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La balanza de pagos registra el primer superávit semestral desde 1997

La fuga de capitales extranjeros se reduce al mínimo en junio El déficit del Estado escala hasta el 4,38% en julio y supera lo previsto para todo el año

Jesús Sérvulo González

La economía española lleva nueve trimestres consecutivos en cuidados intensivos, pero hay signos que evidencian que empieza a tomar aire. La balanza de pagos de España —la capacidad que tiene el país para financiar sus actividades respecto al exterior sin contar las actividades financieras— registró durante el primer semestre del año el primer superávit en ese periodo en 16 años y el segundo semestre consecutivo en positivo. “La economía española experimentó en el primer semestre de 2013, por primera vez desde 1997, una capacidad de financiación de 5.249,8 millones de euros, en claro contraste con la necesidad de financiación en igual periodo del año previo, de 14.584 millones”, ha señalado el Banco de España en un comunicado difundido este viernes.

La senda positiva de la balanza de pagos encaja con las expectativas del Gobierno que espera cerrar el año con un superávit del 2%. La institución achaca “esta notable corrección” a la mejoría del saldo comercial por el aumento de las exportaciones (8%) y una caída de las importaciones (-3,2%) en el primer semestre del año. Así como al buen comportamiento del saldo del turismo y viajes. La balanza de servicios entre enero y junio, que recoge las actividades de turismo y viajes, marcó un saldo positivo de 17.063 millones, un avance del 12,3% sobre el año precedente.

La rebaja de los costes laborales unitarios, el mayor vigor de la economía de la zona euro y la capacidad de las empresas españolas para llegar a otros mercados internacionales han impulsado las exportaciones. Esto se refleja en la fuerte reducción del déficit comercial que pasa de 15.649 millones en el primer semestre de 2012 a uno de solo 2.711 millones hasta junio de este año. El dato negativo lo puso la balanza de transferencias, que recoge las remesas de los emigrantes españoles, que marcó un déficit de 6.055 millones, un 9% mayor que el del mismo mes de 2012.

El año pasado fue el del abismo. La economía española paseó por el desfiladero del rescate. El pánico del año pasado propició la fuga de capitales extranjeros. En los primeros seis meses de 2012 se esfumaron 225.123 millones de euros. Hasta junio de este año ya han regresado 39.803 millones. Solo en ese mes, la salida de capitales extranjeros se redujo 104 veces respecto al mismo mes del año anterior. Ese mes salieron solo 541,3 millones, frente a los 60.059 que se fugaron el pasado ejercicio.

A pesar de estos datos, la economía española no podrá echar a andar hasta dentro de varios trimestres, puesto que la elevada tasa de paro, un 27%, lastra cualquier recuperación. Además, la renqueante situación se nota en las cuentas públicas. Prueba de ello es que el déficit público del Estado asciende hasta julio al 4,38% del PIB, lo que representa un leve descenso respecto al desfase del 4,53% registrado el mismo periodo de 2012. La cifra de déficit difundida ayer por el Ministerio de Hacienda supone que en los siete primeros meses del año la Administración central gastó 45.133 millones más de lo que ingresó. El dato, además, supera el objetivo de déficit para todo el año, marcado en el 3,8% del PIB.

Aunque la cifra de julio no es buena, hay que precisar que la serie está afectada por una fuerte estacionalidad debido al calendario de los impuestos. A partir de septiembre se deberían notar reducciones en el desfase presupuestario por los cobros de los pagos fraccionados en el impuesto de sociedades y las liquidaciones trimestrales de otros impuestos.

Además, si se hace el cálculo del déficit anualizado —al dato de julio se le añade el desfase de los meses restantes del año anterior— se obtendría una cifra de déficit del 3,6% del PIB, por debajo del límite fijado para este año. Aunque en 2012 se adoptaron medidas de ajuste que afectaron a los últimos meses, el crecimiento del último trimestre de este año será mayor por lo que se supone que se compensen los efectos para el cálculo de la tasa anualizada.

Una de las consecuencias de que el déficit haya crecido tanto en los primeros siete meses del año se debe a la caída de la recaudación por el impuesto de sociedades. Se ha reducido un 30,4% entre enero y julio, en términos de caja, debido “al aumento de las devoluciones realizadas a principios de año y el pago de devoluciones de ejercicios anteriores derivadas de recursos judiciales”, señala el informe de Hacienda.

Otra de las partidas que contribuyen al desfase presupuestario es la de transferencias corrientes del capítulo de gastos. Incluye 6.579 millones de la aportación del Estado para financiar los complementos de las pensiones mínimas de la Seguridad Social, frente a los 2.806 millones de 2012. También suben las transferencias al Imserso para gastos en dependencia hasta los 1.618 millones (599 el año anterior) por el pago de las cuotas sociales de cuidadores no profesionales de ejercicios anteriores.

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Sobre la firma

Jesús Sérvulo González
Redactor jefe de Economía y Negocios en EL PAÍS. Estudió Económicas y trabajó cinco años como auditor. Ha cubierto la crisis financiera, contado las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el rescate a España y las reformas de las políticas públicas de la última década. Ha cursado el programa de desarrollo directivo (PDD) del IESE.

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