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La economía de EE UU sufre una dura contracción del 2,9% entre enero y marzo

El dato revisado triplica lo anticipado hace solo un mes, aunque no afecta a la política monetaria

La economía de EE UU es mucho más vulnerable de lo esperado. La última lectura del indicador de crecimiento confirma que en el primer trimestre se contrajo a una tasa anualizada del 2,9% del producto interior bruto, mucho más del 1% anticipado hace solo un mes y del 1,8% que esperaba Wall Street. Este paso atrás, que equivale a un recorte del 1% en tasa trimestral, es tan fuerte que va a trastocar las previsiones para el resto de 2014, hasta el punto de que se teme que el balance del conjunto del ejercicio se quede en un 2%.

El vuelco es aún mayor frente al 2,6% de crecimiento a final de 2013. En todo caso, el dato se publica con el segundo trimestre terminando, por lo que es viejo y no va a afectar a la estrategia monetaria de la Reserva Federal, que hace justo una semana decidió recortar por quinta vez el ritmo con el que compra de deuda. Es más, hay miembros del banco central que señalan que las reglas de política monetaria coinciden en que el alza de tipos debería suceder ya en el tercer trimestre.

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Janet Yellen, presidenta del banco central de EE UU, considera sin embargo que lo deseable es que el encarecimiento del dinero llegue en un año. Antes debe desmantelar el mecanismo de compra de deuda, lo que se espera para octubre. Lo que sí podría pasar ya tras el verano es que se produzca un cambio en el lenguaje que se utiliza en la guía que se da al mercado tras la reunión.

La contracción del primer trimestre, en cualquier caso, es la peor vista desde inicios de 2009, en la recta final de la recesión. La Fed ya dijo la semana pasada que se debió a efectos transitorios, por la crudeza del pasado invierno. En su comunicado final, dijo que la actividad económica repuntó en los últimos meses. Lo que está por ver es si será lo suficientemente fuerte como para compensar el pésimo arranque de 2014.

El detalle muestra que el sector inmobiliario hizo de lastre durante el invierno, con un desplome de la actividad del 4,2%. Además, sufrió la inversión empresarial, que se contrajo un 1,2%. Y para completar el círculo, también hubo problemas fuera de EE UU. La balanza comercial refleja ahora una caída del 8,9% de las exportaciones, al tiempo que las importaciones crecieron un 1,8%.

El consumo, del que dependen dos tercios de la economía, creció solo un 1%, frente al 3,1% que se dijo hace un mes. Wall Street ya no compró entonces el dato por la distorsión creada por el incremento del gasto en salud derivado de la reforma del seguro médico y porque buena parte de los ingresos se destinaron a calefacción. Esta mezcla de indicadores es la que tendrá en cuenta la Fed.

Sin embargo, es la inflación lo que tiene más vigilante a Wall Street y lo que está llevando a anticipar que el alza de tipos llegará antes de tiempo. Yellen restó importancia al repunte de los últimos meses diciendo que se estabilizará en el nivel del 2% y que se mantendrá ahí durante un tiempo. Sugirió así que será tolerante si se rebasa el límite mientras el paro siga en el 6%.

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