión de sus rivales

La dueña de Altadis quiere aprovechar las condiciones a la fusión de Reynolds y Lorillard

Cajetillas de Camel, buque insignia de Reynolds.
Cajetillas de Camel, buque insignia de Reynolds.Keith Srakocic (AP)

La anticipada fusión entre las tabaqueras Reynolds American y Lorillard Tobacco quiere aprovecharla Imperial Tobacco para reforzarse en Estados Unidos. La compañía británica, que hace siete años se hizo con la española Altadis mientras entraba en EE UU con la adquisición de Commonwealth Brands, negocia así la compra de algunos de los activos de los que deberán desprenderse sus rivales para recibir el aprobado de los reguladores de la competencia.

El matrimonio corporativo entre Reynolds y Lorillard va a poner en movimiento, por tanto, muchas piezas en una industria que está en proceso de consolidación a escala global y que está en fase de transformación de su negocio, con nuevos productos como el cigarrillo electrónico. Imperial, la cuarta mayor tabaquera del mundo, tiene solo un 3% de las ventas en el mercado estadounidense, donde comercializa productos bajo las marcas Gauloises y USA Gold.

La compañía que dirige Alison Cooper, quinta entre las 13 mujeres más poderosas en el mundo de los negocios, no da detalles sobre lo que está dispuesta a pagar por los activos de sus rivales estadounidenses, porque está a la espera de que la dueña de Camel y Pall Mall anuncie la integración con la compañía que vende los Newport, Maverick y Kent. De hecho, su declaración de intenciones podría forzarles a cerrar el pacto. Reynolds está participada en un 42% por British American.

El mercado del tabaco estadounidense es uno de tres los más grandes del mundo, con ventas anuales valoradas en 90.000 millones de dólares. La mitad lo controla Altria, la dueña de Malboro. Reynolds y Lorillard van justo detrás. Es también de los más rentables, pese a que se reduce el consumo de tabaco. Cooper, por su parte, está buscando vías desde hace tiempo para crecer y las fusiones internacionales suelen ser la oportunidad más fácil de dar escala al negocio.

Entre los restos con los que podría hacerse la británica se barajan Winston, Salem y Kool. No se trataría solo con la venta de estas pequeñas marcas de complacer a los reguladores en EE UU. Si Imperial se hace con alguno de sus intereses, Reynolds se dotará de dinero fresco para financiar la compra de Lorillard. Se especula con que la compañía de Bristol podría pagar unos 7.000 millones por esos activos.

Lo que está por ver es cómo va a reaccionar British American Tobacco. La prensa británica asegura que estaría ultimando una oferta por las acciones que no controla en Reynolds American, lo que mataría la operación con Lorillard y convertiría a la compañía de Carolina del Norte en una filial de la británica, que vende los cigarrillos Lucky Strike, Rothmans y Peter Stuyvesant. Eso le permitiría competir mejor con Altria y Philip Morris International.

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