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Argentina y el Club de París, el noveno acuerdo en un periodo de 58 años

El grupo de 19 países ricos acreedores de otros 90 en vías de desarrollo nació en 1956

Argentina y el Club de París, grupo de 19 países ricos acreedores de otros 90 en vías de desarrollo, llegaron al noveno acuerdo en su historia después 12 años de negociaciones infructuosas. El Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner espera que este pacto, sumado a otras señales económicas ortodoxas que ha dado en 2014, alentará la llegada de financiación para la inversión y el comercio exterior de empresas de esos países desarrollados. Argentina sufre una escasez de divisas que ha derivado en 2011 en controles cambiarios y en enero pasado en una devaluación del peso.

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El Club de París nació precisamente por una deuda de Argentina. En 1956, Francia se ofreció como intermediario para regularizar obligaciones por 700 millones de dólares que había contraído la dictadura militar de entonces (1955-1958) con diversos países. A partir de ahí el Club de París ha firmado 429 acuerdos con 90 países deudores. Por sucesivas dificultades financieras, Argentina renegoció varias veces su convenio, en 1962, 1965, 1985, 1987, 1989, 1991, 1992 y 2014.

Casi dos tercios de la deuda argentina con el Club de París, que en la actualidad asciende a 9.700 millones de dólares, se originaron en la última dictadura de 1976-1983. Dado que se trató de un Gobierno ilegítimo, diversas organizaciones y militantes defensores de los derechos humanos, como el Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, consideran que parte de ese pasivo también es ilegítimo y debería haberse revisado antes del nuevo acuerdo. Pero los Gobiernos de Raúl Alfonsín (1983-1989), Carlos Menem (1989-1999) y ahora el de Fernández han aceptado abonarlo. Alemania y Holanda son algunos de los países que prestaron dinero al más cruel de los regímenes que sufrió Argentina. De lo que Buenos Aires debe en la actualidad al Club de París, el 30% corresponde a acreencias con Alemania, el 25% con Japón, el 9% con Holanda, el 8% con Italia y el 7% con EE UU. También España es acreedora de Argentina.

En plena crisis política y socioeconómica, el país sudamericano declaró en diciembre de 2001 la suspensión de pagos más grande de la historia mundial. Dejó de abonarles a los acreedores privados y a los países del Club de París. En 2003, Néstor Kirchner asumió el Gobierno, primero renegoció la deuda con los bonistas en 2005 y después se abocó al club. Desde entonces han pasado ocho ministros de Economía que iniciaron contactos con los acreedores, pero solo el último, Axel Kicillof, lo logró.

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