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El grupo FCC rebrota tras la poda

La empresa se ha desprendido de filiales y otros activos por importe de 1.700 millones en 15 meses

Puente de Vidín-Calafat sobre el río Danubio, construido por FCC
Puente de Vidín-Calafat sobre el río Danubio, construido por FCC

FCC, 15 meses después de la puesta en marcha de su plan estratégico, empieza a pasar página a una crisis que la hacía inviable. El Grupo de Servicios Ciudadanos, como ahora se autodefine, se atreve ya, con menos tamaño pero con más músculo, a recuperar el crecimiento inorgánico con una oferta por la mayor empresa de gestión de residuos de Portugal; y a invertir en una ampliación de la capacidad en dos plantas de su cementera Portland Valderrivas en Túnez y Estados Unidos. Ultima también estos días la venta de la inmobiliaria Realia y baraja ampliar capital para reducir y abaratar su deuda tras su reciente acuerdo de refinanciación con la banca —aún no refrendado por su junta general de accionistas—.

Lo adelantó hace 15 días Juan Béjar, su vicepresidente y consejero delegado, en un foro organizado por ESADE: el periodo de “ajuste y estabilización” abierto en 2013 en FCC está casi concluido —la compañía ha ejecutado ya casi el 80% de los 2.200 millones de euros previstos en su plan de desinversiones, presenta un porcentaje similar en el cumplimiento de sus objetivos de eficiencia y ha refinanciado su deuda— y redirige ahora esfuerzos y recursos que tenía dedicados al saneamiento al desarrollo de una nueva etapa de crecimiento y rentabilidad.

La internacionalización, sobre todo a través de sus negocios de agua y de servicios medioambientales, constituye el principal pilar de esta renovada estrategia. En infraestructuras, donde se ha hecho con grandes contratos en los últimos meses, FCC va a seguir ajustando a las circunstancias su negocio doméstico y también va a continuar limitando su despliegue internacional a obras y mercados que le aseguren una rentabilidad importante.

El camino de retorno a la normalidad de FCC, que podría cerrar 2014 con un alza de sus ventas del 5% y con un sustancial incremento de su resultado bruto de explotación según los analistas, no ha sido fácil. Cerró 2013 con unas pérdidas récord de 1.506 millones, atribuibles en parte al saneamiento acometido, y en el primer trimestre, aunque las redujo en un 78% respecto al mismo periodo de 2012, contabilizó 31 millones en “números rojos”.

Esther Koplowitz negocia con varios inversores, entre ellos Soros, para que entren en la sociedad a través de la que controla la mayoría del capital de FCC

En los últimos 15 meses la compañía ha cambiado de arriba abajo su estructura, su gestión y su filosofía. Se ha sometido a una poda mayúscula de actividades y de negocios que ya no considera estratégicos: ha vendido su participación en la latinoamericana Proactiva a Veolia por 150 millones; el 51% de FCC Energía a Plenium por 771 millones; su empresa de mobiliario urbano Cemusa a JCDecaux por 80 millones; su negocio checo de agua a Mitsui por 97 millones; y su empresa Logística a Corfin por 32 millones, entre otras enajenaciones, y ha cerrado el oneroso capítulo de su inversión en la austriaca Alpine.

Sus desinversiones alcanzan ya los 1.700 millones, cifra a la que habrá que sumar las ventas pendientes de Realia y Globalvía.

La cartera de FCC, sin embargo, ha evolucionado en este tiempo en sentido inverso al de su tamaño. Sumaba a 31 de marzo 33.446 millones, un 1,8% más que en igual fecha del año anterior.

Entre otros contratos, FCC se ha hecho en los últimos meses con uno para la construcción de tres líneas del metro de Riad (Arabia Saudí) por importe de 6.000 millones de euros; se ha adjudicado en marzo, en consorcio con ACS, el diseño, construcción, operación y mantenimiento de la línea 2 y de un ramal de la línea 4 del metro de Lima (Perú) por 3.900 millones; y logró, también en marzo, un contrato de 506 millones para construir una línea del metro de Doha (Qatar).

Su deuda neta, entre tanto, se redujo de 7.087 millones en 2012 a 5.975 en 2013. Y a finales de marzo la compañía logró en este capítulo el mayor hito en su plan estratégico: un acuerdo de refinanciación por un total de 4.512 millones que suscribió el 99,98% de sus acreedores. Este acuerdo se articula en dos tramos. El primero, de 3.162 millones, tiene un coste del Euribor más un diferencial creciente desde el 3% del primer año, al 3,5% del segundo y al 4% del tercero y del cuarto.

El segundo tramo, por importe de 1.350 millones, incorpora una estructura más compleja y subordinada, ya que FCC tiene la opción de devolver el principal y los intereses al vencimiento, pero con un interés más elevado, del 11% el primer año, 13% el segundo, 15% el tercero y 16% el cuarto.

Incorpora además un derecho de conversión en acciones de nueva emisión a precio de mercado sin descuento. Derecho que quedará sin efecto si FCC repaga este tramo de la refinanciación o si se cumplen diversos supuestos, entre los que destacan un ratio de deuda sobre ebitda inferior a cuatro veces, y la amortización de al menos 1.500 millones de la financiación total concedida.

La compañía baraja ampliar capital para reducir el coste de la deuda tras su refinanción

La asamblea de bonistas de FCC, por otra parte, aprobó hace 10 días la reestructuración de una emisión de convertibles de 450 millones. La reforma ha ampliado en seis años su vencimiento, ha rebajado el precio de conversión de 37,85 a 30 euros y ha mantenido su interés del 6,5%.

Estos acuerdos afianzan la viabilidad del grupo, pero encarecen el coste de su deuda. De ahí que los analistas apunten que es muy probable que FCC amplíe capital dado que la parte convertible del préstamo no computará contablemente como mayor capital. El grupo podrá destinar los fondos obtenidos de esa hipotética ampliación a la adquisición de deuda del segundo tramo del pacto de refinanciación citado.

FCC, por otra parte, resalta la ligera recuperación del consumo de cemento en España en los últimos meses, aunque sus cifras siguen siendo muy débiles; el escenario de consolidación corporativa que se ha abierto en el sector; y su tranquilidad para afrontar sus inmediatos compromisos financieros con su filial Portland. FCC prevé alcanzar en 2016 un beneficio bruto de explotación de 1.040 millones (un 44% más que en 2013) y una cifra de negocio de 7.700 millones (un 14% más). Béjar recalca que son previsiones muy conservadoras.

Los cambios en FCC también han afectado al accionariado con la incorporación, como segundo y tercer accionista, de Bill Gates (6%) y de George Soros (3,8%). Este último, según ha trascendido esta semana, podría elevar sustancialmente su participación a través de una inyección dineraria en B 1998, la sociedad desde la que Esther Koplowitz (expresidenta de FCC) controla el 50,1% del capital. Koplowitz negocia con varios inversores su incorporación a B 1998 para aliviar la carga de su deuda (1.100 millones), afectada por la anulación de dividendos en FCC. Los analistas de ACF creen que la mayor implicación de Soros permitiría a B 1998 acudir a la probable ampliación de capital sin ver diluida su actual participación.

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