El fondo italiano se cae en la puja por la compra de la aceitera Deoleo
Agricultura actuará cuando se vean las ofertas y la posición del accionariado, además defiende tener la sede en España
La operación de venta de la empresa Deoleo, líder mundial en el mercado del aceite de oliva, lleva camino de convertirse en los próximos meses en un culebrón donde se van a mezclar los argumentos económicos con los políticos, todos ellos teñidos con la bandera nacional. Tras el cierre el pasado 2 de abril de la presentación de ofertas para la compra del 31% del capital en manos de cuatro entidades financieras, JP Morgan, la firma encargada de la operación, y los responsables de la empresa, han iniciado los trabajos de análisis de ofertas.
Hay que determinar tanto el precio de las acciones, como las posibilidades para aportar los 180 millones de euros que necesita el grupo a finales de año para cumplir con el calendario de pago de la deuda, los compromisos en materia de apertura de mercados, la ubicación de la razón social de la empresa o su estrategia sobre el futuro del grupo.
Según fuentes cercanas a la operación, la propuesta presentada por el fondo IQ, constituido entre el Estado italiano y el fondo soberano de Catar, ha sido ya descartada por haber presentado unos precios de compra por debajo de otras opciones y lejos de los mínimos exigidos por los actuales gestores y accionistas de la empresa.
De las ofertas de adquisición por hasta el 100% de la empresa presentadas por esa media docena de fondos para la compra de la empresa, la que había despertado más inquietud en el sector productor y en la propia Administración, era la comandada por el fondo italiano por la presencia del Estado de ese país y por los intereses no coincidentes en la política del aceite entre los dos sectores. España es líder indiscutible en la producción en el mundo, esta campaña con más de 1,6 millones de toneladas. Italia es el primer vendedor/consumidor con un aprovisionamiento de graneles españoles a bajos precios, con más de 300.000 toneladas cada año. Italia no olvida que la empresa española —aunque fuera tras poner su anterior gestor, Jesús Salazar, 900 millones sobre la mesa entre 2004 y 2007— es hoy la dueña de dos marcas líderes italianas como Bertolli y Carapelli, a las que se suman la españolas Carbonell, Koipe y Hojiblanca.
El descuelgue de ese fondo puede suponer una dosis de tranquilidad para el desarrollo de la operación, tanto desde la perspectiva del sector productor, como para el Gobierno español.
España es líder indiscutible en la producción en el mundo, esta campaña con más de 1,6 millones de toneladas.
El ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, insistió este viernes en que su departamento lleva ya mucho tiempo siguiendo de cerca el proceso y que la Administración no va a tomar una posición hasta no conocer, en primer lugar, el contenido exacto de cada una de las ofertas y, en segundo término, la posición que adopte cada uno de los accionistas, los que han puesto su paquete a la venta y el resto. No obstante, el responsable de Agricultura indica que, en este proceso, además de las propuestas de esos fondos, se están viendo otras posibilidades, escenario donde se halla ese 20% de acciones que tienen en sus manos y que, en principio, no van vender Hojiblanca y Unicaja. Desde esa perspectiva se puede interpretar que se apoya un accionariado con un núcleo fuerte, incluida la presencia de un fondo.
Para Arias Cañete, tener la sede en España, no trocear el grupo, desarrollar una política no especulativa con planes a largo plazo y un plan de expansión en el exterior, son condiciones mínimas de cualquier oferta.
