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Lagarde acusa a la industria financiera de bloquear las reformas internacionales

“El comportamiento del sector no ha cambiado desde la crisis”, advierte la directora del FMI

Christine Lagarde, directora gerente del FMI
Christine Lagarde, directora gerente del FMIPete Marovich (Bloomberg)

La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, ha denunciado este martes en Londres la lentitud con la que se está aplicando la reforma del sistema financiero global y ha asegurado que ese retraso se explica por la complejidad de esa reforma pero también se deba a los “feroces intentos de retroceder por parte de la industria”.

Lagarde ha realizado esta denuncia en un duro discurso en la City en el marco de unas jornadas sobre capitalismo inclusivo en el que se preguntó si la expresión misma no es de hecho una contradicción y puso de relieve el contraste entre “los atributos” que debería tener el capitalismo inclusivo (“Confianza, oportunidad, premios para todos en una economía de mercado que permiten que florezcan los talentos de cada uno”) y “los excesos que han caracterizado recientemente al capitalismo”.

Las 85 personas más ricas del mundo  controlan tanta riqueza como la mitad más pobre de la humanidad" Christine Lagarde, directora gerente del FMI

La directora gerente del FMI subrayó que el mundo perdió la confianza en el sistema financiero y que la confianza “es la savia de la moderna economía” y que “como dicen los belgas, se va a caballo pero vuelve a pie”. Recordó que “las 85 personas más ricas del mundo, que cabrían todos ellos en un solo autobús de Londres, controlan tanta riqueza como la mitad más pobre de la humanidad; es decir, 3.500 millones de personas”. Y defendió que para que el capitalismo sea más inclusivo “tiene que haber más inclusión en el crecimiento económico y más honradez en el sistema financiero”.

Lagarde cree que la crisis financiera ha hecho que aumente la conciencia sobre esa necesidad de honradez. “La buena noticia es que la comunidad internacional ha hecho avances en la agenda reformista. Eso es especialmente cierto en la regulación bancaria”, dijo. Pero añadió: “La mala noticia es que ese avance es muy lento y la meta está todavía muy lejos. En parte eso se debe puramente a la complejidad de la tarea. Sin embargo, tenemos que reconocer que también se debe a feroces intentos de retroceder por parte de la industria”.

“Todavía no se ha resuelto el problema de [las empresas que son] demasiado grandes para caer” y citó un reciente informe del FMI que señala que las ayudas que aún reciben se elevan a 70.000 millones de dólares en Estados Unidos y 300.000 millones de dólares en la zona euro. “Acabar con el too big to fail tiene que ser una prioridad. Y eso significa regulación más dura y supervisión más estrecha”, añadió.

Christine Lagarde advirtió que hay que prestar también atención “a la cultura de las instituciones financieras y al comportamiento de los individuos que están detrás de ellas”. “¿Por qué es eso tan importante? Porque el comportamiento del sector financiero no ha cambiado en lo fundamental en varios sentidos desde la crisis. Aunque está habiendo algunos cambios, no son ni lo bastante profundos ni lo bastante amplios. La industria sigue primando los premios a corto plazo frente a la prudencia a largo plazo, los bonus de hoy frente a las relaciones de mañana”, denunció.

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