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Los expertos de Montoro proponen una devaluación fiscal

El comité de sabios plantea al Gobierno fórmulas para subir el IVA y bajar cotizaciones sociales La combinación de ambas medidas permitirá ganar competitividad exterior e impulsar el empleo

J. SÉRVULO GONZÁLEZ
El comité de expertos convocados por el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.
El comité de expertos convocados por el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.ZIPI (EFE)

El grupo de expertos escogidos por el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, para que diseñen una propuesta sobre la reforma tributaria planteará al Gobierno una devaluación fiscal. Esta práctica consiste en una subida de los impuestos indirectos acompañada por una rebaja de las cotizaciones sociales que pagan los empresarios para ganar competitividad exterior, según explican fuentes próximas al comité de sabios.

La fórmula ayudaría a estimular la economía porque contribuye a impulsar las exportaciones —al bajar las cotizaciones sociales el coste de los productos que se fabrican en España es menor y además las exportaciones no pagan IVA— y encarece las importaciones —al subir el IVA los bienes foráneos son más caros—. Esta combinación mejora el saldo exterior del país. La medida tendría efectos positivos sobre el empleo y el sector exterior, pero tendría una escasa repercusión sobre el producto interior bruto (PIB), según varios estudios.

La medida crearía 200.000 puestos de trabajo en dos años, según un estudio

No obstante, la propuesta del grupo de sabios no contendrá muchos detalles. Será algo ambigua al estilo de las propuestas que presentan los organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), que también planteó la devaluación fiscal al Gobierno español. El comité liderado por el catedrático Manuel Lagares, que presentará su informe el viernes de la próxima semana, no concretará si hay que subir el tipo general del IVA (en el 21%), hará un planteamiento flexible y con un calendario abierto para aplicar la reforma, según fuentes cercanas al grupo.

El principal obstáculo para acometer la devaluación fiscal es el escaso margen que tiene el Ejecutivo para bajar las cotizaciones sociales. Y eso a pesar de que en España están entre las más altas de Europa: se paga de media un 35,35% del salario bruto en cotizaciones entre el empresario y el trabajador. El problema es que el fuerte aumento del paro y la bajada de sueldos por la crisis ha desequilibrado el sistema de pensiones —el gasto en pensiones crece más de lo que lo hacen los ingresos— y una rebaja lastraría la recaudación de la Seguridad Social.

Apenas afectaría al PIB, pero mejoraría la balanza por cuenta corriente

El ministro de Hacienda ya ha advertido de que la reforma tributaria se aplicará por fases entre 2015 y 2017. Podría aplazar la devaluación hasta que la economía permita rebajar las cotizaciones. Además, fuentes del ministerio admiten que el documento que presenten los expertos el próximo viernes solo servirá de referencia pero que el nuevo modelo tributario que se apruebe en el Parlamento contendrá algunas diferencias y seguirá los criterios propios del Gobierno.

El comité de sabios de Montoro ha estudiado los efectos de la devaluación fiscal. Uno de los informes que ha manejado es el elaborado por José María Labeaga, catedrático de la Uned y ex director del Instituto de Estudios Fiscales, para la Comisión Europea. El estudio concluye que el PIB subiría unas décimas al cabo del segundo año mientras que el incremento del empleo se amortiguaría a partir del cuarto año.

"Una reducción de las cotizaciones sociales equivalente en términos de recaudación al 1% del PIB —unos 10.000 millones—, compensadas en términos recaudatorios por una subida de los impuestos sobre el consumo, mejoraría el saldo de la balanza por cuenta corriente entre 1,4 y 2,8 puntos porcentuales", señalaba Javier Andrés en una entrada en el blog económico Nada es Gratis basándose en un estudio de José E. Boscá, Rafael Doménech y Javier Ferri, otro de los documentos que ha manejado el comité de Lagares.

Los académicos evitan proponer una subida del tipo general del IVA

Otros académicos sugieren que la caída de los ingresos fiscales producidos por un descenso de las cargas sobre el trabajo podría ser compensada por un aumento de la base imponible del IVA en lugar de subir el tipo. De esta forma, reclasificando elementos de tipos reducidos al tipo general y eliminando algunos de los regímenes especiales del impuesto se conseguiría un efecto similar que al de una subida del tipo máximo.

Esta sería la fórmula favorita de Hacienda. El Gobierno ha descartado una subida del tipo máximo del IVA a corto plazo pero admite que podría reclasificar productos gravados con IVA reducido al tipo general.

Otra investigación del Instituto de Estudios Fiscales (IEF) propone rebajar las cotizaciones sociales solo a aquellos trabajadores con rentas más bajas. De esta forma, se evitaría una pérdida de la progresividad fiscal: que la reducción afectase a todos por igual, rentas altas y bajas. Esta tesis es analizada por Labeaga en el documento titulado estudio sobre el impacto de una devaluación fiscal elaborado para la Comisión Europea. En este informe se analiza el efecto sobre la progresividad de aplicar la rebaja de las cotizaciones sociales a todos los trabajadores o solo a los de rentas más bajas. La conclusión es que se produce un fuerte aumento de la desigualdad si la devaluación fiscal se hace rebajando las cotizaciones sociales a todos los trabajadores por igual.

Plantearán al Ejecutivo una reforma flexible y con plazos abiertos

Por su parte, el estudio diseñado por Rafael Doménech cuantifica el efecto acumulado sobre el empleo de una rebaja de 3,5 puntos en las cotizaciones y un alza de dos puntos del IVA: "en términos de trabajo equivalente a tiempo completo, de 200.000 trabajadores tras dos años y un aumento del 0,74% del PIB. A modo de comparación, en el caso de que España pudiera gestionar su política monetaria, se podrían encontrar efectos similares en función de empleo con una devaluación de la moneda del 9%".

El comité de sabios también recomendará al Gobierno que bascule el peso de la recaudación obtenida por los impuestos directos hacía los indirectos. Es decir, que aumente los ingresos derivados de los impuestos sobre el consumo como indican los organismos internacionales. La Comisión Europea y el FMI también lo recomiendan.

Los académicos escogidos por Montoro también plantearán cambios en el resto de impuestos. La idea principal pasa por aumentar las bases imponibles para poder rebajar los tipos y para ello propondrán eliminar deducciones en todos los tributos.

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Sobre la firma

J. SÉRVULO GONZÁLEZ
Redactor jefe de Economía y Negocios en EL PAÍS. Estudió Económicas y trabajó cinco años como auditor. Ha cubierto la crisis financiera, contado las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el rescate a España y las reformas de las políticas públicas de la última década. Ha cursado el programa de desarrollo directivo (PDD) del IESE.

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