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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Cisnes negros

Los inversores ya han olvidado el pánico que tuvieron en 2008 y la euforia domina sus decisiones de nuevo

José Carlos Díez

En 2008 Nassim Taleb publicó su libro con el título de este artículo que daba una explicación a la euforia financiera que había provocado la Gran Recesión. La estadística nos enseña que el comportamiento del precio de los activos financieros no sigue una dinámica normal. Las burbujas y las depresiones son mucho más frecuentes que en una simple campana de Gauss. Los inversores infravaloran eventos con baja probabilidad pero cuyos efectos son devastadores para la sociedad que tiene que socializar sus errores para evitar que el sistema financiero salte por los aires y provoque una gran depresión.

¿Hemos aprendido las lecciones necesarias para evitar otra gran depresión?

Desde 2007 la deuda pública de los países desarrollados, los responsables de la Gran Recesión, ha pasado del 70% del PIB a superar el 100% y su tasa de paro sigue en máximos históricos desde la Gran Depresión, cinco años después de comenzar la crisis. La pregunta es ¿hemos aprendido las lecciones necesarias para evitar otra gran depresión?

Viendo el precio de los activos financieros la respuesta es no. Los inversores ya han olvidado el pánico que tuvieron en 2008 y la euforia domina sus decisiones de nuevo. Robert Shiller, premio Nobel de economía el pasado año, ha desarrollado un indicador para identificar burbujas financieras. Shiller divide el precio en Bolsa por el beneficio por acción y lo corrige por la inflación. Este indicador en la Bolsa de EE UU ha vuelto a niveles de 2007, un 60% superior a su promedio histórico. La capitalización de la Bolsa americana, dividida por el PIB, supera los niveles de 2007 y es el doble de su promedio histórico.

Los flujos financieros en 2009 se desviaron a países emergentes y provocaron varias burbujas. En el verano de 2013, los inversores huyeron en manada de emergentes provocando crisis cambiarias generalizadas. El dinero se dirigió a la periferia europea provocando burbujas. ¿Cuánto tardarán en irse? Nadie lo sabe, pero se irán, y seguramente más pronto que tarde.

Grecia tiene una deuda pública próxima al 175% del PIB, sus exportaciones caen y están casi 20% por debajo de 2007. Sus ingresos fiscales siguen cayendo. La deuda externa neta aumentó con fuerza en 2013 y la mayor parte es con el BCE y el Fondo Europeo. Merkel dice que Grecia no necesita otra reestructuración, pero no hace falta hacer un doctorado en economía para saber que Grecia no puede pagar su deuda. ¿Cómo puede el bono griego cotizar al 6%? La deuda pública irlandesa, sumando su banco malo, está próxima al 200% de su PNB y la deuda de las familias irlandesas es el 200% de su renta disponible. ¿Cómo puede su bono cotizar al 3%?

Europa sigue siendo la mayor amenaza para la estabilidad financiera mundial

Los modelos anticipan que la inflación subyacente española estará próxima al 0% en 2014. Si eliminas del IPC los precios públicos, el sector privado en España está en deflación provocada por la bajada de salarios y la restricción de crédito.

En deflación, el negocio bancario no es rentable como ha demostrado Japón. ¿Cómo puede haber bancos españoles con negocio solo doméstico cuyo precio en Bolsa es 30 veces su beneficio y casi 100 veces su beneficio recurrente? ¿Cómo es posible que un banco nacionalizado haya emitido deuda subordinada, que según la directiva europea pagaría antes que los contribuyentes, al 4%?

O los Gobiernos del G20 ponen limitaciones a los flujos de capitales o pronto veremos más cisnes negros. Europa sigue siendo la mayor amenaza para la estabilidad financiera mundial. Este jueves tuvimos un aviso a navegantes. Un dato de PIB que confirma que la Eurozona excluyendo Alemania está estancada provocó el miedo de los inversores y se refugiaron en bonos alemanes. Las Bolsas y el euro cayeron y las primas de riesgo de países periféricos aumentaron con fuerza.

Lo más preocupante no es que los inversores minusvaloren los cisnes negros, lo terrible es que los Gobiernos europeos usen a esos inversores para justificar sus políticas económicas, que los fundamentales demuestran que han sido desastrosas. Salvo para Alemania, cuyas empresas, gracias a la balcanización del ahorro, se financian a tipos mínimos históricos, mientras las empresas de la periferia padecen restricción de crédito.

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