_
_
_
_
_

Hacienda dará más exención fiscal a los despedidos de mayor edad

Las empresas dejarán de deducirse parte de las indemnizaciones

J. S. González
Cristóbal Montoro, en la Escuela de Verano del PP.
Cristóbal Montoro, en la Escuela de Verano del PP.EFE

El Ministerio de Hacienda pretende introducir el criterio de la edad en la fórmula para calcular qué parte de la indemnización por despido improcedente deben pagar los trabajadores al fisco. También prevé limitar la deducción que hacen las empresas por estas indemnizaciones.

El Gobierno ha introducido en la reforma fiscal la obligación de tributar por las indemnizaciones improcedentes. En el anteproyecto de ley de la reforma fiscal que presentó hace un par de semanas estableció una exención de 2.000 euros por año trabajado, lo que dejaría libre de tributación a trabajadores asalariados que cobrarán hasta 20.000 euros anuales. Hasta ahora las cantidades cobradas por los trabajadores cuando se les rescindía el contrato por despido improcedente solo tenían que tributar cuando superaban el máximo legal de 45 o 33 días por año trabajado.

Pero Hacienda advirtió de que esta medida solo era una propuesta que perfilará mediante una negociación con los agentes sociales, sindicatos y patronal. Para esa negociación, Hacienda pretende que los despedidos de más edad tengan más exenciones en la nueva tributación por el despido improcedente. Además, también aceptará elevar el límite de la exención que ha establecido inicialmente en 2.000 euros por año trabajado. A cambio, el Departamento que dirige Cristóbal Montoro propondrá eliminar la deducción fiscal que se apuntan las empresas por las indemnizaciones por despido.

El Ejecutivo aún está estudiando si las eliminará totalmente o solo las limitará. Hace dos años ya aprobó una norma que penalizaba las indemnizaciones superiores a un millón de euros que cobraban los ejecutivos. Desde 2012, estas compensaciones no podían ser deducidas por las empresas en el impuesto de sociedades ni por los trabajadores en el IRPF.

Hacienda justifica que impulsa la nueva tributación de las indemnizaciones improcedentes para tratar de evitar “el abuso de la utilización de los despidos improcedentes”. Alega que muchos directivos de empresa a los que le quedan pocos años para jubilarse pactan con la compañía este despido para esquivar al fisco por las cantidades que reciban por la prejubilación.

En cualquier caso, las indemnizaciones se consideran rentas irregulares y están sujetas a una reducción de hasta el 30% si se cobran el primer año. La cantidad resultante pasa a tributar al tipo marginal del IRPF que se aplique cada contribuyente. Por eso, desde el ministerio aseguran que este cambio fiscal solo afectará al 20% de los despidos. De todas formas, el trabajador también tiene la opción de cobrar la indemnización en varios plazos pero perdería la reducción del 30%.

El ministro de Hacienda anunció el jueves durante su intervención en los cursos de verano del PP en El Escorial que el próximo lunes mantendrá un encuentro con la patronal y los principales sindicatos (Comisiones Obreras y UGT) para plantearles la posibilidad de eliminar la desgravación en el impuesto de sociedades de las indemnizaciones por despido.

Montoro precisó que tratará de acordar qué grado de indemnización se puede aplicar pero también quiere pulsar la disposición de los agentes sociales a negociar. El ministro consideró que su propuesta —de limitar la deducción para las empresas— es una tercera variante y dejó la puerta abierta a negociar un aumento del mínimo exento en la tributación de las indemnizaciones por despido improcedente. Aseguró además Montoro que estudiará el sistema fiscal navarro y vasco donde ya se tributa por indemnización improcedente pero con unos límites mucho mayores.

La agenda de Cinco Días

Las citas económicas más importantes del día, con las claves y el contexto para entender su alcance.
RECÍBELO EN TU CORREO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

J. S. González
Redactor jefe de Economía y Negocios en EL PAÍS. Estudió Económicas y trabajó cinco años como auditor. Ha cubierto la crisis financiera, contado las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el rescate a España y las reformas de las políticas públicas de la última década. Ha cursado el programa de desarrollo directivo (PDD) del IESE.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_