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La Guardia Civil creyó que Blesa podía destruir pruebas sobre el caso

El banquero dice que el juez Silva le ha causado “un daño irreparable”

Foto: atlas | Vídeo: ATLAS
Íñigo de Barrón

Cambiaron las tornas en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid y fue el expresidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, el que acusó al juez Elpidio Silva, quien le encarceló en dos ocasiones en 2013. Durante más de hora y media, el exbanquero ha declarado que Silva, quien con cierto tono nervioso ha afirmado que el juez tenía la "decidida intención" de enviarle a prisión y actuó con "animadversión y alevosía" en el procedimiento que abrió contra él.

Ha denunciado que su "proceder prevaricador" le causó a él y su familia un "perjuicio moral difícilmente reparable". "Daño a mí, a mi familia, un daño difícilmente reparable y espero que esa deuda se salde como en justicia se saldan las deudas", ha añadido. Blesa fue encarcelado en dos ocasiones: el 16 de mayo (estuvo un día en prisión) y del 5 al 20 de junio, por segunda vez, ambas en Soto del Real.

Sin embargo, en la sesión de este miércoles —tercera sesión del juicio contra Silva, juez en excedencia, acusado por la Fiscalía de presuntos delitos de prevaricación continuada, retraso en la Administración de Justicia y dos delitos contra la libertad individual de Blesa— hubo declaraciones que no fueron de apoyo al exbanquero. Un sargento de la Guardia Civil que participó en la investigación de Blesa por la concesión de un crédito a Gerardo Díaz Ferrán y por la compra de un banco de Florida, declaró que trasladaron a Silva que había un "riesgo de destrucción de pruebas", en relación con los correos electrónicos detectados. Por esta razón, la policía judicial solicitó el secreto del sumario. 

El guardia civil, que declaró a petición de la Fiscalía, fue preguntado sobre las razones que les indujeron a pensar que podía destruir pruebas. "Vimos que Blesa podía acceder a documentos que estaban en la causa, que podían contener pruebas para el caso". Según este agente, llegaron a la conclusión de que "se podían obtener pruebas y elementos que eran indicios de delito". Este fue uno de los argumentos que utilizó Silva para encarcelar a Blesa. El sargento también comentó que, por las escuchas telefónicas y el control de la línea ADSL de internet que Blesa tenía en su domicilio, sabían que el exbanquero era consciente del pinchazo porque lo decía en sus conversaciones.  

"Vimos que Blesa podía acceder a documentos que estaban en la causa, que podían contener pruebas para el caso", dijo un guardia civil

El testigo dijo que también solicitaron el secreto de las actuaciones para "proteger la intimidad de Blesa" pues "daban por hecho" que sus correos corporativos podían albergar "datos personales de conocidos o compañeros" que hablaban sobre asuntos privados.

Uno de los grandes temas sobre los que han girado las declaraciones fue cómo es posible que no se hubieran borrado los correos electrónicos de Blesa a mediados de 2013 si este abandonó la entidad en enero de 2010. El policía judicial relató con detalle que los técnicos de Bankia, que ha absorbido Caja Madrid, explicaron, en principio, que se habían destruido los correos alojados en un servidor, como establece el protocolo. Sin embargo, después el personal de Bankia, "tras trabajar toda una noche, descubrió que también estaban alojados en otro servidor secundario en el que no se habían borrado por un fallo de protocolo". Comentó que siempre hubo la máxima colaboración del personal de Bankia.

El sargento ha señalado que en las reuniones que el juez mantuvo con Manos Limpias no se habló de nada que perjudicase los intereses de Blesa, Díaz Ferrán o la Fiscalía, y que el magistrado les manifestó que era "interesante" que los agentes estuvieran en las declaraciones judiciales, algo que nunca le había ocurrido. En esas declaraciones estuvieron presentes Luis Pineda y Miguel Bernat, secretario general de Manos Limpias.

Un fallo de protocolo hizo que los correos no se borraran de un segundo servidor de Caja Madrid

Uno de los momentos más tensos de la declaración de Blesa fue cuando el abogado de Silva, Gonzalo Boyé, le dijo por qué antes declaró que el juez no tenía intención de encarcelarle y ahora. "Me atrevo ahora. Tenía la decidida intención de hacerlo", espetó el exbanquero. También el abogado le preguntó si creía que Silva tenía conocimientos financieros, algo que Blesa negó. "¿Y usted los tiene, a tenor de los resultados?", le espetó Boyé. El exbanquero se revolvió y gritó: ¿Perdón? Acto seguido el abogado dijo que no había más preguntas y acabó el interrogatorio. 

Blesa comentó que tras las "irregularidades" que se habían sucedido durante todo el procedimiento, tenía "el pleno convencimiento" de que iba a ir a la cárcel, más aún cuando el abogado de Manos Limpias que ejercía de acusación contra él anunciara en un programa de televisión que iría a prisión sin fianza.

Todo ello, ha insistido, cuando "no hay nada" en su contra ni en el préstamo a Gerardo Díaz Ferrán como en la compra del City National Bank de Florida (EE UU). Blesa se quejó del perjuicio económico: "Hay un perjuicio económico evaluable" porque dejó la fianza en mayo y la recuperó el 3 de julio de 2013.

Blesa dijo que Manos Limpias anticipó a un medio que iba a entrar en prisión

Por otra parte, Boyé le ha interrogado sobre si tenía conocimiento de que la Guardia Civil había pedido al juez intervenir sus correos. "Me hace gracia como formula su pregunta: ¿cómo por encanto aparecieron los correos?", ha ironizado Blesa, que ha explicado que Caja Madrid borró esos documentos cuando abandonó la entidad, por lo que ha criticado que sí los tuviera Bankia cuando nunca perteneció a ella.

Antes, una funcionaria del Juzgado de Instrucción número 9 de Madrid, del que era titular Silva, ha relatado que una vez una compañera salió del despacho del magistrado "muy nerviosa" porque la acusación de Manos Limpias intentó dictarle lo que debía hacer constar en una resolución.

Antes de la declaración de Blesa, el presidente del tribunal, Arturo Beltrán, advirtió al público presente en la sala de que no permitiría "gritos ni faltas al respeto a Blesa. Si miente y comete un delito se le perseguirá, pero les ruego respeto y silencio". Las dos docenas de personas que componían el público eran mayoritariamente afectados por las preferentes de Caja Madrid. Esperaron al final de la comparecencia del expresidente de Caja Madrid para despedirle con gritos de "golfo" y "chorizo".

Blesa ha abandonado el Tribunal Superior de Justicia de Madrid a bordo del Mercedes Clase A que ha utilizado en otros desplazamientos a las sedes judiciales. Tanto a su llegada al edificio -con tres horas de antelación-- como a su salida, ha logrado sortear a la quincena de preferentistas a los que un amplio dispositivo de antidisturbios ha mantenido alejados de la puerta del tribunal. Había más policías que manifestantes. La calle de acceso al tribunal se cortó al paso de los ciudadanos.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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