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9.000 millones menos en el IRPF y en el impuesto de sociedades

La rebaja beneficiará más a las rentas bajas y altas. El Gobierno dice que supone un descenso medio del 12,5% en el IRPF

Jesús Sérvulo González

El Gobierno presentó ayer el anteproyecto de la reforma fiscal con la que pretende afrontar las citas electorales del año próximo tras el tropiezo del pasado 25 de mayo, cuando perdió 2,5 millones de votos. El nuevo marco tributario incluye una rebaja de impuestos (IRPF y sociedades) de unos 9.000 millones de euros —sin contar el efecto en la economía— durante los dos próximos años. Hacienda calcula que el impacto neto —estimando el mayor crecimiento que generará el cambio— se reducirá a 6.700 millones, cifra que coincide con lo avanzado a Bruselas en el programa de estabilidad 2014-2017.

Un impulso equivalente al 0,55% del PIB

La reforma fiscal, impulsada por el Gobierno, dará lugar a un aumento del PIB del 0,55 % en 2015 y 2016 (unos 5.500 millones de euros), mientras que como consecuencia de la rebaja de retenciones en el IRPF, veinte millones de contribuyentes en 2015 contarán cada mes con más renta disponible, según ha destacado Montoro.

El mayor descenso fiscal corresponde al impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF), la figura tributaria que más aporta a la recaudación (unos 70.000 millones de euros), que beneficiará sobre todo a las rentas bajas y altas, aunque también lo notarán en menor medida las rentas medias. La rebaja podría hacer peligrar el objetivo de déficit comprometido con Bruselas, aunque el Gobierno confía en el aumento de recaudación por la mejora económica, que se estima en el 0,55% del PIB.

El titular de Hacienda esbozó las líneas principales del nuevo plan tributario, pero apenas entró a explicar la letra pequeña de la nueva estructura del IRPF. Resumió la reforma en 12 páginas de un documento de power point. Emplazó al próximo lunes, cuando colgará el texto en la página web de Hacienda, para abundar en las explicaciones. De este modo no aclaró que pasará con el mínimo personal (2.652 euros para la mayoría de contribuyentes) —uno de los mecanismos que definen la progresividad del impuesto—, ni con la reducción por rendimientos del trabajo en la base imponible (5.151 euros con carácter general) y dejó muchos interrogantes sobre la reforma que no se despejarán hasta el lunes.

La gran mayoría de los cerca de 19 millones de declarantes del IRPF, que recae sobre trabajadores asalariados, profesionales y autónomos pagarán menos a partir de enero de 2015. “Ha llegado el momento de bajar los impuestos a todos”, señaló el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, en clave algo electoralista durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. Aunque la organización de inspectores de Hacienda (IHE) apunta: “Las rentas medias pagarán la rebaja a las rentas más bajas y también la de las más altas”.

Montoro anunció que la tarifa del IRPF pasará de los siete tramos actuales a cinco. Además, el tipo mínimo bajará del 24,75% al 20% en 2015 y al 19% en 2016. Esto significa que los primeros tramos de renta, de hasta 12.450 euros, tributarán a esa tasa. También hay una fuerte reducción para las rentas más altas. El tipo máximo, para tramos de renta de más de 300.000 euros, bajará desde el 52% al 45% en dos años.

Aunque la estructura de tramos y tarifa parece más simple y barata para los contribuyentes, el Gobierno no ha precisado cómo afectará a las comunidades autónomas, responsables de la mitad del impuesto y por tanto de la definición de su estructura de tramos. Pese a la falta de detalles, el Ejecutivo calcula que la rebaja supondrá una rebaja media del 12,5% para todos los contribuyentes. Sin embargo, las cifras no cuadran, pues la rebaja bruta del IRPF es de unos 6.000 millones en un impuesto que recauda 70.000 millones, con lo que la rebaja media rondaría el 8%.

El Ejecutivo remarca en que los declarantes con rentas inferiores a 24.000 euros, el 72% del total, tendrán una disminución del 23,5% sobre el rendimiento neto. El Ejecutivo no ha explicado como ha realizado este cálculo ni qué hará con los beneficios fiscales que permiten determinar la base imponible. “Los contribuyentes de más renta aportarán menos que ahora pero algo más que en 2011 pero los contribuyentes con menos renta pagarán menos que en 2011”, apuntó el ministro.

El plan fiscal permitirá que 1,6 millones de trabajadores que ganan menos de 12.000 euros dejen de tributar por el IRPF. De estos, unos 750.000 ciudadanos ni siquiera sufrirán retenciones.

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El nuevo marco fiscal también recoge una batería de deducciones para las familias, entre las que destaca “el impuesto negativo” de 1.200 euros anuales para familias numerosas. También aumentan todas las reducciones en la base imponible por hijos y dependendientes a cargo del contribuyente.

La reforma encogerá los tipos de las rentas del ahorro —dividendos, plusvalías e intereses—. Y profundizará en la dualidad del sistema —tributación diferente para rentas el trabajo y del capital—. Bajará hasta seis puntos el tipo para rentas entre 24.000 y 50.000 euros del 27% al 21%, lo que beneficia a los más ricos.

El ministro de Hacienda estimó que la rebaja del IRPF devolverá a los ciudadanos unos 4.800 millones de euros brutos en 2015. Esta cifra es equivalente a los 2.500 millones netos que el Gobierno comunicó a Bruselas porque estos últimos recogen los efectos positivos de la reforma.

Bruselas recela de la bajada de impuestos porque cree que España apenas tiene margen si no quiere incumplir el objetivo de déficit —debe ajustar unos 30.000 millones en dos años—. El vicepresidente de la Comisión Europea Olli Rehn se mostró ayer contrariado porque el Gobierno español “no haya consultado a fondo” la reforma. Montoro se resiste a subir el IVA como reclama Bruselas. “Es innecesario e inconveniente en este momento”, recalcó ayer. Alega que elevar los tipos del impuesto sobre el consumo afectaría a la recuperación. Y, añade, la recaudación tributaria está creciendo con vigor, en torno a un 5% en lo que va de año, lo que permite esquivar el alza del IVA.

La reforma presentada por el Gobierno dista mucho de ser un cambio integral y radical como aseguraban el año pasado cuando aludían al proyecto fiscal como la palanca sobre la que se asentaría la recuperación de la economía. Lo avanzado el viernes por Montoro es más un maquillaje del IRPF para revertir la subida de 2011 que una reforma para cambiar la estructura productiva.

Lo que sí habrá serán rebajas para las empresas. El tipo del impuesto sobre sociedades pasará del 30% actual al 25% en 2016. El Gobierno afeitará la mayoría de las deducciones que gozan las empresas para jibarizar su factura fiscal. Se salvan las desgravaciones por I+D+i y se crea una nueva por reserva de capitalización. Esto es una deducción para las empresas que destinen hasta el 10% del beneficio para reservas. De esta forma se estimula el desapalancamiento empresarial. La mayoría de las pymes se mantendrán en el 25%.

Montoro tampoco ofreció detalles sobre la nueva tributación para profesionales y autónomos ni descubrió cómo afectará la reforma al régimen de módulos, el sistema por el que autónomos y pymes pagan en función de valores como consumo eléctrico, metros cuadrados del local, o trabajadores empleados.

Otro de los detalles que brindó el ministro tiene que ver con la lista de morosos con la Agencia Tributaria. Cuando entre en vigor el proyecto, a partir de enero de 2015, Hacienda publicará un listado con los principales deudores del fisco. No obstante, tampoco precisó qué criterios utilizará para confeccionar la lista. Es decir, a partir de qué nivel de deuda se considera moroso.

El nuevo marco tributario pivota hacía una imposición basada en los impuestos indirectos (IVA y especiales) y menos carga en los directos (IRPF y sociedades), lo que resta progresividad al sistema. El Gobierno cumple así con la tendencia internacional a costa de la equidad del sistema fiscal.

La Agencia publicará la lista de morosos para atajar el fraude

Hacienda dará a conocer la "lista de morosos" con la Agencia Tributaria para reforzar la lucha contra el fraude. "Vamos a difundir la llamada lista de morosos frente a la Hacienda pública, un compromiso del Gobierno desde el comienzo de la legislatura. Ahora es el momento de materializarlo y que se conozca quiénes estén pendientes de pago", ha argumentado el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.

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Sobre la firma

Jesús Sérvulo González
Redactor jefe de Economía y Negocios en EL PAÍS. Estudió Económicas y trabajó cinco años como auditor. Ha cubierto la crisis financiera, contado las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el rescate a España y las reformas de las políticas públicas de la última década. Ha cursado el programa de desarrollo directivo (PDD) del IESE.

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