_
_
_
_
_

“Creemos de verdad en España”

El vicepresidente de la multinacional tecnológica 3M habla sobre innovación y diversificación Patrick Deconinck cree que la situación económica mejora pero pide más flexibilidad laboral

El vicepresidente de 3M para Europa, Patrick Deconinck, en la sede de la firma en Madrid.
El vicepresidente de 3M para Europa, Patrick Deconinck, en la sede de la firma en Madrid.Carlos Rosillo

El logotipo de la multinacional 3M aparece en artículos tan distintos como estropajos de cocina, piezas de avión, material quirúrgico o vinilos para los cristales. La compañía que prefiere inventar primero y luego buscar para qué va a servir su descubrimiento, ha invertido seis millones de euros en un centro de investigación y relación con los clientes en Madrid. Su vicepresidente para Europa, el belga Patrick Deconinck, estuvo en Madrid para inaugurarlo y resaltar la relevancia que el mercado español tiene para la compañía.

Pregunta. La enorme cantidad de productos de su cartera puede llevar a confusión a más de uno... ¿Cómo les explicaría usted qué hace exactamente 3M?

Respuesta. A veces se nos identifica solamente con la cinta Scotch, o los Post-it, pero hay mucho más detrás de eso, por supuesto. 3M es realmente la compañía de la innovación. Una innovación sostenible y diversificada. Estamos en muchos sectores, y esa es una de nuestras principales fortalezas. Cuando una de nuestras cinco líneas de negocio pasa por un mal momento hay otra en la que podemos apoyarnos. Creo que, en resumen, innovación y diversificación son las palabras que nos definen.

P. Uno de los problemas de la economía española es que las pequeñas y medianas empresas conforman más del 80% del tejido empresarial. ¿Qué pueden aprender de la estrategia que ha llevado a 3M a ser una empresa diversificada de gran tamaño?

R. 3M empezó 1902 empezó como una pyme minera. Lo que se extrajo de la mina no era lo esperado, y el jefe decidió crear un laboratorio para ver qué se podía hacer con ese material. Y desde entonces hasta aquí. Lo primero que tienen que hacer las pymes es analizar cuál es su principal fortaleza. Descubrir cuál es el núcleo de su negocio y después empezar a construir sobre él. Muchas compañías intentan diversificar demasiado rápido, y no se puede ganar si se diversifica demasiado rápido. Tienes que encontrar ese núcleo de tu negocio, construir sobre él y fortalecerlo. Puede ser tu producto, tu situación geográfica o el mercado en el que estás, pero si no tienes una fortaleza sobre la que apoyarte es complicado.

“Mas que bajar los sueldos, hace falta que los empleados sean más flexibles, sobre todo en movilidad laboral”

P. ¿La inversión que han hecho en España refleja una apuesta por el país?

R. España es la duodécima mayor economía del mundo. Esa es una de las razones por las que seguimos invirtiendo en un país en el que estamos desde 1957 y en el que tenemos 760 empleados. Y esta nueva inversión en nuestro centro de innovación del cliente, tiene que ver precisamente con la primera pregunta. Los clientes no conocen todos nuestros productos muy bien y queremos tener un buen escaparate para mostrar todo lo que podemos hacer.  También buscamos que, sobre el terreno [el centro recrea lugares de trabajo como un quirófano, un taller de coches o una consulta de dentista] los propios clientes nos digan cómo podemos atender sus necesidades. Conectar realmente todas nuestras plataformas tecnológicas con las necesidades de los clientes y conseguir soluciones que les ayuden a ser más competitivos. Así que esta inversión, de unos seis millones de euros, está realmente dirigida a nuestros clientes. Como he dicho, creemos de verdad en España, porque está saliendo de la crisis más rápido que cualquier otra economía del sur de Europa. Se ha conseguido mayor flexibilidad en el mercado laboral, lo que está haciendo que sea de nuevo un país atractivo

P. ¿Qué es lo que lo convierte en un país atractivo? ¿Cree que España tiene suficiente potencial económico? ¿Y tecnológico?

R. Así se ve desde fuera. Por ejemplo, el sector de la automoción está creciendo de forma tremenda en España, que ya es el segundo mayor país de Europa después de Alemania y recibe grandes inversiones. Es un ejemplo de que realmente necesitamos estar aquí, como también el sector aeroespacial, con Airbus. Y otro punto que no debe olvidarse, y lo digo de verdad, es la gente. Hay un buen espíritu emprendedor, una cultura del orgullo en la que la gente quiere ganar y salir de esta crisis mejor de lo que entraron. Yo ya lo vi a finales de los 80 y principios de los 90, cuando vino un primer boom después de la transición seguido de una crisis. Después de eso España salió y lo volverá a hacer ahora. Y nosotros seguiremos invirtiendo aquí.

P. ¿Pero observan verdaderamente esa recuperación de la que tanto se habla?

R. Las bases necesarias para la recuperación están ahí. Hay un buen mercado interno, buena gente y una situación financiera estabilizada, así que es momento para invertir de nuevo. De hecho, lo que esperamos de 3M Iberia es doblar la cifra de negocio en los próximos tres o cuatro años, y estoy convencido de que lo lograremos.

P. Y ahora que ven una salida, ¿cree que han capeado bien el temporal?

R. En medio de una profunda recesión 3M demostró su confianza en España. Es una de nuestras estrategias, seguir invirtiendo en investigación y desarrollo (I+D) para el futuro incluso en los malos momentos. Siempre invertimos entre el 5% y el 5,5% de nuestras ventas en I+D y lo hemos seguido haciendo. Ahora queremos aumentar la cifra hasta el 6%. Y, en parte por esto, 3M España sale de la crisis más fuerte de lo que era antes.

“En 3M hemos seguido invirtiendo en I+D para el futuro en tiempos de crisis, incluso aquí”

P. A la hora de invertir en innovación en España, ¿las administraciones facilitan o dificultan la tarea?

R. No hemos encontrado especiales problemas en forma de trabas burocráticas a la hora de invertir. Pero un mayor apoyo a la innovación sería bueno, sin duda. Lo cierto es que, en general, España es un buen país para invertir ahora. Porque, tristemente, hay mucha mano de obra disponible. Y además se hacen esfuerzos en política laboral para seguir siendo competitivos en una economía global. Eso es algo por lo que pelea toda Europa, pero parece que aquí se están tomando pasos en la buena dirección para mantener el equilibrio. Porque yo estoy convencido debemos mantener el modelo social europeo, sin duda, pero a la vez seguir siendo competitivos. La solución a esa disyuntiva es la innovación, que es lo que nosotros intentamos hacer. Y hay que tener claro que innovación no es solo producto. También hay que innovar en educación, en formación, e innovar en el modelo de negocio. Nosotros tratamos de hacerlo en esos tres vectores.

P. Se oye constantemente hablar de innovar, de apostar por la investigación... ¿Pero eso en qué se traduce?

R. Innovar es básicamente dos cosas. Una, reinventarse cada día, algo que muchas compañías se olvidan de hacer cuando se centran demasiado en cuidar su producto, y se quedan atrás. Y la otra, fijarse objetivos constantemente.

P. ¿Cuáles se fijan ustedes?

R. Uno de los nuestros es que al menos el 40% de nuestras ventas anuales tienen que venir de productos que tienen menos de cinco años. Y de ese 40%, una mitad son cosas que reinventamos y la otra productos totalmente nuevos. Eso es lo primero, fijar objetivos. Porque lo que consigues es lo que puedes medir. Así de simple.

P. ¿Y qué más?

R. Además de fijar la meta, hay que crear un ambiente propicio. Lo primero es la mentalidad, la cultura innovadora, que es algo que no se consigue de la noche a la mañana. Nosotros llevamos cien años fomentando esa cultura, pero hay un montón de pequeñas cosas que se pueden hacer. Por ejemplo en 3M tenemos la regla del 15%, que consiste en que la gente de I+D no necesita justificar un 15% de su tiempo. Pueden trabajar en sus propios proyectos y, cuando creen que están listos, los muestran y se desarrollan. El Post-it, por ejemplo, nació gracias a esa regla. Además, hay que añadir las plataformas tecnológicas que van apareciendo para ampliar las posibilidades. Nosotros añadimos una nueva cada tres o cinco años. Hace poco, por ejemplo, acabamos de incluir una nueva plataforma para trabajar con cerámica.

P. Volviendo a la legislación y a cómo afecta a la industria, ¿se necesitan más reformas laborales en España y Europa?

R. La clave es la flexibilidad. No se trata tanto de discutir sobre los sueldos o la seguridad social, aunque sin duda esta es más alta en Europa que en ningún otro sitio. El verdadero problema es la falta de flexibilidad. A la gente aquí le cuesta mucho trasladarse aunque sea a cien kilómetros de donde viven. Cuando quieres mover a empleados porque surge una nueva oportunidad de negocio en otra parte, es muy complicado. Estaría bien que los gobiernos estimularan esa flexibilidad e intentaran convencer a la gente de que, si va a tener que trabajar hasta bastante después de los 65 años, es complicado que uno pueda hacer el mismo trabajo durante 50 años. Hay que crear un ambiente en el que la gente entienda que ser flexibles y reciclarse continuamente es absolutamente necesario.

P. Otro de los problemas que las empresas de fuera de la UE encuentran para operar aquí es la falta de armonización. ¿Cuál es la postura de 3M?

R. Está claro que sigue habiendo grandes diferencias entre países en el seno de la Unión, y es una pena. Con 500 millones de personas y el 24% del PIB mundial, parece que hay gente que no se da cuenta del potencial de una UE que trabajara realmente de forma conjunta. Airbus es un gran ejemplo de cómo la unión hace la fuerza. Y sin embargo, las disputas entre países hacen muy difícil que 3M pueda actuar como una sola empresa en toda el territorio comunitario. No digo que esto se tenga que convertir en los Estados Unidos de Europa, porque parece claro que queremos mantener nuestra diversidad cultural. Pero una armonización de las leyes fiscales, de las leyes laborales y de los estímulos económicos sería más que bienvenida.

“No solo se innova en el producto. También hay que innovar en formación, en educación y en modelo de negocio”

P. Siguiendo con las debilidades europeas, ¿hay suficiente conexión entre universidades y empresa?

R. Hay países que funcionan mejor que otros en este sentido. En general, el sistema educativo europeo ha sido muy teórico, y sigue siéndolo. No hay cultura de la formación profesional. Alemania es quizá el único país donde este tipo de formación está funcionando bien. Por eso muchas empresas pedimos más formación profesional y una integración más rápida entre el mundo académico y la industria. En Alemania tenemos cada año un número de aprendices que entran en nuestras empresas, y a veces hasta un 80% de esos aprendices se convierten después en buenos empleados. Nosotros estimulamos estos programas en los países donde existe esa cultura.

P. ¿Qué objetivos se marcan?

R. Nuestra primera meta es cumplir con los objetivos financieros. Pero también esperamos que 3M se comporte como un buen ciudadano en cada una de las comunidades en las que opera. Cumplimos las leyes e intentamos cuidar el medio ambiente, para lo que tenemos un programa específico. Y, por supuesto, también buscamos crear valor para nuestros clientes. Por último, pero no menos importante, que nuestros trabajadores estén contentos con su trabajo.

P. De hecho, 3M ha recibido premios por la satisfacción de sus empleados...

R. Es algo tremendamente importante. No hay empresas sin personas. Así que nos esforzamos para tener un buen equipo, en mantenerlos en nuestra empresa y en permitirles un buen equilibrio entre su trabajo y su vida.

P. Respecto a lo de ser buenos ciudadanos, ¿cuál es su postura sobre el pago de impuestos en la UE? La estrategia de algunas multinacionales ha levantado la polémica...

R. Como todo el mundo, hacemos planificación fiscal. Pero hay una gran diferencia entre eso y evadir impuestos. Nosotros pagamos la cantidad normal y proporcionada de impuestos en cada país en el que estamos. Por supuesto que en los países donde los impuestos son más altos intentamos minimizar un poco los beneficios —a eso llamamos planificación fiscal—, pero de ninguna manera evadimos impuestos. Y tengo que decir que nos encantaría tener un sistema fiscal único en toda la Unión Europea. Haría la vida más fácil a muchísima gente y, además, pienso que sería un gran factor de crecimiento para Europa.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_