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Gafas que miran a EE UU

El fabricante Marcolin compra Viva para crecer al otro lado del Atlántico

Álvaro Romero
Giovanni Zoppas, consejero delegado de la firma italiana Marcolin.
Giovanni Zoppas, consejero delegado de la firma italiana Marcolin.

Tras cambiar de dueño en octubre de 2012, la firma italiana Marcolin tiene claro que el futuro en el competido mundo de la óptica pasa por ganar posiciones en la clasificación de los mayores fabricantes de gafas. Dentro de esta estrategia, la empresa dirigida por Giovanni Zoppas acaba de subir varios escalones de golpe con la compra de la estadounidense Viva. La operación, que multiplica la presencia de Marcolin en el mercado norteamericano, convierte al grupo en el tercer actor internacional del sector.

Según comenta Zoppas en conversación telefónica desde Nueva York, el atractivo de Viva está en su catálogo de marcas, donde destacan la exitosa Guess o Gant, en el valor de su división de oftalmología y en que cuenta con 15.000 puntos de venta en EE UU. Gracias a ello, pudo poner en el mercado 8,5 millones de gafas en el último año, lo que reportó unos ingresos de unos 150 millones de euros. Frente a estas cifras, las cuentas de Marcolin, cuyo perfil está asociado al sol y al lujo, con marcas como Tom Ford, Montblanc, Cavalli o Swaroski, son diametralmente opuestas. De esta forma, aunque produce menos unidades con 5,5 millones de gafas, saca más beneficio: 215 millones.

El objetivo de Marconi es triplicar ventas a corto plazo y arrancar cuota a Safilo o Luxottica, que con Ray Ban y Oakley y más de 6.000 millones en ventas, controla a modo de latifundio el mercado mundial de óptica. Para lograrlo, Zoppas apuesta por tener un modelo de negocio más equilibrado y hacer de la oftalmología el 55% de su facturación, ya que la venta de lentes y gafas de ver es más resistente a los cambios del ciclo económico.

Junto a ello, el directivo avanza que extenderán su presencia en el sureste asiático, pero sobre todo, y teniendo en cuenta el valor de sus marcas de alta gama, crecer en Oriente Próximo. Con este objetivo acaban de firmar un acuerdo con el distribuidor Rivoli. El pacto llevará sus productos a todos los centros comerciales y tiendas de lujo de la región.

Sobre las sinergias de la operación, Zoppas resalta la posición de fuerza que adquieren ahora frente a los proveedores. “Del total de gafas de Marconi y Viva, 11,5 millones se producen en China, por lo que podremos presionar para obtener mejores precios y más calidad”, explica. Sus planes pasan por fabricar en Italia la línea de Guess, que es la que más vende de Viva, y el resto en el gigante chino.

En cuanto a la evolución de su filial en España, donde firmas clásicas del sector como Indo han acabado hincando la rodilla por la crisis, el consejero delegado admite que la caída del consumo ha afectado al negocio. “Hemos sufrido, como todo el mundo, pero hemos sabido afrontar los problemas con un cambio en el negocio”, comenta. Así, revela que si antes el negocio oftalmólogico aportaba solo una tercera parte de los ingresos y las gafas de sol suponían el grueso de las ventas, ahora han llegado a invertir la situación, algo que atribuye a la gestión de Antonio Jove al frente de Marcolin Ibérica.

Con vistas al futuro y pese al salto que ha supuesto la compra de Viva, de la que de momento no dan cifras, Zoppas descarta nuevas adquisiciones. “Salió la oportunidad dentro del proceso de consolidación que vive el sector y había que aprovecharla”, confiesa el ejecutivo italiano.

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Sobre la firma

Álvaro Romero
Redactor del equipo de Redes Sociales y Desarrollo de Audiencias en EL PAÍS. Es licenciado en periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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