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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Descifrando el milagro del empleo

José Carlos Díez

Tras el inexplicable dato de PIB del cuarto trimestre, que ponía en cuestión los manuales de economía, el INE acaba de aflorar 377.000 empleos en la Encuesta de Población Activa. Estamos en campaña y la tentación política es elevada, pero en esta ocasión el cambio está justificado y el INE ha sacado una excelente nota explicando la metodología.

La estadística más importante de un país es el censo que se hace cada 10 años y ahora disponemos del de 2011. En la década anterior España registró el mayor boom de inmigración del mundo, que se midió con el padrón municipal. Ahora, con el nuevo censo hemos descubierto que había más población. En el resto de encuestas se pregunta a una muestra pequeña y luego se extrapola a la base de población. Por eso aumenta el empleo y por eso aumentará también el PIB cuando el INE revise la estimación provisional el próximo verano. Y descubriremos que la productividad creció más y que la pérdida de competitividad fue menor de lo que pensábamos.

La revisión de la Encuesta de Población Activa está justificada

Esos cambios sucedieron en los Gobiernos de Zapatero. Pero el censo de 2011 coincide con la llegada de Rajoy a la Moncloa. Se mantiene la destrucción de un millón de empleos durante la actual legislatura, pero ahora estamos en el mundo al revés. La población cayó en 2013 400.000 personas según el padrón y cuando conozcamos el censo de 2021 seguramente la caída será mayor. Entonces sabremos que tenemos menos empleos, menos PIB, que la productividad crece menos y la mejora de la competitividad es una ilusión estadística.

En 2013, la población en edad de trabajar se ha desplomado en 800.000 personas, la mayoría jóvenes españoles e inmigrantes que huyen de España en busca de un trabajo y un proyecto vital. Las perspectivas a largo plazo sobre nuestra capacidad de devolver la deuda pública y privada y mantener las pensiones y el Estado de bienestar con este desplome de población son muy preocupantes. Estos datos deberían llevar a encender todas las alarmas y a buscar aliados en otros países europeos con el mismo problema para cambiar urgentemente la política económica.

Pero en España el Gobierno está encantado de haberse conocido vendiendo una recuperación que es virtual. El PIB del cuarto trimestre creció tan solo un 0,15%, con el inexplicable desplome del consumo público. Con la nueva EPA en ese trimestre se destruyó más empleo que con la metodología anterior y ese crecimiento desaparecerá. Además, el INE estimó un crecimiento provisional del consumo del 2% anualizado ese trimestre. Pero cuando tenga los datos de la Encuesta de Presupuestos Familiares de 2013 y extrapole con la fuerte caída de población, el consumo caerá.

El Banco de España sigue con la partitura antigua y ha anunciado un crecimiento del PIB del 0,4% en el primer trimestre. Según el banco, las exportaciones caen, la inversión está estancada y para conseguir crecimiento han tenido que desplomar las importaciones. Pero en Aduanas y en la Agencia Tributaria las importaciones han crecido con fuerza en enero y febrero. Por tanto, al banco se le ha olvidado contar importaciones que las empresas han declarado.

Tanto la industria, como la construcción y los servicios han registrado caída de ventas en sus declaraciones de IVA en enero y febrero, por desplome de consumo privado y deflación. Pero en España seguimos en el Show de Truman con una recuperación en la sombra que las empresas no declaran. Cuando un Gobierno convierte una variable económica, en este caso el PIB, en su arma de estrategia política, hay que dejar de seguir esa variable.

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