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El FMI rebaja casi medio punto el crecimiento para América Latina

La institución califica los riesgos a los que se enfrenta la región de considerables Cita la desaceleración de China y el ajuste en las carteras de inversión

Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional
Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario InternacionalJIM LO SCALZO (EFE)

El crecimiento de los mercados emergentes depende demasiado de China. Y esa es la preocupación que impregna el examen que hace el Fondo Monetario Internacional de la coyuntura económica. Si la segunda mayor potencia del mundo modera su expansión, también se frenará la de países como Brasil, advierte. Es un gran riesgo, pero no el único. Con todo esto en mente, el organismo procede a pasar de nuevo la tijera a sus proyecciones para América Latina.

La institución anticipa ahora un crecimiento del 2,5% para este año en la región latinoamericana, que repuntaría al 3% en 2015. Es un recorte de cuatro y tres décimas porcentuales respectivamente con respecto a lo anticipado en enero pasado. Como dicen los economistas del organismo, la expansión “permanecerá en una marcha relativamente baja”. La recuperación en las economías avanzadas podría generar un efecto positivo a través de las exportaciones.

Sin embargo, continúa, los riesgos a la baja para el crecimiento son más altos ahora que hace tres meses. Los califica, de hecho, de “considerables”. Algunos ya se están materializando, tras la Reserva Federal —banco central de EE UU— iniciar el proceso hacia la normalización monetaria. El FMI señala también que el empuje del comercio puede verse eclipsado por una caída en el precio de las materias primas que demanda China.

El FMI ve por lo general una recuperación global robusta aunque desigual, con puntos de vulnerabilidad localizados. El crecimiento en los mercados emergentes se espera repunte “modestamente” este año al 4,9%. Pero este ritmo es dos décimas menos de lo anticipado hace tres meses, aunque sigue por encima del 3,6% global, que se recorta en una décima. Para el que viene queda en el 5,3%, una décima menos de lo previsto, frente al 3,9% global.

Más rápido que los avanzados

América Latina crecerá, por tanto, menos que la media global pero lo hará por encima del 2,3% de las economías avanzadas. El recorte en las proyecciones se explica principalmente por Brasil. Ahora deja su crecimiento en el 1,8%, medio punto menos de lo anunciado para este año en enero y por debajo del 2,3% en 2013. Para el que viene repuntaría al 2,7%, dos décimas menos de lo previsto y a casi medio punto del crecimiento en 2012.

Como en el conjunto de los emergentes, el FMI habla de una “modesta aceleración” en la actividad económica para la región latinoamericana. También precisa que hay “importantes diferencias” entre las mayores economías. No se tocan, por ejemplo, las previsiones para México, al proyectar un crecimiento del 3% para 2014 y del 3,5% para 2015. Es un repunte notable frente al 1,1% de 2013 aunque sigue por debajo del 3,9% de 2012.

La economía mexicana se beneficia de las políticas puestas en marcha por Peña Nieto y del repunte de la expansión en EE UU. Una tendencia que contrasta con un ulterior deterioro de las perspectivas a corto plazo para Argentina y Venezuela, que mete en el mismo paquete por las dificultades que tienen para hacerse con financiación externa y al impacto negativo de los controles internos.

Proyecciones para Argentina

El FMI proyecta que la economía argentina crezca solo un 0,5% este año, un importante frenazo frente al 4,3% de 2013, y que lo doble al 1% en 2015. Para la venezolana pasaría de crecer un 1% el año pasado a una contracción prolongada del 0,5% este ejercicio y que de ahí empeore a una negativo del 1% el próximo. Las proyecciones están sujetas a un alto grado de incertidumbre.

Para Colombia y Perú anticipa una expansión a un ritmo bastante rápido, del 4,5% y el 5,5% respectivamente este año y del 4,5% y el 5,8% el que viene. La de Chile también será robusta, aunque se modera del 4,2% con el que se cerró 2013 al 3,6%, antes de volver a recuperar el nivel del año pasado en 2015. En su caso, se atribuye a una desaceleración notable de la inversión extranjera en el sector minero. Bolivia y Paraguay crecerán cerca del 5%.

Situación compleja

Como dijo la semana pasada Christine Lagarde, “los mercados emergentes afrontan una situación compleja”. Eso vale también para América Latina. “El incremento de la presión de la financiación externa sin una mejora del crecimiento global dañará el crecimiento de estos países”, advirtió la directora gerente del FMI. El informe señala que los inversores son más sensibles al riesgo y eso puede provocar cambios bruscos en los flujos de capital.

Las divisas de los países emergentes borraron las pérdidas anuales, lo que ayudó a su vez a disipar los temores de una crisis como la de 1997. Esa estabilización está permitiendo, además, que el capital extranjero vuelva a algunos países. Pero el equipo de economistas que dirige Olivier Blanchard repite una vez más que los mercados emergentes y las economías en desarrollo “deben prepararse para capear nuevas turbulencias”.

Reducir las vulnerabilidades

Ante esta situación, el Fondo repite a los gobiernos de América Latina que deben ser ambiciosos a la hora de reducir los puntos de vulnerabilidad de sus economías frente a los choques externos. La receta es conocida: reformas estructurales para elevar la productividad y la competitividad, reducir los desequilibrios fiscales, incentivar la demanda interna y una mayor supervisión del sector financiero. La flexibilidad monetaria y cambiaria también puede hacer de escudo.

Pese a las alertas, el FMI señala que las economías emergentes y en desarrollo contribuyen en dos terceras partes al crecimiento global. El otro motor es Estados Unidos. Espera un crecimiento este año del 2,8%, frente al 1,9% de 2013, y toque el 3% en 2015 gracias a la combinación de una política monetaria que sigue siendo muy laxa pese al proceso de retirada de los estímulos y a un menor lastre de la consolidación fiscal. Es decir, se mantiene respecto a lo dicho en enero

Sus economistas señalan una ligera desaceleración a comienzos de 2014, pero la atribuyen a las inclemencias del tiempo el pasado invierno. También cita como elementos positivos para la economía de EE UU la recuperación del sector inmobiliario, un incremento de las rentas de las familias gracias al alza en el precio de la vivienda y de las inversiones y a que los bancos están relajando las condiciones en las que conceden crédito.

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