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La mala salud de las farmacéuticas

Las cotizadas españolas aguantan el tipo, salvo Grifols, que juega en una liga superior

Laboratorios de Pharmamar, del Grupo Zeltia, en Colmenar Viejo (Madrid).
Laboratorios de Pharmamar, del Grupo Zeltia, en Colmenar Viejo (Madrid). Uly Martín

Nuevos productos, nuevos mercados, internacionalización, fabricación y comercialización para terceros, alianzas concretas para el desarrollo de determinados remedios, recorte de gastos… La industria farmacéutica española sigue buscando fórmulas para sobreponerse a la crisis general, a los recortes en el gasto sanitario público, a la competencia de los medicamentos genéricos y al vencimiento de patentes. Lo consigue a medias, y desde luego con mayor fortuna en unas compañías que en otras. En conjunto, en el primer trimestre, los cinco grandes laboratorios cotizados —Almirall, Faes Farma, Grifols, Rovi y Zeltia— prácticamente han mantenido las ventas que lograron en igual periodo de 2012 y han elevado casi un 40% sus beneficios (pero, ojo, nada de echar las campanas al vuelo: una sola compañía, Grifols, aporta dos tercios de esas ventas y ganancias, y otra, Almirall, contribuye con fuertes caídas en ventas y beneficios).

La situación es delicada y las expectativas también. Tras las medidas de política farmacéutica adoptadas en los últimos tres años, como recordaba en abril Elvira Sanz, presidenta de Farmaindustria, el gasto en farmacia per cápita en España está ya muy por debajo —en torno a un 10%— de la media europea. Y este año, según dijo, el gasto público farmacéutico será similar al de hace una década y representará un porcentaje sobre el PIB menor del exigido a países intervenidos por la Comisión Europea y el FMI.

Almirall, que recortó en un 44% su beneficio en el primer trimestre de 2013 y en un 9% en el ejercicio 2012, y sus ventas en esos mismos periodos en un 15% y en un 11%, asegura que se halla en un proceso de cambio y transformación que le va a permitir crecer en unos meses. “Las ventas”, según su consejero delegado, “mejorarán de forma evidente en la segunda mitad del año dado el impacto de las reformas implementadas en España en 2012, así como por la aceleración de las ventas de nuevos productos”.

Grifols, por su parte, alcanzó entre enero y marzo su mayor facturación trimestral en términos absolutos y elevó en un 34% sus ganancias respecto al primer trimestre de 2012. Cifras que superaron las previsiones de algunos analistas, aunque los de Renta 4 esperaban unos niveles superiores en el crecimiento operativo.

Grifols, que lidera ventas y beneficios, depende poco de los mercados europeos

Faes Farma, con un incremento de casi un 4% en las ventas y de casi un 26% en el beneficio en el primer trimestre respecto a 2012, dice que su negocio evoluciona en línea de los objetivos que se ha marcado. Prevé un incremento del beneficio consolidado superior al 20% en 2013.

Analistas del Sabadell advirtieron, sin embargo, que “a pesar de que puedan sorprender positivamente” los resultados del primer trimestre, “sigue echándose de menos información sobre venta neta y margen bruto, para excluir el impacto de otros ingresos no recurrentes; sobre el balance y, sobre todo, una información actualizada de los lanzamientos de Bilastina”, su producto estrella.

Rovi mantiene casi sin variación su beneficio en el primer trimestre y eleva su Ebitda (15%) y sus ingresos operativos (6%).

Por último, Zeltia registró un beneficio neto atribuido de 15,8 millones en el primer trimestre, frente a los números “rojos” de 4,26 millones en el mismo periodo de 2012, y una caída de ventas totales del grupo del 1,6% (hay que matizar, porque es relevante, que las ventas brutas de su antitumoral Yondelis crecieron un 7%).

En la actual situación, según los expertos que siguen el sector, la mayor o menor exposición a los mercados europeos —que son los que sufren mayores recortes del gasto sanitario—, el tamaño, el peso del I+D en sus actividades, la calidad de sus productos en cartera y la deuda, condicionan la marcha de estas compañías dentro y fuera del parqué.

Sobre el primero de los condicionantes citados, Grifols, que parece jugar en otra división, no solo es entre las farmacéuticas españolas la que más vende (683,7 millones hasta el 31 de marzo) sino que también es la menos dependiente de los mercados europeo (22% de su facturación) y español (8%). El grueso de sus ventas lo obtiene en EE UU y Canadá (60%) y en Latinoamérica y Asia.

Otras dos compañías, Almirall (60%) y Zeltia (57%), facturaron también más fuera que dentro de España entre enero y marzo.

Almirall y Rovi no descartan una oleada de fusiones entre laboratorios

Diversificación y tamaño. Como recoge en sus conclusiones un reciente estudio (Diez temas candentes de la sanidad española para 2013), elaborado por PricewaterhouseCoopers, “la internacionalización junto con la concentración del sector, ya sea a través de fusiones y adquisiciones o de la integración vertical de los diferentes niveles de la cadena de valor, marcarán el futuro del sector sanitario en España”. Axioma que comparten los directores financieros de Rovi y Almirall, Javier López-Belmonte y Daniel Martínez, que hace diez días, en el Foro Medcap, coincidieron en vaticinar una posible oleada de fusiones en su sector obligadas por la actual situación que ha puesto contra las cuerdas a muchas empresas farmacéuticas.

Entre tanto, las cinco cotizadas mueven sus fichas. Grifols, que vuelve a pagar dividendo tras dos años sin hacerlo (tenía que digerir la adquisición que hizo en 2011 por 4.000 millones de dólares de la estadounidense Talecris), se plantea ahora operaciones menos onerosas. Acaba de comprar un 35% de la estadounidense Aradigm por unos 20 millones de euros y en marzo se hizo por otros 37 millones —pagando la mitad con acciones propias— con el 60% de la biotecnológica vasca Progenika Biopharma. Además ha seguido adelante con inversiones para ampliar su capacidad productiva en EE UU y Brasil, además de España.

Almirall, por su parte, se propone entrar en China y Japón con alianzas locales, ya sea mediante adquisiciones o con joint ventures, según ha dicho su consejero delegado, Eduardo Sanchiz, a la agencia Efe. El laboratorio de la familia Gallardo, que considera clave el desarrollo corporativo, estableció en 2012 diversas alianzas comerciales, abrió una filial en Canadá y ya suma 14 en todo el mundo, y tomó una participación en la biotecnológica AB-Biotics.

Las inversiones en I+D son otro de los pilares del sector. Almirall, aunque en el primer trimestre redujo sus gastos en este capítulo a 28,3 millones (diez menos que en igual periodo de 2012), presume de ser la farmacéutica española líder en estas inversiones. Grifols, por su parte, asegura que sigue firme en su compromiso con la investigación y aduce como prueba el que su gasto en el primer trimestre en I+D, 29,3 millones, ha sido un 3,4% superior al de igual periodo de 2012 y representa en torno a un 4,3% de sus ventas. Los gastos en investigación y desarrollo de Rovi aumentaron un 12% hasta los 2,6 millones en el primer trimestre. Zeltia, por último, dice haber aumentado en un 10,9% estas inversiones.

Respecto a la evolución del endeudamiento, Zeltia continua reduciéndolo (a 31 de marzo, su deuda bruta se situó en 114,2 millones, 20 millones menos que un año antes). Grifols, por su parte, contabilizó al cierre del primer trimestre 2.511,8 millones en deuda, casi un 5% más que en diciembre de 2012 (su ratio de endeudamiento sobre beneficio bruto de explotación se situó en 2,94 veces, en línea con las 2,87 veces de diciembre de 2012 y menos que las 3,79 veces del primer trimestre del ejercicio anterior). Almirall canceló en 2012 su deuda financiera.

Rovi, al cierre de marzo, registraba una deuda total de 38,09 millones, y de ella el 72% era deuda contraída con organismos oficiales y el 94% lo era a un tipo de interés del 0%.

Faes Farma, según dijo en febrero en una nota, redujo su ratio de endeudamiento desde el 35,5% en 2011 al 28% al cierre del pasado ejercicio, pero no especificó el volumen de deuda. La agencia española de rating crediticio Axesor, por otra parte, ha situado la deuda de Faes Farma en el grado de high yield, o grado especulativo o de no inversión.

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