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Argentina resiste el fallo de EE UU, pero se abre al diálogo

El Gobierno busca eludir el bloqueo del juez al pago de la deuda reestructurada con la oferta de un nuevo canje

Alejandro Rebossio
Axel Kicillof durante la conferencia de prensa
Axel Kicillof durante la conferencia de prensaDANIEL VIDES (AFP)

El ministro de Economía de Argentina, Axel Kicillof, dejó claro este martes que su país no acatará el fallo del juez de Nueva York que obliga a pagar primero a la minoría de fondos buitres y otros acreedores litigantes que habían rechazado los canjes de deuda de 2005 y 2010 como condición previa a seguir cumpliendo con la mayoría de inversores que aceptaron deshacerse de los bonos de la suspensión de pagos de 2001. Kicillof anunció que su equipo de funcionarios está dando los “primeros pasos” para ofrecer a los acreedores de deuda reestructurada con legislación de Nueva York y Londres, que tienen títulos por 28.000 millones de dólares, un nuevo canje para abonarles en Buenos Aires bajo la ley argentina, de modo de evitar el bloqueo impuesto por el juez neoyorquino Thomas Griesa. Sin embargo, al mismo tiempo, el ministro anunció que instruyó a los abogados de su país a “hablar” con Griesa en busca de alternativas.

Kicillof planteó que la sentencia del juez, que este lunes fue ratificada por el Tribunal Supremo de EE UU, conduce a Argentina a la suspensión de pagos de uno u otro modo. El ministro argumenta que si Argentina cumple la orden de Griesa de abonar primero 1.500 millones de dólares en efectivo y de una sola vez a los fondos buitres NML y Aurelius y otros acreedores, su país recibiría demandas por un total de 15.000 millones de diversos litigantes que rechazaron los canjes. Se trata del 7% de las acreencias de la suspensión de pagos de 2001 que no fueron reestructuradas en 2005 y 2010. Una cifra semejante de dólares implica más de la mitad de las reservas del Banco Central argentino. Por eso, Kicillof alegó: “(El fallo) nos empuja al default (suspensión de pagos) porque Argentina no puede pagar 15.000 millones más”.

La otra opción, la que ha adoptado el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, consiste en no pagarles a los litigantes, con lo que regiría el bloqueo para abonar a los tenedores de bonos con legislación en EE UU y Reino Unido. Es decir, esta alternativa también conduce a la suspensión de pagos.

En un intento de mostrar la voluntad de Argentina de cumplir con los acreedores que aceptaron los canjes, Kicillof anunció que les ofrecerá cambiar la legislación de sus títulos en Nueva York y Londres por la de Buenos Aires. Analistas consideran que esta opción implica una suspensión de pagos. Nunca a un canje entran todos los bonos, con lo que habrá algunos que no se podrán seguir abonando. Además, hay fondos de inversión norteamericanos que tienen impedimentos legales para colocar sus recursos en activos sin legislación de EE UU. Algunos de ellos también temen que si aceptan el canje, se pueda considerar que desacataron un fallo de la justicia estadounidense.

Argentina, en cambio, está dispuesta a desobedecer a Griesa porque considera que su sentencia resulta inviable para su economía y su situación social. Kicillof dijo que los canjes de deuda sirvieron para reducirla a niveles que permitieran a su país el “crecimiento” económico con “inclusión social”. Recordó que no fueron los Kirchner los que endeudaron a Argentina en la década de los 90 y principios de siglo ni los que suspendieron pagos en 2001. Pero el ministro abrió las puertas al diálogo con el juez.

Es que en las últimas semanas Griesa expresó su voluntad de negociar con Buenos Aires: “Si Argentina está en una situación financiera por la que no puede pagar, ¿qué es lo que cualquiera de buena fe hace? Viene a la corte y algún tipo de negociación tiene lugar”. Por eso, Kicillof anunció: “Vamos a enviar a nuestros abogados a hablar con el juez Griesa para ver a qué se refiere con que no está impulsando el default”.

Pero el ministro también aclaró que no es posible una negociación con los buitres. Recordó que el negocio de ellos consiste en comprar barato títulos de países en suspensión de pagos para después reclamar en los tribunales el 100% de lo adeudado, como han hecho con Perú, Ecuador y Panamá en el pasado. “Los buitres no negocian”, dijo Kicillof.

Pero el fondo buitre NML ha ofrecido a finales de mayo que Argentina le pagara con títulos públicos, cuyos vencimientos operarían en los próximos años, en lugar de en efectivo. El ministro de Economía argentino también rechazó esta posibilidad porque recordó que si Buenos Aires ofrece pagarles con bonos y sin quita al 7% que rechazó los canjes de 2005 y 2010, el otro 93% que los aceptó tiene derecho a reclamar que se les iguale la propuesta, según una cláusula que vence a finales de 2014. En ese caso, Argentina no solo afrontaría demandas por 15.000 millones de los que se rehusaron a la reestructuración sino también otras por 120.000 millones más de los que la habían aprobado, según cuantificó Kicillof. Por tanto, Buenos Aires no puede negociar hasta 2015. Distinto sería que el juez de Nueva York le ordene pagar con títulos en lugar de al contado.

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