Concluye la regularización de capitales en Argentina con bajo volumen aflorado
La regularización de capitales y ahorros en divisas extranjeras no declarados concluyó hoy en Argentina con un volumen aflorado muy inferior al esperado por el Gobierno.
Desde el inicio de la regularización, el pasado 1 de julio, salieron a la luz unos 300 millones de dólares, frente a la meta de 4.000 millones de dólares que se había fijado como meta el Gobierno de Cristina Fernández.
Para el economista Ramiro Castiñeira, de la consultora Econométrica, la operación de regularización ha sido un "fracaso".
"Buscaban lograr atraer 4.000 millones de dólares. La realidad es que no llegaron ni al 10 %. Es decir, fue un fracaso en los objetivos, evidentemente por la desconfianza que está mostrando la economía argentina" dijo hoy a Efe el economista.
Este domingo el titular del Fisco argentino, Ricardo Echegaray, admitió que la regularización "fue una medida que no dio el resultado" que se esperaba.
La última iniciativa similar para incentivar el afloramiento de ahorros no declarados, en 2009, permitió sacar a la luz unos 4.000 millones de dólares, frente a los 260 millones de dólares que en esta ocasión han ingresado las arcas del Estado argentino desde julio pasado.
Al anunciar la nueva regularización, el Gobierno de Cristina Fernández se había planteado alcanzar un volumen de operaciones similar al de 2009.
Echegaray, quien precisó que unas 1.800 personas físicas o jurídicas se acogieron a este nuevo proceso, consideró que sólo ingresaron al plan de regularización "aquellos que estaban muy al límite de ser detectados por el Fisco".
La legalización se instrumentó a través de la suscripción del denominado Certificado de depósito de inversión (Cedin) que es canjeable por dólares en efectivo en el banco para efectuar inversiones inmobiliarias, siempre y cuando el propietario del certificado presente toda la documentación pertinente a la compra que desea realizar.
Los dólares invertidos en certificados quedan como reservas del Banco Central hasta que sean canjeados de nuevo en divisas estadounidenses.
El país suramericano tiene muy limitado su acceso a créditos internacionales desde el cese de pagos de 2001, lo que le obliga a recurrir a otros medios de financiación.
