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La Audiencia Nacional avala los 3.141 despidos en Iberia, que tacha de tragedia

La Sala de lo Social comparte que la aerolínea se encuentra en “situación calamitosa”

Fernando J. Pérez
Aviones de Iberia en Madrid-Barajas
Aviones de Iberia en Madrid-BarajasSERGIO PEREZ (REUTERS)

La Sala de lo Social de la Audiencia Nacional confirmó ayer la validez de los 3.141 despidos en Iberia. El tribunal avaló en una sentencia el acuerdo presentado por el mediador el pasado marzo, aceptado por la aerolínea y por el 81% de los trabajadores, y que todavía está pendiente de aplicarse. Los jueces admiten que la pérdida de ese número de empleos es una “tragedia nacional”, pero entienden que la “situación calamitosa” de la compañía aérea la obliga a emprender una “reestructuración a la baja” para poder sobrevivir.

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Los magistrados advierten que de no acometerse “inmediatamente” lo que consideran un “sacrificio proporcionado”, la situación actual llevaría “con toda seguridad” a mayores sacrificios e incluso “a la desaparición de la propia compañía”. Iberia Operadora, la sociedad anónima creada en 2009 para la fusión con British Airways, registró unas pérdidas en 2012 de 613 millones de euros.

La resolución, contra la que aún cabe recurso ante el Tribunal Supremo, señala que en el plan de despidos concurren causas económicas, productivas y organizativas cuya gravedad están “fuera de toda duda” y que se reflejan en pérdidas millonarias, supresión de numerosas rutas deficitarias e incremento en los gastos por la subida del precio del combustible.

La Sala advierte al sindicato de pilotos Sepla —el principal recurrente contra el plan de despidos— que sus salarios están muy por encima de la media del sector y comprometen la viabilidad de la empresa. “Es cierto que los pilotos y TCP sufrirán una merma en sus retribuciones del 14%, pero no es menos cierto que sus retribuciones eran de las más elevadas del sector” reza el fallo. Los magistrados interpretan que esa elevada estructura salarial era “un lastre para la posición de Iberia en el mercado del transporte aéreo”, porque “le impedía competir con compañías con costes de personal de vuelo eran mucho más ajustados”.

El tribunal admite como válida la negociación del convenio colectivo por franjas, en la que pilotos, auxiliares y resto de personal conversan con la empresa por separado. Pero aprovecha la sentencia para advertir que ese modelo de negociación es propio “de las épocas de bonanza económica”, pues sirve para que grupos de trabajadores con gran poder de contratación rompan la unidad negociadora del convenio de empresa, “para alcanzar sus propias reivindicaciones”.

La resolución considera que estas negociaciones por franjas hacen “impensable” que se pueda acometer la reestructuración de una empresa en crisis. Las comisiones de trabajadores “que colocan en primer término sus intereses profesionales o corporativos” por encima del al interés general de la empresa y del resto de empleados, dificultan enormemente la tarea.

Uno de los aspectos del fallo que más ha satisfecho a la empresa es que considera a Iberia Express, la filial para rutas de corto y medio radio creada en marzo de 2012, una empresa independiente de Iberia Operadora, por lo que los trabajadores de ambas compañías no forman un grupo laboral. Y no solo eso: la Audiencia considera que los demandantes no han demostrado “de ningún modo que los gestores de Iberia “hayan cedido rutas rentables a Iberia Express o a British Airways (…). Se ha demostrado, por el contrario, que la empresa demandada ha dejado de operar únicamente rutas que no eran rentables", sostiene el fallo.

La Audiencia Nacional rechaza por tanto la demanda de impugnación de convenio colectivo interpuesta por el Sepla, a la que se adhirieron la CGT y el sindicato de tripulantes de cabina Stavla. El hecho de que tanto la empresa como la gran mayoría de los representantes de los trabajadores hubieran aceptado el acuerdo propuesto por el mediador confirma, según el fallo, que hubo una “mediación de alto nivel” en el conflicto colectivo.

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Sobre la firma

Fernando J. Pérez
Es redactor y editor en la sección de España, con especialización en tribunales. Desde 2006 trabaja en EL PAÍS, primero en la delegación de Málaga y, desde 2013, en la redacción central. Es licenciado en Traducción y en Comunicación Audiovisual, y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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