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Adolfo Domínguez hila fino

El saneamiento interno del grupo de moda empieza a dar sus frutos

Tienda de Adolfo Domínguez en Asunción (Paraguay), abierta en regimen de franquicia.
Tienda de Adolfo Domínguez en Asunción (Paraguay), abierta en regimen de franquicia.Andrés Cristaldo (Efe)

Adolfo Domínguez está dejando de dar puntadas sin hilo en su afán de reparar y zurcir los rotos y descosidos que le ha provocado la crisis. La compañía del modisto gallego lleva un lustro ininterrumpido de pérdidas, pero en el primer trimestre fiscal de 2013 (que abarca del 1 de marzo al 31 de mayo) ha reducido sus números rojos en un 21,6% respecto al mismo periodo del año precedente y ha mejorado sustancialmente sus resultados de explotación y operativos.

Además, ha vuelto a sacar su ropa y demás productos al escaparate de la publicidad en los medios, aprovechando las rebajas de este verano, y ha destinado una importante inversión a digitalizar sus colecciones y a presentarlas de nuevo vistiendo a modelos reales, aunque ahora en las pasarelas de Internet, en su tienda online.

La incorporación hace menos de un año como director general de Estanislao Carpio, que en su etapa anterior en Camper logró multiplicar por tres su tamaño e imprimirle un sesgo internacional, ha puesto las pilas al modisto gallego y está haciendo reaccionar a una empresa que se durmió en los laureles de su historia de éxito al inicio de la crisis y que ha sido duramente castigada por ello. Su influencia se deja notar en una cierta recuperación de la imagen y del dinamismo de la famosa marca de “la arruga es bella” y también en la aceleración del saneamiento y de la reestructuración del negocio. Pero su reflejo en la cuenta de resultados es aún muy limitado.

Las mejoras apuntadas en el primer trimestre son relativas e inciertas, aunque muy destacables teniendo en cuenta que hace tan solo seis meses, el 28 de febrero, la textil cerró su ejercicio fiscal 2012-2013 con unas pérdidas consolidadas de 24 millones de euros y con un incremento anual de las mismas del 158% y con un descenso del 21%, hasta los 95,7 millones, en el patrimonio neto que figura en su balance. Su deuda con las entidades de crédito ascendía a casi 25 millones de euros en esas fechas y registraba una posición financiera negativa neta de 12,87 millones.

La firma se durmió en los laureles en los inicios de la crisis y aún lo está pagando

El grupo, que tras la llegada de Carpio ha rectificado algunas de sus decisiones anteriores, como un recorte salarial por tramos de hasta un 15% —presentaba dificultades para su aplicación y no favorecía nuestro objetivo de retener el talento, argumentan ahora en la compañía—, destaca sobre sus últimas cuentas trimestrales el mejor comportamiento que ha tenido en el resultado bruto de explotación (Ebitda) pese “a la mala temporada de ventas en Europa”, aunque a la postre este apartado sigue siendo negativo.

La firma atribuye además a un comienzo de la temporada de primavera “extremadamente frío y lluvioso” en Europa, y al desarrollo de su plan de cierre de establecimientos en España, la reducción del importe global de todas sus ventas de un 14,2% respecto a 2012 (el descenso de su facturación en el mercado español fue aún mayor: 22,6%).

Los márgenes de la compañía, tanto en el primer trimestre de este año como al cierre del ejercicio pasado, han estado condicionados también por la absorción de la subida de los tres puntos del IVA aprobada en España. La hemos asumido, dicen en Adolfo Domínguez, “al igual que han hecho la mayoría de nuestros competidores”, por la caída y la debilidad del consumo en este mercado.

En 2012 las pérdidas crecieron un 158% y el patrimonio neto se redujo en un 21%

La estrategia del modisto gallego para lograr una recuperación de sus resultados, que, como reconoció hace algo más de un año a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), no serán positivos hasta 2014, está basada en la expansión internacional —en la que no puso demasiado énfasis hasta bien entrada la crisis— con el objetivo de que la mitad de la facturación proceda de mercados distintos del nacional. Y en llevar a cabo esa expansión a través fundamentalmente de franquicias, un modelo con el que los costes operativos se reducen de forma significativa para la compañía.

Con estas líneas de actuación, al cierre del pasado ejercicio 2012-2013, la compañía gallega contabilizó casi un 38% de sus ventas fuera de España y Portugal, aunque el porcentaje se redujo al 28% sobre el total de los ingresos debido al modelo de franquicia utilizado para la expansión exterior.

Otro de los ejes de su estrategia contra la crisis pasa por un análisis de los puntos de venta que no le generan flujos de caja positivos a fin de adoptar medidas para revertir su situación o proceder a su cierre. Durante el primer trimestre del actual ejercicio, Adolfo Domínguez cerró en España y Portugal cinco tiendas en gestión directa y siete en franquicia, en este último caso por problemas de crédito o rentabilidad para los franquiciados, y abrió un nuevo córner (espacio comercial) en El Corte Inglés. Y en el último año ha reducido casi en un 10% su red de tiendas en la Península hasta situarla en 435 establecimientos.

Sus mejores bazas son el diseño y la buena relación

En el exterior, por el contrario, solo ha cerrado una tienda en el primer semestre y en el último año ha agregado 18 nuevos eslabones a su cadena internacional. Cuenta ya con 26 tiendas propias en Japón, está registrando una noble expansión en México (donde un 50% de sus establecimientos operan en régimen de franquicia), crece en Corea, Singapur y Turquía, y la marca está teniendo una buena aceptación en su implantación en Oriente Próximo, según fuentes de la compañía.

Destaca también, en las cuentas y en la transformación del negocio tradicional del modisto, el rápido crecimiento que está teniendo en sus ventas por Internet. Se incorporó relativamente tarde al e-commerce, pero en el primer trimestre ha facturado ya por esta vía un millón de euros, con un incremento anual del 108%. Sus ventas a través del canal online ascendieron a 3,9 millones en el ejercicio fiscal completo de 2012, cuatro veces más que en el ejercicio precedente.

La clave del negocio de Adolfo Domínguez, que fabrica fuera de España la práctica totalidad de su ropa y de sus otros productos (subcontrata sobre todo a empresas de Turquía y de países del norte de África y Asia), está en el diseño, en la relación calidad / precio y en una buena gestión de compras y almacenamiento. El grupo hace llegar nuevo producto a sus tiendas dos veces en cada campaña. Casi la mitad de su plantilla, que reúne a 1.784 empleados, corresponde a dependientes comerciales.

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